ROSIE

Capitulo 20

Ya me enteraría, odiaba esa palabra puesto que me dejaba una intriga tan terrible que a veces no me dejaba dormir, era la persona más impaciente del mundo, por eso al Frank dejarme decidí olvidarle por completo y sí que se me hacia fácil ya que sufría de problemas de memoria. Bueno ya que soy la persona más impaciente y además persistente, tras estar insistiéndole a mi madre por más de una semana que me contara más sobre ese hombre ella decidió que lo haría.

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—¿Jura que no me odiaras?

—¿Por qué hacerlo? —¡cómo voy a odiar a la única persona que tengo conmigo!

—Porque te mentí, te mentí y no debí hacerlo.

—No es para tanto mentimos todo el tiempo, no puede ser grave.

—Te mentí sobre algo de tu padre.

—¡Habla!

—Te contaré desde el principio para que comprendas—dice angustiada— Tenía 20 años ya llevaba tiempo trabajando en el ejército, yo le enseñaba aquellos campesinos que no sabían leer ni escribir, de esa manera podrían comunicarse por medio de cartas con su familia, Robert era digamos como el que mantenía el orden en ese lugar, las chicas que frecuentaban ese lugar eran pocas y ya sabes cómo se ponen los hombres cuando ven una, así que esa fue una de las maneras en las que él llegó a mí, no negaré que era apuesto, pero me parecía un hombre que no controlaba su temperamento y podía ser muy agresivo en algunos momentos, por eso no quise ser su novia, por algunas razones hubo cambio de comandante y llego un nuevo hombre al campamento, ese hombre era tu padre, no cabe recalcar que era muy apuesto y que me flecho al regalarme una mirada con esos ojazos verdes, tu padre era todo lo contrario que Robert y supo ganar mi corazón en muy poco tiempo, eso lleno de ira a Robert, pero lo disimulaba muy bien, tu padre era como un hermano para él, así que no podía hacerle "daño", paso el tiempo y contrajimos matrimonio, fue una ceremonia muy linda tipo militar, lo cual me encantaba y a los meses naciste tú, lo cual nos hizo bastante felices y Robert decía ser tu "tío" lo cual me llenaba de ira de solo escucharlo, ¡era un hombre muy falso! Y cuando tu padre no estaba cerca no dudaba en cortejarme y decir que él era mejor que José y que no sabía que le había visto, en fin paso el tiempo, Robert se casó con una hermosa chica, y pensé que por fin se acabaría su acoso, pero ¡nunca lo dejó de hacer! Se había obsesionado conmigo; tú cumpliste 13 años tu cuerpo había cambiado ya te estabas volviendo una señorita y tu parecido a mí no se podía ocultar, eras preciosa y Robert me lo hacía saber y eso me llenaba de ira y asco, así que le prohibí volver a nuestra casa; llego tu cumpleaños número 15 y tu padre y yo nos sorprendíamos de lo grande que estabas y el parecido que tenías a mí, en si parecías mi gemela pero yo ya tenía unas cuantas líneas de expresión y eso nos diferenciaba al igual que tu color de ojos, tu padre invitó ese día a Robert, pero él no fue a tu fiesta y me alegre pensé que su acoso ya se había acabado, esa noche caímos como piedra la verdad tu fiesta fue agotadora y estábamos muy cansados; ya era más de medianoche y a tu padre le entro un afán de tomar agua, le dije que fuese y seguí durmiendo la verdad estaba agotada.

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—¿Cariño te traigo algo? ¿Cariño? En serio sí que estás cansada pareces roca.

Esas fueron las últimas palabras que escuche de su boca. Él era bastante sobre protector, así que siempre cuando se levantaba a esas horas iba a tu cuarto a revisar si tú estabas bien, pero fue cosa del destino que él fuese a esas horas...

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—¡Robert que haces aquí! ¡Qué haces en el cuarto de mi hija! —dice lleno de ira.

—Vaya, vaya creí que no despertarían — ¿Qué hago dices? Tú me quitaste a la mujer que amaba y yo te quitaré a ti a esta pequeña, la verdad es que tiene un gran parecido a Teresa y ya no sentiré más dolor por no tenerla...

—Que rayos dices Robert tú tienes ¡esposa! ¡Y un hijo con ella!—¿ Al caso has perdido tu cordura? —No te atrevas a tocar a mi hija, ¡vete de aquí o llamaré a la policía!

—No me importa, y si hace mucho perdí mi cordura, así que quiero a Rosie para mí y no me importa que deba hacer —Saca una arma y no duda en accionarla.—Vete no quiero hacerte daño...

—¡Rosie cariño corre! —grita desesperado.

Rosie se despierta por el ruido, pero no halla que hacer, ve que a su padre le apuntan con un arma y que el único camino que tenía hacia él lo obstaculizaba un hombre, dirige su mirada hacia la ventana y no duda en lanzarse...

—¡Eso tírate! —dice Robert empuñando su arma.

—¡Rosie no, detente! Te harás daño, ¡solo corre, vete de aquí!

—¡No saldrás pequeña, si sales  tu padre muere!

José se le abalanza sobre Robert y forcejean por un corto periodo el arma, haciendo que esta se active y se dispare...

—¡Rosie corre! —dice con sus últimos alientos mientras cae al suelo sin poder hacer más...

Ella intenta correr, al escuchar las bocinas de la patrulla, pero Robert la detiene bruscamente, mientras que con su mano empuña el arma, — No me encerraran por esto, mi intención no era hacerle daño a tu padre, ¡es tu culpa! — dice mientras se apunta en la cabeza, cierra sus ojos y se dispara en la cien, no sin antes culparla por todo lo ocurrido.

Al oír tanto ruido decido llamar a la policía y digo que un ladrón entró a nuestra casa, debí hacerlo antes, escuche un disparo en tu habitación y no dude ni un segundo en subir, temía por tu vida y debía protegerte, al llegar a tu cuarto me encontré con tan espantosa escena, tu padre estaba sin sentidos en el suelo y Robert, estaba muerto con una sonrisa macabra en su rostro, en tanto tú, estabas en posición fetal cubriéndose los oídos y gritando que era tu culpa y que lo sentias, intente tranquilizarte pero fuiste muy agresiva conmigo y tuve que llamar a Jon para que te diera algún calmante, duraste más de un mes con pesadillas, altas fiebres, la mayoría del tiempo te la pasabas encerrada en tu cuarto y no probabas bocado alguno, yo ya no sabía qué hacer, eso también me lastimaba, pero un día te despertaste y eras la misma niña que siempre, me preguntaste por tu padre, parecía que no recordabas nada y decidí inventar otra versión, para que no recayeras en esa depresión, te dolió y lloraste todo el día pero luego te calmaste y dijiste que saldríamos de eso juntas, volviste hacer la misma no volviste a enfermar y ya no sufrías de pesadillas y creí que era lo mejor que había hecho...