Infiltrado en mi corazón - Tom Kaulitz.

Capítulo 1.

Abro lentamente mis ojos, y pudiendo ver por la ventana que todavía es de noche mi rostro se gira débilmente hacia la mesilla, mirando la hora en el despertador.

Las 4:42.

La cabeza me da vueltas, estoy totalmente agotada, pero me decido a levantarme a duras penas para ir empezando a hacer las maletas, aunque primero bajo a la cocina a hacerme un café de máquina y rápido. Vuelvo a subir con la taza entre una de mis manos y llegando a mi habitación enciendo la luz general que hay en el techo, bebiendo del café y dejando el café encima de la mesita de noche.

Saco del armario la maleta que me llevaré para dormir en el campus durante casi todo un año, y empiezo a realizarla sacando del vestidor la ropa más juvenil que tengo, tanto para fiestas como de diario y pijamas.
Una vez la termino, me ducho y me visto con unos vaqueros pegados y una blusa nada estrecha que cae por uno de mis hombros de manga larga. Preparo los últimos retoques del viaje como el neceser, y finalmente salgo de casa aproximadamente a las 8:14.

Me apresuro metiendo las cosas en el coche junto con la placa policial y los objetos policiales en la guantera, arrancando y saliendo del garaje como un cohete, Washington está lejos y solo tengo menos de dos horas para llegar.

Nada más faltaría cabrear más al gilipollas este que tengo como compañero por llegar tarde.

Hora y media más tarde ya estaba en el aparcamiento de la universidad, había pisado a fondo, ya que normalmente llegaría a las 2 horas y poco más.

Aparco, quedándome aún diez minutos aproximadamente para el encuentro y bajo la ventanilla. Cojo el móvil del asiento del copiloto y llamo a mi jefe para preguntarle un par de cosas.

–¿Diga? –Escuché su voz ronca en la otra línea.
–Señor Smith, soy Alissa.
–Alissa, ¿hay algún problema? ¿Ya estás en Washington?
–Sí, sí, estoy esperando a mi compañero, de eso mismo quería hablarle. ¿Cómo es el chico? ¿Está en algún sitio específ... –Me pausé unos segundos al ver a un chico jodidamente sexy pasar frente a mi coche, tenía el pelo medianamente largo, moreno y cogido con una coleta. Y una barba no demasiado prominente.– eh.... Específico? –Terminé.
–¿Ocurre algo, señorita?
–No, no.
–Bueno, el chico es alto, moreno, tiene el pelo un poco largo. Parece un actor de una película mala, pero es buen policía al fin y al cabo.

Por un instante me quedé pálida, ¿mi compañero sería el chico que acaba de pasar ante mí? Imposible.

–¿Señorita Alissa? –Salí aturdida de mis pensamientos y al instante respondí avergonzada.
–Disculpa, está bien. Voy hacia allí. Hasta pronto jefe.

Él colgó primero, y tras finalizar nuestra conversación guardé el móvil en mi bolsillo trasero y salí del coche cerrándolo tras sacar la maleta del maletero. Comencé a caminar, incomodándome las constantes miradas penetrantes de todos los alumnos que yacían fuera.

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Al fin he llegado a mi destino, pero por lo que se ve mi compañero todavía no está. Vi a alguien parecido al descrito hace un momento frente a mi coche, pero o no era él, o todavía no ha llegado, o es que ha pasado de venir al encuentro acordado.

A lo lejos pude ver cómo un chico de pelo largo y coleta hablaba muy divertido con otras chicas, por lo que rodé los ojos y me dije para mí misma: "Esto va a ser duro"

Poco a poco se fue acercando y cuando llegó a mí se quedó parado unos instantes antes de quitarse las gafas de sol que cubrían sus ojos, observándome pero sin añadir ningún hola siquiera. Así que fui yo quién dio pie a romper el hielo.

–¿Tú eres el policía que va a trabajar conmigo? –Tras escucharme elevó una de sus cejas, tardando en responder.
–Por suerte tuya lo soy.
–¿Por suerte mía? Oye chaval, no eres tan importante.
–No quería decir eso, simplemente no has tenido la mala suerte de cagarlo todo si te hubiese dicho que no soy yo. –Me quedé callada, tenía razón.
–Ehm... Lo siento.
–No lo sientas, me la suda. No hubiese sido yo el que la hubiese cagado.