Parte 11

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Llevábamos una hora en mi casa intentando que Robbie se atreviera a confesar sus sentimientos a Cat, pero parece ser que cada vez se ponía más nervioso y se desmoralizaba. Es decir, no avanzábamos.

-Cat, tus ojos son... no, tu risa, quiero decir me encanta tus dientes -Robbie hablaba a un cartón con la imagen de Cat a tamaño real- no lo voy a conseguir, es imposible.

-¡Eres un negado! -dijo Rex desde la silla donde le había dejado Robbie.

-Rex no seas tan malo con Robbie, sólo tiene que relajarse -dije poniendo la mano sobre el hombro de mi amigo triste.

-Cierto, si vas a una confesión así lo más probable es que te de un tortazo o salga huyendo -dijo Beck desde el sofá donde podía ver todo- tampoco es tan difícil. Tu problema está en el temor a ser rechazado.

-Claro, eso lo dices porque tienes confianza y tienes a todas loquitas por ti -comento Robbie con un tono alto.

-No es verdad, no tengo a todas loquitas -se levantó de su asiento y se puso delante de donde estábamos- mira esto es fácil, imagínate que estas en una obra de teatro, ¿te puedes aprender muchas parrafadas y ahora no puedes aprenderte la simple confesión de tus sentimientos? -enseñó el papel donde estaba escrito lo que debía de decir, que tenía varios tachones- porque esto lo has escrito casi todo, por no decir todo tú.

-Pero cuando estoy enfrente de Cat me pongo nervioso y no me salen las palabras.

-Robbie... es un cartón, si ahora no puedes decir lo que sientes no podrás en persona y nunca seréis pareja. Tienes que tener más confianza en ti mismo porque eres una persona maravillosa -dije intentando animarle y pareció hacer efecto porque sonrió agradecido.

-Mira, si quieres Tori y yo te mostramos una representación de cómo sería -Beck condujo a Robbie hasta el sofá haciendo que se sentara en él para que viera bien, ¿va a hacer lo que creo que va a hacer?- Tori tu serás Cat y yo Robbie.

"Parece ser que si. No no no no no no esto no puede ser. Bueno Tori tranquila, sólo es como una actuación más" me dije mientras los otros dos esperaban mi respuesta, al parecer llevaba unos segundos sin hablar así que afirmé con la cabeza sonriendo como si fuera normal. Pero nada de esto era normal y menos en mi situación. Respiré e intenté relajarme.

Nos pusimos en frente el uno del otro y como si no fuera poco Beck me agarró las manos. Yo al ser Cat no tenía muchas líneas, sólo escuchar pero aún así estaba mucho más nerviosa de lo que debiera. Iba a oir lo que tanto deseo, en boca del que quiero pero para una persona diferente. No sé que era más patético, si que me alegrase aún sabiendo que esto no era más que una actuación o que guardaría este momento en mi mente como algo inolvidable e irrepetible.

-Cat, puede que desde el momento en el que te vi caí rendido a tus pies, pero no dije nada por el miedo a ser rechazado y porque no era un buen momento -ambos nos observábamos, aunque he de reconocer tenía tanta vergüenza que me gustaría apartar un rato la mirada. Parece que fuera un concurso de miradas la verdad y seguro que mis manos están bien sudadas por los nervios aunque no las apartó- pero tengo que confesar que, desde que vi tu preciosa sonrisa me enamoré de ti. No sé ni cómo ni cuándo pero cada vez estabas más metida en mis pensamientos y en vez de pensar en otras cosas mi mente siempre se dirigía hacia un recuerdo tuyo. Siempre tuyo. Y siempre es perfecto porque tú eres perfecta y me gustaría poder ser algo más que amigos. Mi sueño sería estar a tu lado como más de lo que somos. Pero si no se puede porque no me correspondes, no te inquietes, porque te seguiré amando como hasta ahora, aunque suene un poco patético.

En realidad esa confesión no era parecida a la que había escrito Robbie, pero se le daba un aire. Supongo que querría cambiar algunas cosas para que viera Robbie que no era tan difícil improvisar.

