Parte 6

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En la clase del señor Sikowitz, Jade y Beck que acostumbraban a sentarse juntos, ahora estaban en partes opuestas del aula y ni se miraban, como si fueran completos extraños.

Esta pelea no había sido como las otras y se notaba por el aire incómodo que había.

Para quitar hierro al asunto, el profesor propuso que mientras Cat, Robbie y Beck interpretaban una escena trágica de una obra, los demás que hacíamos de público diríamos cosas entre nosotros. Es decir, no prestaríamos atención para ver si aguantaban la presión y no salir del papel ni cabrearse.

Beck haría del hijo enfermo, así que se tumbó en el suelo y Cat y Robbie se arrodillaron a su lado de cara al público.

Al principio iba bien. Su interpretación no cambiaba a pesar de que no prestábamos atención e incluso algunos, empezados por el profesor, empezarán a decirles que no actuaban bien y que eran unos sosos y algún insulto de más. Tengo que reconocerlo son muy buenos, incluso sacaban alguna lágrima mientras pasaban de lo que el público estaba diciendo.

Hasta que a Jade le pareció divertido tirarme uno de los cocos de Sikowitz en la cabeza haciendo que me cayera de la silla y se acabará tanto la actuación como las demás conversaciones.

El primero en reaccionar fue Beck, saliéndose del personaje para venir a ayudarme.

-¿Estas bien? -dijo agarrándome del brazo con cuidado mientras me levantaba.

-Si claro... pero no todos los días me caen cocos en la cabeza.

Enseguida llegaron los demás para ver cómo estaba. Andre acarició mi cabeza.

-Te va a salir un buen chichón, pero por lo menos no sangras -dijo Andre intentando tranquilizar tanto a mi como a los demás.

Cuando miramos atrás vimos a Jade que estaba medio sonriendo y medio enfadada ya que su novio había venido a ayudarme ¿que esperaba? me acababa de tirar un coco a la cabeza. Beck no es de los que se quedan mirando cuando alguien esta en problemas y más si quien los ha causado es su novia.

En realidad no entiendo porque estaba Beck con alguien así, será que los polos opuestos se atraen, pero tengo que reconocer que tengo un poco de celos. Jade ha conseguido que este loco por ella, algo que yo nunca conseguiré por mucho que quiera.

-¡Meh! -gritó el profesor Sikowitz mientras absorbía el zumo del coco de sus manos- habeis salido del personaje, habéis fallado. Ya sabéis que bajo ningún concepto hay que salirse de él.

Ahora Jade nos miraba con superioridad, yo había recibido un cocotazo y ella está tranquila en su silla como si no hubiera hecho nada malo y encima estaban recibiendo una reprimenda por parte del profesor. A veces tengo ganas de matarla.

-Jade, sal de clase y ve a ver a Jane. Necesitas ayuda para esas idas y venidas de ira -abre la puerta está vez mirando a Jade que lo miraba con la boca abierta. Si, le estaba echando. Por lo menos me siento algo aliviada, ya no tiene esa mirada de "soy la mejor y tu una mosca que molesta"- no voy a permitir este comportamiento tuyo en mis clases, cuando me asegures que no volverá a pasar y pidas perdón a tu compañera podrás volver, hasta entonces fuera.

-Usted tira balones a los alumnos constantemente y no pienso pedir perdón a esta -protesta Jade señalandome.

-Son balones de gomaespuma no un coco -señala la puerta- ahora fuera.

Jade estaba enfadada cuando se iba, ¿no se supone que la que debería de estar enfadada soy yo? Bueno al menos agradezco al Sikowitz por defenderme.

Cat me llevo, por orden del profesor, a la enfermería para asegurarnos de que no era nada. No creo que lo necesitara pero por si acaso hay que tener precaución.

La enfermera me sentó en una cama mientras sostenía una bolsa de hielo sobre mi cabeza que me había dado. Cat me estaba mirando como si quisiera decir algo pero no de atrevía a soltarlo.

-¿Que pasa Cat? -preguntó quitándome el hielo por un momento, me estaba conjelando las ideas y mojando el pelo, ¿esto de verdad funciona?

-Jade da miedo a veces... siempre -dice mientras juega con los cordones de su camiseta- pero hoy está más enfadada que de costumbre, ¿esto tiene que ver con lo de la comida?

-Pues no lo sé la verdad. Siempre que está enfadada y lo paga con el que más cerca esté, que casualmente casi siempre soy yo.

-Es porque teme que le quites a Beck. Por eso te odia tanto -hacia pausas mientras lo decía- pero no es la única que ha visto que tenéis química.

-Cat... -no sabia que decir así que lo mejor era quedarse callada, por mi parte si que sentia algo por el, pero no quería que lo supiera Cat ya que seguramente acabaría contándoselo todo.

De repente de debajo de la cama sale Sinjin con un gran trozo de pelusa en sus manos, haciendo que gritemos del susto.

-Este es el mejor lugar para encontrar estas preciosidades -dice mirando con devoción la pelusa de sus manos.

-Aqui viene la gente cuando esta mala, eso puede tener algún virus -le dijo Cat y este sonrio mucho más.

-Eso es lo mejor.

-¡Largate Sinjin! -le grite haciendo que saliera corriendo de la enfermería aún con su pelusa en las manos.

Nos quedamos de nuevo las dos solas ya que la enfermera se había ausentado en cuanto me dio la bolsa de hielo.

-Este chico es bastante raro -comente mirando a la puerta por donde se había ido. Ya debería de estar acostumbrada por sus rareces pero aún parece que no.

-Si... -Cat empezó a sacar regaliz de su sujetador, era una manía suya, meter chuches en su sujetadores para así cuando tuviera hambre podría comerlo sin problemas -¿quieres?

-¡Claro!

Conteste haciendo que me diera un buen trozo de su regaliz. A decir verdad, todos los que estamos en Hollywood Arts somos más bien raritos. Ni los profesores se libran, ni los alumnos más normales.

La normalidad esta sobrevalorada. Pensé mientras daba un mordisco al regaliz rojo.

ArriesguemonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora