Estación 2 (IV)

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Era hora de ponerse manos a la obra y comenzar la investigación sobre quien había cometido el asesinato de Drake, lo único que se sabía en el momento eran los datos que Elias había sacado del cuerpo de la víctima, el cuerpo tenía una severa fractura en el cráneo que podría haber sido causado solo con un objeto pesado, la muerte había sido instantánea así que no había forma de gritar por ayuda. Cerca del cuerpo se notaba que el stand de biblioteca había sido movido para esconder el cuerpo ya que algunos libros estaban en el suelo. Además, con las habilidades que aun sostenía Rebeca siendo anteriormente una sicaria, pudo encontrar que la sangre estaba seca y tenía unas cuantas horas de antigüedad, pudo deducir que el tiempo de asesinato pudo haber ocurrido entre las dos y cuatro de la mañana. Dentro de la biblioteca se habían descubierto otros datos, como sangre seca en las puertas de la biblioteca y un trazo que llevaba hacia el escondite del cuerpo, ambas de estas manchas estaban translucidas, por lo que el asesino podría haber intentado limpiarlas, pero a causa de la oscuridad, no pudo limpiarlo completamente.

En un momento, Lucyn había aparecido en la biblioteca y se acercó al cuerpo de Drake, todos los que se encontraban allí se mantuvieron extrañados de su inminente aparición, de pronto, Lucyn extendió su mano y del pecho de Drake había salido un orbe flameante azul, ella lo mantuvo levitando en su mano por unos segundos y luego lo presiono con su mano, este había desaparecido dentro de su puño y el cuerpo de Lucyn brillo azul por un instante.

-Hey, ¿qué estás haciendo?- pregunto Jagua desconfiado.

Lucyn se dio media vuelta y miro al hombre expresando molestia.

-Hay algunas cosas que es mejor que no sepan- dijo la diosa en un tono serio –Pero no importa mucho, ¡sigan investigando!- siguió con una sonrisa y desapareció de la biblioteca, dejando a todos los que estaban allí confundidos y extrañados.

Algunos fallecidos se dividieron por toda la mansión para investigar si había pistas en algún otro lugar y varias pistas interesantes habían aparecido, un bate de metal junto a un paño ensangrentado en la bodega, un cajón abierto en la cocina y en el segundo piso un grifo mal cerrado.

El tiempo había pasado volando durante la investigación, algunos fallecidos lograron recordar cosas que ellos habían visto o escuchado, pero se guardaron su información si esta era necesaria para el juicio, y hablando del juicio, el tiempo finalmente se había acabado.

De repente sonó fuertemente una sirena que reboto por toda la mansión alertando a los fallecidos, la sirena duro por unos diez segundos, y luego todos se mantuvieron en silencio mirando a sus alrededores hasta que la voz de Lucyn captó la atención de todos.

"No se preocupen, no es ninguna bomba, eso significa que el tiempo de investigación se ha acabado y que procederemos al juicio. En instantes, serán transportados al salón del juicio, ¡nos vemos allí!"

De pronto todo comenzó a temblar, las ventanas de toda la mansión estallaron una por una y luego un destello logro cegar a todos los fallecidos. Unos segundos pasaron hasta que los fallecidos despertaron parados sobre unos pilares cuya altitud era indefinible, al mirar hacia abajo solamente podían observar un abismo negro e infinito, los pilares formaban un circulo y en el medio se encontraba Lucyn flotando.

-¡Hey! ¿Dónde estamos?- grito Sydney hacia Lucyn.

-¡Bienvenidos a la Súper Mortal y Terrorífica Cámara del Juicio!- exclamo Lucyn en felicidad.

-Esto no se parece nada a una corte- dijo Elias.

-Bueno... Es que...- Lucyn puso un dedo en sus labios –Una corte real sería muy aburrido, en cambio en este lugar todo es más tétrico, ¿no les parece?-

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