La Ultima Parada

Intervención II

Hace un par de semanas...

Un hombre se encuentra dentro de un tren, se encontraba completamente solo, sentado en uno de los asientos con la mirada hacia abajo, después de todo lo que había sufrido, era hora de acabar con todo de una vez por todas. El hombre había formado muchos enlaces durante el transcurso de su viaje, pero cada enlace se fue cortando a medida que avanzaban, la sanidad del hombre comenzaba a decaer y ya comenzaba a perder la esperanza, pero gracias a su determinación, logro llegar a su destino. De pronto, una luz intensa ilumino todo el tren, está cada vez se intensificaba más y más mientras el tren avanzaba, hasta que luego de cruzarla, el fondo se volvió completamente negro, y el tren se detuvo. El hombre se bajó del tren y camino hacia adelante, el tren se había ido del lugar justo cuando había puesto pie fuera de él. Luego de unos segundos, apareció una figura frente a él, una chica de un aspecto muy curioso.

-Me has sorprendido, en verdad...- dijo la chica –Has llegado al final-

-Antes de ir al grano, quisiera preguntarte algo...- respondió el hombre.

-¿Qué seria eso?- la chica giro la cabeza.

-Definitivamente no es cualquier persona las que llegan aquí, la mayoría de ellos son criminales o ha cometido algún tipo de homicidio, o simplemente han hecho algo grave para ellos, pero... ¿Por qué me trajiste a mí?-

-Ah, no es solo tú, cada vez que inicio una nueva parada, siempre habrá alguien que regule las cosas, en este caso fuiste tú, los demás simplemente encontraron su propia perdición, pero tú no te rendiste... Siempre hay alguien que nos trae esperanza, ¿verdad? Y ese alguien eras tú, pero has fallado...-

-Entonces... ¡Déjame intentarlo de nuevo!- exclamo el hombre.

-¡¿EH?! ¿Arriesgarías esta oportunidad tan importante por ayudar a los demás?- la chica se sorprendió.

-Es justo lo que voy a hacer, mi nuevo deseo es ayudar a las personas que caen aquí- el hombre le apunto con el indice.

Y un silencio incomodo surgió...

Por unos cuantos segundos...

-Si ese es tu deseo...- dijo la chica en voz baja – ¡Se hará realidad!- exclamo.