–¡EH! –Le grité mientras me agachaba para coger la toalla y la colocaba sobre mis pechos, tapando cualquier zona visible ante él.– ¡Deja de mirarme, cerdo!
–¿Por qué? Tú eres la que se ha empezado a vestir aquí sin importarle mi presencia.
Me sonrojé ante su respuesta. Él sonrió, y juraría que esta vez era con más sinceridad.
–Me voy al baño. –Dicho esto cogí mi ropa y me apresuré sin apartar la toalla de mi cuerpo hacia éste, aunque en el camino él volvió a hablar mientras se levantaba de la cama.
–No te pongas tan nerviosa, si ya te he visto. –Bostezó.No contesté, solo terminé de vestirme con unos vaqueros oscuros, una camiseta básica de tirantes negra y por encima una chaqueta de cuero oscura también. Me puse unos botines azul eléctrico con un tacón considerable y seguidamente me cepillé el pelo frente al espejo, escuchando como llamaba el ogro a la puerta del baño.
–¿Me dejas mear? –Ya había terminado, pero solo por fastidiar apoyé mi baja espalda sobre el lavabo, cruzándome tanto de brazos como de pies, sonriendo con malicia.
–¿No te puedes esperar? –Contesté.
–No. Abre.
–¿Y cómo se piden las cosas? Menudo responsable. –Me burlé.
–Abre de una maldita vez. –Dio un golpe sobre la puerta.
Yo chisté un par de veces y negué con la cabeza aunque no me viese, solo me reí.
–Palabritas mágicas Tom.
–Abre la puerta o la tiro abajo, tú verás.
–Inténtalo. –Le reté.
–Joder Alissa. Me estás tocando los cojones.
–Pídemelo por favor y abro, prometido.El silencio inundó el baño. Ya no gritaba ni daba golpes. Por si acaso me eché hacia atrás lo suficiente como para que no pudiese darme con la puerta. Pero en vez de tirarla abajo lo que dijo solo me hizo volver a sonreír de forma inevitable.
–Ábreme Alissa... –Se pausó unos segundos antes de proseguir–, por favor.
Abrí el pestillo de la puerta y entonces le dejé pasar con una sonrisa brillante en los labios. Él solo se limitó a observarme de arriba a abajo con descaro y tras salir del aseo cerró la puerta en silencio.
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Ya estábamos fuera de la residencia de camino al edificio donde se encontraba el despacho del director. Ambos íbamos en silencios observando el panorama que nos rodeaba, viendo parejas morrearse con ansiedad, gente jugando al fútbol, animadoras pijas haciendo uno de sus numeritos. Góticos marginados que se comportaban como si estuviesen en un entierro y todo el camino se veían diferentes grupos de gente.
Algunos hasta estaban solos sobre el césped haciendo trabajos o simplemente "inamigables".
Íbamos a entrar al edificio y Tom iba delante, pero para mi sorpresa cuando iba a dejarle pasar él se echó a un lado aguantándome la puerta para que pudiese pasar primero, e incluso colocó una de sus manos, la que tenía libre para sujetar mi baja espalda en un movimiento... No sé si llamarlo cariñoso o simplemente sacó ahí la amabilidad que tenía escondida y que no me había dejado ver antes.
No dije nada, solo pasé al interior y le esperé para que me guiara. Yo no sabía dónde íbamos y él al parecer lo sabía todo a la perfección.
–Por aquí. –Dijo desviándose hacia la derecha.
Yo le seguí en silencio.
Se dirigió hacia el ascensor y presionó el botón para que éste se abriera. Solo pasaron 3 segundos, el ascensor ya estaba en nuestro piso y no hizo falta esperar. Así que sin más pasamos al interior y me quedé ahí junto a él, a su lado e incómoda.Tenía puesta una fragancia de hombre, no hace falta añadir que esa colonia olía a maravillas, y si cabe, le hacía aún más sexy de lo que ya era de por sí. Estaba nerviosa y él lo noto.
–¿Estás bien? –Dijo bajito y con su típica voz ronca, lo oía perfectamente.
–Claro.
Alcé la vista hacia él unos segundos para asegurarle que así era, y él descendió la vista hacia mí con su seriedad inmune. Las miradas se nos cruzaron y yo la aparté rápidamente antes de moverme sobre mí misma un mínimo para reincorporarme.
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Infiltrado en mi corazón - Tom Kaulitz.
Hayran KurguUna chica, tentaciones. Un chico, groserías. Alissa y Tom se gustan, pero por los acontecimientos y la personalidad de Tom no se podrán decir la verdadera verdad. ¿Pasará mucho tiempo para que Tom sea capaz de aceptarlo? ¿Los policías pueden enamora...