Capítulo 14

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—¡AHHHHH! NO, PARAD.

El agudo grito se cuela por las rendijas de la puerta, que permanece cerrada y hace eco en toda la planta, retumbando por las paredes y consiguiendo que pegue un salto en la cama, despegando mi espalda de ella como si en vez de sabanas descansase sobre brasas.

—SOCORRO.

En otra situación me habría encogido asustada antes de debatir mentalmente el acudir o no a la llamada, pero no lo hice ya que los gritos de socorro provienen de la voz carcajeante de Bea. Y obviamente, no quería ser rescatada.

—Me cago en tu vida, Beatriz —con los brazos en cruz, y un muy buen humor mañanero el que hoy ha decidido acompañarme, me tiro de nuevo sobre mi mullidito colchón en la litera superior de nuestro cuarto. ¿Qué narices está haciendo?

—Cállate —me ordena otra voz enronquecida por el sueño.

Como siempre, ignoro completamente a Youra y suspiro pesadamente, ubicándome mentalmente en tiempo y espacio y vuelvo a incorporarme decidida a comenzar el día, sintiendo que una ya conocida emoción espabila mis sentidos. Primer día en América.

Las literas de nuestro cuarto no tienen barra de seguridad —lo sé, adoro el peligro—, así que con un medio giro hacia la derecha cuelgo las piernas, que se mecen como si de un péndulo se tratase. Dirijo la palma de una mano a mi boca para cubrirla en lo que termino de soltar un gran bostezo y después me agarro del borde de la cama sin ser consciente de lo que estoy apunto de hacer.

Cojo impulso con los brazos y me lanzo. Ya daba igual que pensase que no era una buena idea porque mi culo estaba siendo arrastrado por la magnífica fuerza gravitatoria hacia el duro suelo de madera.

¡PAM!

No siento que nada me duela pero aún así abro temerosa los ojos. Por suerte he aterrizado bien. Estoy en el suelo, acuclillada y con las yemas los dedos apoyadas a ambos lados de mi cuerpo para mantener el equilibrio.

Miro hacia atrás, a la parte superior de la litera y sonrío. Pero si no estaba tan alto.

Me incorporo aún sonriente y doy unas palmadas haciendo giros de muñeca para limpiarme las manos de un polvo inexistente.

—Justo tal y como lo tenía planeado —digo de forma "desinteresada", mirando por el rabillo del ojo la cama de Bea, bajo la mía.

Es verdad, ella no estaba.

Me encojo de hombros y salgo del cuarto —para no tener que presenciar los buenos días sin maquillaje de Seojin y Youra, obviamente— cerrando la puerta tras de mí.

Veo que el baño está libre pero unas voces me hacen detenerme justo cuando poso una mano sobre el manillar, consiguiendo que mi atención se fijase en los tres chicos que salían riendo y en pijama de la habitación a la izquierda del aseo.

—Tenemos que volver a repetirlo —Jimin dirige la comitiva, por lo que no puede ver que los demás asienten más que convencidos.

—¡Me pido primero la ducha! —grita enérgico Taehyung, redirigiendo entonces los pensamientos del grupo.

—¡Ni hablar! —Antes de que Tae pueda dar un paso es agarrado del hombro por Jungkook, que tira de él hacia atrás con toda su fuerza —es decir, mucha— consiguiendo que choque contra Jimin.

—¡Corre Kookie! ¡CORRE! —grita este dramáticamente, aprisionando a V contra su cuerpo.

Taehyung se retuerce pero ríe demasiado como para ganar en fuerza a Jimin. Mientras, Jungkook ha iniciado la carrera de tres pasos hasta el cuarto de baño.

BTS: Born To StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora