Capítulo 16

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Ya era tiempo de comenzar las grabaciones. John nos había entregado los guiones de mala gana y Brian nos estaba exigiendo más de lo normal.

Lo que pasó con John días antes no volvió a suceder. Al parecer, él no sabía que había estado conmigo en mi habitación y que nos habíamos tocado un poco, así como tampoco recordaba la confesión que le había dicho, cosa que me hacía sentir peor que nunca.

Respecto al nuevo proyecto... la película era algo extraña, pero todo giraba alrededor de Ringo otra vez y eso estaba bien para mi. Me costaba un poco actuar pero con la ayuda de los productores podía presentar un trabajo decente. Entre grabación y grabación yo me escapaba a un piano que había en el set y pasaba algunas horas tocando acordes al azar, pensando en todo menos en la película.

Hubo un día en que me desperté algo exaltado en mi habitación horas antes de dirigirme a las grabaciones. Había soñado con mi madre nuevamente, pero esa vez era diferente. En el sueño, yo hablaba con ella respecto a lo que me estaba pasando y ella me daba consejos, pero de la nada, John aparecía frente a mi y me abrazaba de una forma muy rara. Además, una melodía sonó en esos momentos en mi mente y fue exactamente cuando desperté. Tenía que plasmarla lo más rápido posible y, como fueron pasando los días, determiné que la llamaría Yesterday. Me había inspirado en aquel sueño y por eso era algo triste.

Brian y George me escucharon tocarla pocos días después que la había terminado y me propusieron incluirla en el álbum, cosa que yo acepté. Sería la primera canción de la banda que no incluiría a los demás. Era una locura porque se suponía que éramos un equipo. Ya no era lo mismo... Extrañaba emocionarme con John al componer, pelear con George respecto a la afinación de su guitarra y sonreírle a Ringo cuando su batería y mi bajo se acoplaban con exactitud.

En fin, en esos momentos me encontraba limpiando mi bajo atrás del set de grabación. Nos habían dado un par de horas libres para descansar y yo había optado por darle atención a mi instrumento. Estaba tan concentrado que ni siquiera me había dado cuenta de que Ringo se había aparecido.

—Paul, iremos a dar una vuelta en lo que volvemos a grabar, ¿vienes?

Di un salto en mi asiento y lo miré algo perturbado.

—No... estoy bien —Carraspeé —Vayan ustedes.

—Sólo iremos George y yo... ya sabes.

—No hay problema, vayan.

—Bueno.

Antes de que mi amigo se diera la vuelta para salir lo llamé. Tenía que decirle algo.

—Me alegra que George y tú ya se hablen —Sonreí —No podía estar tranquilo pensando en que estaban peleados por mi culpa.

—No es tu culpa, Paul —Se acercó a mi —Sólo dale tiempo.

—Espero que reaccione antes de que sea demasiado tarde —Dije como si nada, ignorando que Ringo ya se sentía bastante incómodo por mis comentarios fuera de lugar.

—Nos vemos.

Lo despedí con una mano y seguí con lo mío, sólo que gracias a la interrupción ya no tenía muchas ganas de continuar. Antes de que me desesperara y mandara mi bajo al diablo, decidí darme un respiro. No sabía que hacer, ya que por lo general en los tiempos libres me gustaba estar con John haciendo de todo menos música, pero ya no era posible. Por otra parte, una pequeña pizca de curiosidad habitaba en mi sobre Jack. Ya tenía bastante que no sabía nada de él y yo no podía contactarlo porque no tenía su número telefónico, aunque si lo pensaba bien, tampoco él se había molestado en llamarme.

Decepcionado de la vida, decidí desechar la idea de buscarlo y mejor dar una vuelta por el set.
Caminé con las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón mientras veía fijamente el piso por los largos pasillos. Me topé con varias personas de la producción pero jamás con alguien que fuera de mi importancia. Agh... era terriblemente aburrido, tanto así que me daban ganas de lanzarme del techo.

—Ah... John...

¿Pero que había sido eso?

Detuve mi caminata para identificar de donde había provenido aquella voz tan rara.

—Más por favor... más...

El ruido provenía de un armario de limpieza. Por favor, esperara que lo que pensaba fuera imaginación mía.

—Te amo... te amo a ti y sólo a ti...

Ese había sido John. Ese había sido el jodido John Lennon.

—Ah... ah...

Sin soportar más, me acerqué a la puerta del armario y la abrí de golpe, encontrándome con la peor escena de mi vida: John, trepado como perro, teniendo relaciones con la japonesa.

—¡Paul!

No supe en que momento mis ojos se llenaron de lágrimas. No podía creerlo.

—Eres un...

No pude continuar. Lo único que pude hacer fue salir corriendo hacia la salida del set. No me importaba que me regañaran después, de hecho, ya no me importaba nada.

Corrí por las calles desenfrenado mientras el aire golpeaba ferozmente mi rostro por la tormenta que se avecinaba y, dicho y hecho, las gotas no tardaron en aparecer. Mi ropa se mojó como nunca, mezclándose también mi llanto con el agua.

Por la lluvia, la gente comenzó a correr para resguardarse, beneficiándome porque así nadie me prestó mucha atención. Lo único que inundaba mi mente era el dolor de un corazón roto.
Un corazón que moriría sin haber sido amado de verdad.

—¡Cuidado!

Para mi mala suerte, choqué con alguien. La caída fue algo estrepitosa y vergonzosa, pues caí sobre un chico en un charco de lodo.

—Lo siento mucho... Yo...

—Oh por Dios... ¡Paul!

Paré de hablar y alcé el rostro para ver de quién se trataba.

Oh Jack, buen momento en el que me topé contigo.

 

Sólo Ámame Hasta El Último Suspiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora