Capítulo 21

2.1K 272 165
                                    


John se separó de mí para poder verme mejor. Intenté cubrirme para evitar que viera más pero fue demasiado tarde.

—Paul... ¿Quién te hizo esto?

—Nadie —Respondí temblando escandalosamente.

—Dime la verdad —John se calló un momento y luego pareció pensar en algo —¿Dónde estuviste en estos días?

—Yo...

—Con él, ¿cierto?

Joder John, ¿cuando entenderías que tú eras el único hombre en mi vida?

—No, yo no tengo a alguien más —Dije con un hilo de voz —¡Yo te amo!

—¡Mientes! ¡Me dejaste y lo sabes!

—¡Tú tampoco me has extrañado mucho! —Grité, sintiendo mi rostro arder —¡Yo te amo sólo ti! ¡Te lo dije la noche pasada!

—¡¿Qué noche?!

—La vez que estabas ebrio en mi habitación —Respondí encogiéndome.

John se quedó callado por varios segundos. Sabía que no recordaría casi nada, pero eso bastaría para calmarlo un poco.

—Creí que eso había sido un sueño —Me dijo después, sentándose al borde de la cama.

—No lo fue.

John me miró y frunció el ceño, típica gesto de confusión.

—Paul...

—Yo te amo John, pero lamentablemente no puedo estar contigo.

—¿Por qué no?

—Porque yo... —Un trueno me interrumpió, haciéndome saber que se avecinaba una fuerte tormenta tanto adentro como afuera.

—¿Paul?

Le diría la verdad.

—John... acércate —Pedí, respirando entrecortadamente. John hizo lo que le pedí y me miró expectante —Quítame la ropa.

Él abrió los ojos como platos y tragó fuerte.

—¿Estás seguro? —Me preguntó nervioso, pues no entendía nada.

—Si.

John se sentó a mi lado y comenzó a quitarme prenda por prenda. Conforme me iba desvistiendo, su mirada se horrorizaba cada vez más.

—¡No puedo seguir! ¡¿Quién te hizo esto?! —Me gritó, tomándome por ambos lados del rostro y zarandeándome —¡Dime, Paul!

—¡Nadie! —Respondí llorando a mares —¡Me voy a morir, John!

La luz se fue y nos quedamos en penumbra pues ya estaba atardeciendo. La lluvia parecía querer romper las ventanas y el viento hacía tronar las ramas de los árboles. John me soltó y me miró exaltado, su pecho subía y baja con rapidez, al igual que la temperatura del lugar.

—¿Qué dices? No entiendo na-nada...

—Tengo cáncer, John... me voy a morir —Confesé —Me queda menos de un mes.

John perdió el equilibrio y necesito sujetarse de un librero que estaba en la pared. No sabía si había hecho bien, pero estaba seguro de que si hubiera seguido ocultando las cosas, todo habría resultado peor.

—No mientas, Paul —Me dijo John al borde del colapso —Es una broma para hacerme pagar todo lo malo que te hice, ¿cierto? —Me miró en espera de que asintiera, pero yo no hice nada —¡Dime que es una broma!

—No lo es, Johnny —Respondí con el corazón roto —Voy a irme.

John comenzó a llorar en silencio y se acercó a mi. No sé de donde saqué fuerzas, pero pude extender mis brazos y abrazarlo. John puso su cabeza en mi pecho y correspondió a mi abrazo tomándome de la cintura.

—Paul... no... —Me dijo ahora sollozando —¡No puede ser cierto!

—Lo es —Respondí aferrándome a su espalda —Lo siento tanto.

—¡Debe haber una cura! ¡Todo tiene solución!

—Ya es muy tarde.

John rompió el abrazo y me tomó del rostro nuevamente.

—Cállate, no digas eso... sólo estas asustado, es eso... si...

John comenzó a balbucear, tratando de convencerse a sí mismo que nada de eso estaba pasando, pero yo negué con pesadez. Me dolía verlo llorar así, sólo lo había visto en ese estado cuando lo acompañé al funeral de su madre. Ese día fue uno de los más difíciles para él.

—No puedo perderte... ¡Eres la única persona que me importa en este mundo! ¡No puedes irte!

—No hay nada que hacer —Dije acariciando su cabello —Nada.

—¡No digas eso! —John me abofeteó y luego pegó mi cabeza a su pecho. Me había dolido, pero comprendía su coraje —¿Por qué la vida siempre me quita lo que más amo? ¡¿Por qué?!

—No sé —Dije con la voz amortiguada —John, necesito que seas fuerte.

—No podré soportarlo...

—Tienes a Yoko, ella te apoyará para superarlo —Solté un sollozo —Ella, a quién te esmeraste en mostrarle que eres capaz de amarla.

—¿No lo entiendes? —John alzó mi rostro —¡Yo estaba celoso porque pensé que tenías a alguien más! ¡Yoko sólo fue una consecuencia de mi propia estupidez!

—Puede ser una excusa muy buena, pero sabes que también la amas —Me lamenté, desviando la mirada —Llorarás mi muerte algunos días, pero luego pasará y continuarás con tu vida tal y como me abandonaste en todos estos meses, encerrándote en tu propio error, insistiendo en que yo estaba con alguien más. Yo me alejé por tu bien, pero jamás te detuviste a pensar en eso.

—Paulie, escúchame —John me tomó del mentón y me obligó a mirarlo —Fui un idiota, jamás dejé de pensar en ti. Todos los días me lamentaba por ser tan orgulloso y por no poder acercarme a ti para ver porque actuabas así. No habrá nadie más que tú, eres el amor de mi vida. ¿Cómo pretendes que...?

—Entonces demuéstrame que me amas —Lo interrumpí parando de llorar. Una furia se había apoderado de mí de repente. Era como si todo lo que había llorado por su engaño en los meses pasados se me juntara en esos momentos y explotara con rabia.

—¿Cómo?

—Hazme el amor ahora mismo.

John abrió la boca y negó apresuradamente.

—No... ¡Te lastimaré!

—¡Quiero que me lo hagas como se lo haces a ella! —Grité eufórico —¿O acaso ya no quieres por mi horrible cuerpo?

—Paul...

—¡Respóndeme!

—¡No quiero hacerte más daño! —John se tomó el cabello desesperado —¡No estás en condiciones!

—¡No me trates como si ya estuviera muerto! —Grité, rompiendo en llanto otra vez. Creo que me estaba volviendo loco.

—Paul... entiende, no puedes ni moverte —Me dijo John, quien también había parado de llorar por mi extraño cambio de humor.

—Quiero que me tomes ahora, por favor —Supliqué tratando de levantarme de la cama, pero al momento que puse los pies en el piso, mis piernas se doblaron y caí estrepitosamente. John corrió a levantarme —Por favor, John. Quiero que me recuerdes como un chico atractivo y no como un enfermo terminal. Quiero que veas que yo puedo ser mejor amante que ella.

Sabía que lo que le pedía era muy difícil, pues mi cuerpo ya lucía así. Al menos aún tenía suficiente cabello como para aparentar que no se me estaba cayendo, pero dentro de muy poco se habría esfumado.

—Bésame —Susurré hipando, mientras que John soltaba una lágrima y me acariciaba los brazos.

—Te amo —Fue lo único que me dijo, antes de colocarme en la cama y besarme con amargura.

Aquella fue la última vez que me sentí vivo.

Sólo Ámame Hasta El Último Suspiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora