«Narrador omnisciente»
Al día siguiente todo continuó a la normalidad. Los chicos no tenían que presentarse al estudio esa mañana porque Brian debía ir a arreglar unos problemas personales; además, los chicos podrían tomar eso como un pequeño descanso.
Paul se sentía con más energía que el día anterior. Después de pasar la noche en la habitación de John, todo el cansancio se había esfumado... aunque sabía que eso sólo era por el momento, pues conforme fuera pasando más el tiempo, su cuerpo no resistiría mucho. John parecía no sospechar nada de lo que estaba pasando. De hecho, le divertía que Paul estuviera más cariñoso que de costumbre.
En fin, Paul tenía ganas en ese momento de tomar un poco de aire fresco, así que decidió salir al jardín de la casa. Era un jardín bastante amplio, lleno de rosas rojas, amapolas, girasoles, margaritas y demás. Se agachó a tomar una rosa roja, la cortó con sumo cuidado y esbozó una amplia sonrisa. Aquella acción le había recordado el momento más feliz de su vida.
*Flashback*
2 años atrás...
Diciembre 24, 1963.
Era víspera de Navidad.
Ringo y George se encontraban en la sala bebiendo algo de vino mientras veían la televisión, John estaba en su habitación alistándose para la cena, y Paul... Paul se encontraba en el jardín. Todo estaba repleto de nieve, se veía muy bonito. Hacia un frío tremendo, por lo que Paul vestía un elegante abrigo negro y una bufanda del mismo color. Su nariz estaba colorada por la baja temperatura y sus dientes tiritaban un poco, pero a él le encantaba esa sensación.
Su semblante no tenia expresión alguna. Esa fecha le hacía sentirse un poco triste. Extrañaba pasar las fiestas en compañía de sus padres... los tres juntos... y bueno, también con su hermano Michael, pero extrañaba más a sus padres.
Metió las manos en los bolsillos de su abrigo y exhaló fuerte, haciendo que de su boca saliera el típico vaho. Todo lo que rondaba en su cabeza no eran más que viejos recuerdos...
Paul miro por ultima vez al cielo y pensó que ya había sido suficiente frío por el momento, pues sino se apresuraba, probablemente atraparía un resfriado. Estaba dispuesto a dar media vuelta para regresar a la casa cuando unas manos taparon sus ojos. Al principio se sobresaltó, pero pronto reconoció de quién se trataba.
—Close your eyes and I'll kiss you... —Susurró John en en el oído de Paul -Tomorrow I'll miss you...
—¿J-John? —Preguntó Paul nervioso. John le gustaba mucho desde hace un tiempo pero había tratado de controlarse para no ser descubierto. Quizás era una broma.
—Remember I'll always be true...
—John, esto no es gracioso —Paul trató de destaparse los ojos pero John se lo impidió.
—And then while I'm away, I'll write home everyday... —John le destapó los ojos y lo giró lentamente para quedar frente a frente —And I'll send all my loving to you.
Paul lo miró estupefacto. No sabía muy bien si aquello era un sueño o era realidad.
—John... ¿Qué estas haciendo?
Pero John lo calló colocando la punta de su dedo índice en sus labios.
—Sé lo que sientes por mí, Paul. Lo he sabido todo este tiempo y creo que el día de hoy es perfecto para que te diga lo que pienso al respecto —Dijo John, quitando su dedo de los labios de Paul.
—¿Qué dices? —Preguntó Paul asustado —¿Cómo lo sa-sabes?
—Eres un pésimo ocultista —Contestó John sonriente —Ahora quiero decirte que yo... —Tomó a Paul de la cintura y lo apegó a él —Soy pésimo guardando secretos.
—¿Estás ebrio? —Preguntó nuevamente Paul con los ojos como platos —Tú no puedes sentir lo mismo por mí.
—¿Ah no?
—No.
—Pues te lo voy a demostrar.
Y dicho esto, John acercó sus labios a los de Paul sin pensárselo dos veces. Al principio Paul no respondió el beso porque estaba en shock, pero luego se dejó llevar por los suaves y cálidos labios de John. Cuando se separaron, Paul sonrió inconscientemente.
—¿Ahora me crees? —Preguntó John burlón.
—Si —Contestó Paul acariciándole el rostro. John metió su mano a uno de los bolsillos de su abrigo y sacó una rosa roja.
—Esto representa lo que siento por ti, Paulie. Eres una hermosa rosa que, al abrir sus pétalos, muestra la belleza interna que es digna de poseer —John se la entregó mientras le besaba la mano —Después de tantos años me di cuenta que el amor de mi vida siempre estuvo a mi lado... y ahora no te dejaré ir nunca. Prometo estar contigo todos los días de mi vida y brindarte toda la felicidad que me sea posible —Sonrió —Por favor, hazme el honor de convertirte en mi pareja y te juro que daré mi vida si es necesario para protegerte...
Paul pestañeo repetidas veces. Aquello había sido hermoso. ¡John, quien creía que jamás se fijaría en él, ahora le pedía que fuera su novio! Definitivamente ese era el día más feliz de su vida.
—Claro que acepto, Johnny... ¡Claro que acepto! —Gritó Paul mientras se lanzaba a sus brazos para besarlo.
Desde entonces, la víspera de Navidad pasó de ser un día nostálgico a uno que Paul recordaría por el resto de su vida.
*Fin del Flashback*
Paul sonrió ante el recuerdo mientras olía la rosa.
«Me gustaría que cuando me enterraran mi ataúd estuviera repleto de rosas rojas»