Marceline:
De camino a casa no me dirigía ni la mirada, solo se limitaba a observar por la ventana del auto, el conductor se detuvo, habíamos llegado al dulce reino, la toque del hombro para que bajará y poder ir a descansar y pensar en tantas cosas, solo me dijo unas palabras:
-Sal...Yo te alcanzo después.
Quería desahogar me, tome una ducha y deje salir todo lo que tenía dentro, todo si excepción alguna, mis lágrimas se quedaban cortas en comparación con las gotas de la regadera, me quede mucho tiempo en la misma, pensando tantas cosas, por fin después de un rato decidí salir de ahí y tomar una siesta al lado de ella para consolarla, tenía que ser Fuerte, por ambas aunque también estuviera destrozada por dentro, ella aun no volvía, así que decidí esperarla acostada en la cama pero ella simplemente no apareció en toda la noche, por la mañana mentita me llevo algo de comer, teníamos que salir adelante, ¿que mas quedaba?
-¿Donde esta Bonnie Mentita?
-En la habitación de huéspedes.
-¿Porque no durmió conmigo?
-Dijo que ambas necesitan un poco de espacio.
-Bueno Gracias.
Si ella necesitaba espacio claramente yo iba a dárselo, el suficiente para que sanará supuestamente sus heridas, también necesitaba sanar las mías.
Depresión era la palabra correcta, no la había visto hace una semana pero yo aún también sentía dolor en todo mi ser aún así tenía que ir a buscarla, me dirigí a donde ella se encontraba, la habitación estaba obscura y muy desordenada, no iba de acuerdo con ella, estaba acostada en su cama tapada con todas las sábanas.
-Bonnie.... Anda tenemos que Salir adelante, llevas una semana aquí metida, deberías salir.
-¡No!
-Bonnibel...
-¡Vete de aquí Marceline!
-Bonnie....
-¡He dicho que te vayas no quiero verte nunca más!
-Yo....
Esas palabras me lastimaron bastante, di la vuelta y salí de la habitación, entre en donde había estado durmiendo noches anteriores, se me quitaron las ganas de todo, llorar y dormir, mi única forma de escapar de la realidad, la dolorosa realidad.