Tardé en reaccionar porque todo me parecía maravilloso. Mi mente había creado un ambiente diferente en el que no estaba ni Robbie, ni Rex ni el cartón de Cat como telespectadores, sólo estábamos él y yo, y que de verdad me lo decía a mi.

Como me miraban esperando mi respuesta, más bien la de Cat, agité la cabeza intentando quitarme esos pensamientos, aunque más tarde los recrearía una y otra vez. Puede que no sea nada bueno para mí y seguramente acabe más herida pero es lo que estaba esperando aunque la confesión no era para mi, quiero disfrutar de ello al menos un día más.

-He de serte sincera. Desde que me topé contigo fue como un flechazo, aunque no lo supe hasta hace bien poco porque había impedimentos, bueno son razones que no vienen al caso -mierda, creo que le estaba respondiendo como Tori, debo de ser más Cat ¿que diría ella?- eres genial Robbie, y siempre has sido una persona verdadera, que siempre actúa según sus convicciones. Y veo que me quieres a pesar de todos mis defectos y que has visto mucho más allá, así que sin duda saldré contigo.

Cuando terminamos nos separamos, y miramos a Robbie que nos había observado todo ese tiempo. Parecía que estaba haciendo notas mentalmente, mientras que yo me notaba las manos sudadas y pegajosas ¿en qué estaría pensando ahora Beck?

-Interesante... -dijo Robbie sonriendo y se puso de pie acto seguido poniéndose en frente del cartón de Cat.

La tarde siguió transcurriendo y yo no pude mirar a Beck de nuevo a la cara, por no decir de mirarle a los ojos.

A Robbie le salía mejor así que seguramente tendríamos una nueva pareja en Hollywood Arts. Sonreí para mí pensando en ellos dos. Sin duda Cat diría que sí, ambos se querían pero nunca habían dado ningún paso hacia delante, más bien lo daban hacia atrás cada vez que estaban cerca de estar juntos por fin.

Trina había vuelto y cuando vio a Robbie hablando a un cartón se fue a su habitación a reírse. Era raro que no se pegará a Beck porque siempre le tiraba los tejos cada vez que le veía. Debe ser que está cambiando gracias a Carl. ¿Será una buena influencia? Sólo lo conozco de un día y tampoco es que haya hablado mucho con él, sólo sé que hace feliz a mi hermana.

Los dos se fueron después de cenar ya que se había alargado un poquito más de lo que pensábamos.

Menos mal que no habían mandado ningún profesor deberes, porque después de aquello, aunque no hubiera hecho mucho, estaba cansada y sólo quería irme a la cama. No sin antes ver mis mensajes.

Cat me mandó una foto de sus uñas, se las había pintado cada una con un animal diferente y le había quedado bastante bien. Que pulso más bueno debe de tener porque yo hasta pintarme con un color sólo me salgo.

Andre sin querer me mandó una conversación que tenía con su abuela. Se disculpó rápidamente y me dijo que no lo oyera, obviamente tenía demasiadas ganas como para hacerle caso.

-¡Dónde está! -decía, bueno, más bien gritaba su abuela- pobre hombre en miniatura, ¡me esta pidiendo ayuda! ¡Voy a ir a salvarle!

-No abuela... es una película, un actor, no te está pidiendo ayuda ¡y suelta mi móvil! -dijo Andre.

-Mentira, ¡ha dicho mi nombre!

-Porque la protagonista principal se llama igual que tú.

-¡Lo salvaré aunque me intentes impedirlo!

-No tires el....

El audio se terminó, pero seguro que el móvil no resultó herido porque después me dijo que no lo oyera. Lamentablemente no le había hecho ningún caso.

-Ahora me ha dejado con la duda de si ha salvado al hombre en miniatura o no -dije riendome en mi habitación.

Miré el reloj y pronto darían las doce, ya no quedaba nada para el comienzo de un nuevo día.

ArriesguemonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora