Capítulo 15

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Una incómoda sensación me obliga a abrir lentamente los ojos.

Por más que parpadee no consigo ver mucho, hasta que poco a poco me voy acostumbrando a la oscuridad del desván. ¿Por qué sigo aquí? ¿Qué hora es? A medida que me pongo en pie vuelvo a notar aquella sensación procedente de mi estómago. Anoche ni siquiera cené. ¡Qué hambre! ¡Y Jungkook me dejó aquí sin más!

Bajo las escaleras hasta el segundo piso. No hay movimiento por lo que supongo que es muy tarde o demasiado temprano. Sea como sea no me importa, yo sigo descendiendo por las escaleras sin hacer ruido con un claro objetivo: La nevera.

Medio dormida llego arrastrando los pies hasta la cocina. Ahí veo el relojito del microondas. Son las seis y veinte minutos de la mañana de un simple miércoles, así que decido hacerme directamente el desayuno y dar el día por comenzado.

Abro la nevera, siendo su luz amarillenta la única en toda la planta. Me muero de hambre y de vagancia, así que un enorme bol de cereales es lo mejor que se me ocurre preparar. Saco la leche y me quedo a oscuras porque no me apetece encender aún ninguna luz.

Meto mi desayuno en el microondas. Gracias a su escasa lucecita y mis pupilas dilatadas y adaptadas a la oscuridad, consigo ver en los armarios en los que rebusco hasta dar con los cereales. Lo paro antes de que pite y saco el bol de leche humeante. A continuación y con cuidado de no derramar nada, tanteo por la pared para pulsar al fin el interruptor de la luz sobre la isla de la cocina. Hasta que lo encuentro.

—Hola.

—¡Joder!

El contenido de medio tazón me resbala por las manos. Me quema, quema mucho. Dejo precipitadamente el bol en el mármol y sacudo las manos para aliviar el dolor.

—¿Qué es joder? —repite el moreno con un suave acento y voz muy divertida.

Avergonzada, me vuelvo para arrancar un pedazo de papel de cocina con el que limpiar el estropicio. No pienso traducirle lo que significa esa palabra.

—¿Crees que puedes ir por la vida asustando al personal?

En un movimiento brusco acompañando a mi enfado, lanzo el papel a la basura pero penosamente no entra. ¡¡AAAHHHHHHH, QUE RIDÍCULO!!

—¿Eh, Jeon Jungkook? —añado sin abandonar el tono molesto, intentando recuperar la seriedad que trato de darle a la situación mientras tiro el dichoso papelito. Mi dignidad también quiero recuperarla, pero creo que eso no lo consigo.

 Mi dignidad también quiero recuperarla, pero creo que eso no lo consigo

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—Perdona —inmediatamente se disculpa sonriendo cabizbajo. Mi mala cara se relaja de alguna forma; me encanta que las personas intenten aguantarse la risa y no puedan... Aunque él se estuviese metiendo conmigo—. ¿Qué haces aquí?

Me siento en el taburete justo en frente suya y comienzo a echarme los cereales sin mirarle ni responder. Era bastante evidente.

—¿Te vas a comer todo eso? —parece sorprendido. ¡Pues sí! ¡No eres tú el que lleva más de doce horas sin probar bocado!

BTS: Born To StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora