Anexo - Cages and Rings

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—My body is a cage... that keeps me from dancing whit the one I love but my minds holds de key...*— canté con cuidado para mí mismo, seguido de las primeras notas hechas con el teclado electrónico que tenía sobre mi regazo, imitando la sombría melodía de un órgano.

Giré mi cabeza al cantar la misma frase y espiar un poco a Louis quien estaba en el balcón demasiado ocupado con su telescopio y sus anotaciones. En pijama y con la oscuridad de la media noche; ambos solíamos pasar así los fines de semana.

—I'm standing on a stage, of fear and self-doubt... It's a hollow play but they'll clap anyway—seguí con mi método de distracción—. You're standing next to me... my mind holds the key...*

Terminé golpeando con las palmas de mis manos todas las teclas que pude causando un estruendoso sonido. Cansado, quizá un poco arrogante, solté un bufido dejando sobre la alfombra el instrumento y me dejé caer sobre la cama.

—¿Qué pasa? — escuché la voz de Louis cuestionar aquello instantáneamente.

Le miré con dificultad; ya no se parecía nada a aquél niño tímido y con apariencia débil que solía ser. Estaba de pie, mirándome con una expresión confundida, como si le preocupara. Ahora era más alto, aunque para mí nunca lo sería. Sus facciones se hicieron más gruesas y comenzó a gustarle su vello facial. Pero, ese aire de sencillez, con sus camisas enormes y cabellos despeinados al contraste de su complejidad como persona, nunca se iba.

—Estoy un poco estresado—confesé.

—Estás cantando una canción deprimente sobre jaulas y miedos; eso ha contribuido— dijo como burla—. Deberías estar feliz— habló con más suavidad—, Maestría en Dirección Orquestal—hizo énfasis recordándome el título que estaba a punto de conseguir—. ¿O acaso soy el único que está feliz de decir que mi novio es un director de orquesta que se perfila para ser uno de los mejores del país?

—Eres el único... eres mi único novio— mencioné obvio. Louis rió instantáneamente y entró a la habitación dejando sus apuntes en la pequeña mesa que tenía a un lado.

—No estás estresado—se dejó caer en la cama a mi lado—. Es lo que haces cuando tienes miedo; te enojas con todo y más contigo mismo. Tienes miedo de no lograrlo, pero está bien, no pasa nada si tienes miedo—murmuró mirando hacia el techo, le vi sonreír y después voltear hacía a mí—, sé que ellos aplaudirán de todas maneras.

—Oh, claro— reí—, ahora usas la canción deprimente contra mí—bromeé.

—Sé que tú puedes— se encogió de hombros con una sonrisa—, tú lo sabes. El miedo es temporal; tú abandonaste tu jaula hace mucho tiempo.

Me incorporé un poco recargándome sobre mi codo izquierdo para poder verle mejor; él me atendió levantando sus cejas como si esperara a que le diese la razón, pero lo único que hice fue tomarle de la barbilla y acercarme a sus labios para depositar un pequeño beso.

—¿Te confieso algo? — pregunté al separarnos. Los labios de Louis se estiraron mostrándome una inmensa sonrisa y asintió con calma—. No estoy así por eso— confesé.

—¿Ah no? — ladeó un poco su cabeza y yo negué con mi cabeza, con movimientos leves, apartándome de él.

—No— dije sin importancia.

—¿De qué estás estresado? —preguntó confundido.

—No te voy a decir—me moví en la cama y me dejé caer acomodando mi cabeza entre las almohadas. Louis se incorporó con una expresión de pocos amigos; odiaba demasiado que hiciera eso.

—¿Por qué?

No respondí, simplemente me limité a tomar la cámara fotográfica que estaba en la mesita de noche de mi lado. La enfoqué en él y tomé un par de fotografías haciendo que sus ojos se hicieran más pequeños por culpa del flash pero él ni inmutó su expresión.

—¿Por qué? —repitió un poco más frustrado.

—Ya no quiero ser tu novio— murmuré al tomar otra fotografía. Ésta vez le vi levantar una ceja como si analizara mis palabras; el castaño frente a mí abrió su boca dispuesto a hablar pero no salió nada de él—. No sabía cómo decirlo— le miré directamente esta vez.

—¿Por qué no? —susurró un poco cohibido.

—Porque compré una sortija—seguí tomando fotografías del chico.

Sus ojos solo se quedaron en mí como si me dijese que dejara de mentir pero sus labios lentamente se estiraron mostrándome una sonrisa pequeña que hizo juego con sus ruborizadas mejillas.

—¿Qué? — fue lo único que pudo articular.

Yo reí y después de tomar una última fotografía de él me puse de pie en busca de mi abrigo que estaba colgado en la silla de mi escritorio; pude sentir su mirada seguirme por toda la habitación, metí la mano dentro del bolsillo y saqué una pequeña caja de terciopelo color negro. Lo agité como un juego y volví a la cama sentándome frente a él.

—No soy muy bueno con las palabras—advertí—. He estado pensando mucho en esto por mucho tiempo, y siempre había algo que me decía que esperara un poco más; pero hoy desperté, te vi a un lado de mí y no pude evitar hacerlo. Es un impulso, y creo que las mejores cosas de mi vida las he hecho a base de impulsos— respiré hondo y relamí mis labios queriendo soportar la inminente tensión que me causaba la azulada mirada de Louis frente a mí—. No te quiero para algo tan temporal como el amor, te quiero para la eternidad. Lewis, siempre dices que somos infinitos... y yo quiero ser infinito junto a ti.

Verano del dos mil ocho.



(*) Traducción:

'Mi cuerpo es una jaula que me impide bailar con la persona que amo, pero mi mente tiene la llave' 'Estoy de pie en el escenario, con miedos y dudas. Es un papel vacío el que juego pero ellos aplaudirán de todas formas' 'Estás de pie junto a mí... mi mente tiene la llave'

My body is a cage - Arcade Fire

»Júpiter«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora