Capítulo 16

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Cerciorándome de que no se me va a caer en toda la cara, enciendo el teléfono y la página vuelve a cargarse.

"Eric Headlam abre una nueva tienda en Nueva York, por lo que se prevé una subida en bolsa del 18% de sus acciones. Las expectativas de la marca superan..."

Bloqueo la pantalla y suspiro profundamente. Me atrapo el labio inferior con las paletas y decidida, alzo el culo del sofá sacando del bolsillo trasero la tarjeta de presentación del señor Headlam. Me vuelvo a dejar caer rebotando. No voy a llamarle, sólo me guardo el teléfono en los contactos del móvil por si llego a perderla. Quién sabe si algún día buscaré marcar aquel número.

Necesitaba pensar en otra cosa que no fuese Jungkook esto y Jungkook lo otro, y me pareció que plantearme qué hacer con mi vida tras graduarme era muy buena opción. En un principio, la idea de continuar trabajando para Big Hit una temporada más era lo mejor que tenía, pero ahora me habían ofrecido una oportunidad que sabía que no debía descartar de cara al futuro.

De nuevo bloqueo mi móvil. Como afuera ya atardecía y estaba deslumbrada por la pantalla no veo un pimiento. Sin soltarlo me cubro los ojos con el antebrazo sintiéndome repentinamente atacada por el deseo de regresar a casa, donde las cosas volverán a la normalidad.

El móvil se me escurre entre los dedos y no hago nada por evitar que se me caiga al suelo, creo que tras el sofá. Genial. El golpe que se escuchó me dolió hasta el alma. Obviamente no puedo recogerlo desde mi posición y me tengo que levantar. ¡Con lo cómoda que estaba!

De mala gana y porque necesito ver algo, voy a encender una lámpara para después intentar pasar el brazo entre el respaldo y la pared, pero es imposible llegar hasta él. Oh, y por poco se me queda enganchado ahí el brazo para siempre. Después intento apartar todo el mueble pero no puedo. Tsk. ¿Y si me cuelo por debajo?

Ya agachada, estiro la mano al máximo pero sigo sin llegar a rozar el teléfono. ¡No me lo puedo creer! Al final, tal y como me temía, me tumbo en el suelo y meto la cabeza. Alargo el otro brazo y hago movimientos de gusano —sacando la lengua porque así es más efectivo— para ir avanzando hasta mi móvil. ¡Ya casi lo tengo!

En ese momento tan oportuno escucho que alguien está subiendo enérgicamente la escalera a la guardilla. De forma inconsciente levanto la cabeza golpeándome contra el somier. ¡AH! ¡Mierda, mierda! Con una mano me aprieto el futuro chichón y la otra corre a ahogar el agudo quejido que casi sale de mi boca. Igual no me ve-

—Pero... ¿Qué haces ahí?

Pongo los ojos en blanco. ¿Por qué de todas las personas que hay en esta estúpida casa tiene que ser él? ¿Por qué no Jimin? ¿O Hobi? ¡Incluso Youra!

No muevo ni un pelo. Quizás ha encontrado su unicornio y no se refiere a mí. ¿Verdad? ¿Verdad?

Podría pasar perfectamente un matorral del desierto dando vueltas porque no se escucha absolutamente nada. Desde mi posición no puedo ver nada tampoco y eso me pone aún más nerviosa. Estoy completamente en tensión y de repente, cuando voy a bajar las piernas —tenía las rodillas flexionadas y hasta entonces balanceaba los pies en el aire—, noto un agarre en los tobillos. Mis uñas se crispan instantáneamente en la moqueta, como un gato, pero claro, eso no impide que Jungkook siga arrastrándome como si nada hasta sacarme de ahí.

Mierda, ¿y ahora qué?

De reojo le veo agachándose. Cruzo los brazos por encima de la cabeza y escondo ahí la cara en vez de correr a levantarme. Qué incómodo. Entonces, noto unos tirones en la camiseta. Mi cerebro se pone a buscar como loco más de mil posibles razones por las cuales alguien te empezase a estirar de la ropa y llego a la conclusión de que se me había subido la camiseta al arrastrarme por el suelo, lo cual tenía bastante sentido.

BTS: Born To StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora