Ringo me pidió que fuera a mi habitación mientras él limpiaba y yo acepté sin más. Al día siguiente no teníamos que ir a los estudios, por lo que podía quedarme en casa todo el día.
John se había largado y George estaba en su habitación tocando su cítara. El ambiente aún estaba tenso, pero eso ya no era nuevo para mi. Lo único que me mantenía alejado de todo eso era dormir y, si fuera posible, elegiría dormir hasta que mi cuerpo se desintegrara.En fin, caminé con pesar por el pasillo que conducía a mi habitación cuando de pronto el timbre de la casa sonó. Ringo se asomó nervioso, seguramente pensando que se trataría de John, pero yo lo volteé a ver y negué con la cabeza.
—John siempre carga con él sus llaves, debe ser alguien más.
—Iré a ver.
—No, Richie —Lo detuve del brazo cuando pasó a mi lado —Yo iré.
—Pero...
—Veré primero por el picaporte para que no te preocupes, ¿si? —Sonreí —No queremos que se asusten con mi rostro.
Ringo hizo una mueca de dolor por mi comentario y volvió a ingresar a la habitación de John para seguir limpiando, mientras que yo bajé las escaleras para ir a abrir. Cuando llegué a la puerta, me asomé primero como había dicho... pero no había nadie.
—¿Qué ha pasado, Paul? ¿Quién es? —Me preguntó Ringo a lo lejos.
—No es nadie... seguramente querían jugarnos una broma —Dije confundido.
—Sube por favor, necesitas descansar.
Suspiré y me giré para subir por las escaleras otra vez, sin embargo cuando me disponía a hacerlo, escuché que algo se deslizaba por debajo de la puerta. Era un sobre.
—¿Paul? —Insistió mi amigo —¿Todo bien?
—Sí, en un momento voy para allá —Respondí acercándome al sobre. Me agaché con trabajos para tomarlo y, cuando lo tuve entre mis manos, me asombró el que no tuviera remitente ni destinatario. Eso si, era un sobre color crema muy bonito. La curiosidad me mataba por saber que tenía dentro, así que fui a la cocina por un cuchillo y lo puse en la punta del sobre para abrirlo. Cuando lo hice, metí la mano para encontrarme con un pequeño papel blanco.
—¿Pero qué...? —Susurré intrigado mientras lo desdoblaba. El papel decía lo siguiente:
Recuerdo haber creído saber quién eras, pero por un momento dudé. Demoré mucho en tratar de contactarte y es por eso que no había podido mandarte mi regalo. Cuando estuviste a punto de caer en la tienda de figuras de porcelana, pude ver tus ojos bien (o más o menos, pues tenías la bufanda casi enrollada por todo el rostro) y supe que no me había equivocado. Por favor, no te asustes. No diré nada, Paul.
Quisiera conocerte mejor. No soy un fan loco o un periodista insensato, sólo soy un chico que quedó clavado contigo. No busco tu fama, ni tampoco tu dinero, sólo busco un pretexto para poder verte un momento. Si te interesa, estaré hoy a las 8:00 pm en la misma tienda dónde nos conocimos.
P.D. Abre la puerta antes de que alguien se lleve el regalo.
Mi cara no tenía precio. Abrí rápidamente la puerta y vi en el suelo una pequeña caja color azul, pero no había nadie. La tomé, cerré la puerta y volví a adentrarme a la casa. Las manos me temblaban y no sabía muy bien que hacer, pero no podría ir a dormir sin saber de qué se trataba. Caminé hacia el sofá de la sala de estar y me senté, colocando la caja en mi regazo. ¿Debía abrirla? No estaba muy seguro, pero lo hice.
—Vaya... —Exclamé sorprendido. La caja contenía el pequeño perro ovejero de porcelana que había peleado con aquel chico. No podía creerlo.
Coloqué la figura dentro de la caja nuevamente y subí las escaleras para ir a mi habitación. Ese chico... ese chico me había encontrado. Había encontrado a uno de los Beatles. ¿Diría la verdad?
Por curiosidad, miré el reloj que colgaba de la pared.
Eran las 7:00 pm.
Si iba arriesgaría la seguridad de los chicos y la mía... pero... había otra parte de mi que quería ir para olvidar todo lo que me estaba pasando. ¿Debía preguntarle a Ringo? Bueno, probablemente se negaría. ¿Qué había de George? Aún no me hablaba pero, sobre todo... ¿qué pasaría si John se enteraba? No era que estuviera haciendo algo malo, sólo iba a ver a alguien que se había tomado la molestia de buscarme, pero aún me sentía raro. Si no iba... ese chico me odiaría y mi reputación tomaría el lado equivocado, pero si iba... quien sabe qué pasaría.
Me senté al borde de la cama y reflexioné. Quería despejarme, y mucho, pero a la vez tenía miedo. Ufff... ¿por qué me preocupaba tanto? Pronto iba a morir, merecía hacer algo interesante antes de partir, ¿no?
Me levanté y fui directo al espejo del baño. Tenía el rostro algo hinchado, pero con algo de maquillaje se podría disimular. Además, ya estaba oscureciendo. Abrí el grifo de agua, me lavé el rostro y después apliqué un poco de maquillaje en las heridas. Hasta eso, John no me había dejado tan mal.
Por último, tomé mi cepillo de cabello y comencé a peinarme hacia abajo para verme presentable, pero cuando terminé, algo en las cerdas me había llamado la atención.
—Oh no... —Exclamé horrorizado: Había un enorme mechón de mi cabello en el cepillo. Los ojos se me llenaron de lágrimas y me recargue en lavamanos para tranquilizarme. Sabía que eso iba a pasar, pero jamás creí que fuera tan doloroso y repugnante.
Respiré hondo varias veces para no llorar, y cuando lo hice, opté mejor por usar un gorro de invierno. Hacia frío, así que nadie notaría mi desgracia. Me miré en el espejo una vez más y después fui a mi armario para sacar un elegante abrigo color caqui. Como toque final, me coloqué una bufanda negra y salí de mi habitación. Por lo que pude escuchar, Ringo estaba en la habitación de George murmurando. Seguro estarían arreglando sus problemas, esos dos no podían estar peleados por mucho tiempo.
Aprovechando que nadie estaba en la planta baja, abrí la puerta principal con mucho cuidado para que nadie me oyera y salí de la casa. El frío me hizo tambalear, pero no me rendí. Caminé como si nada hacia el lugar donde el chico me había citado y, en pocos minutos, logré llegar. Miré el reloj de muñeca que vestía y me di cuenta de que había llegado 10 minutos antes, así que me recargué en la pared del local a esperar al chico.
Estaba loco por ir, lo sabía, pero nadie se enteraría. Necesitaba nuevos aires, necesitaba un último suspiro para saber que aún estaba con vida.
—Hey, Paul... llegaste antes.
![](https://img.wattpad.com/cover/76911544-288-k357376.jpg)