Capítulo 1

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En un apartamento lujoso de Nueva York...

Kate se ve obligada a abrir los ojos gracias a los rayos de sol que se clavan en su rostro adormilado. Alza los brazos para desperezarse al mismo tiempo que un suspiro sonoro rebota por las paredes de su habitación.

- ¡Eh tú!- la joven mueve al tío con el que se acostó sin ningún tipo de cariño.- ¡Ya es de día, tienes que irte!- pero ese tío tiene otros planes y consisten en permanecer más tiempo durmiendo.

- ¿Quieres jugar? Pues juguemos.- Kate agarra el cubo que tiene preparado para situaciones como la de ahora, lo llena de agua y lo derrama encima del hombre que grita asustado.- ¡Joder, estás loca!

- Te he pedido amablemente que desaparezcas de mi vista y no me has querido escuchar, pensaba que si te refrescaba tus oídos se limpiarían; ahora fuera, gracias por lo de anoche pero no quiero nada serio con nadie.

El hombre musculoso se vuelve a poner la ropa de la boda y se marcha no sin antes insultar a la chica que lo ha echado a patadas del apartamento.- Siempre me tocan los gilipollas.- comenta ella antes de meterse a la ducha para deshacerse del arrepentimiento por volver a caer en la misma rutina.

No muy lejos de allí, en otro apartamento...

Rick aparta el brazo de esa joven preciosa con mucho cuidado para no despertarla, busca su ropa desperdigada por el suelo y se marcha dejando una nota; "Anoche me lo pasé muy bien, fue un buen polvo. Gracias".

Misma nota para otra chica distinta, él es así, no tiene que preocuparse por el amor y lo que ese sentimiento conlleva; todo son problemas. Él prefiere follar con desconocidas en sus apartamentos para que así luego no le puedan reclamar nada, simplemente es una noche salvaje, para eso están las bodas, ¿no?

Unas horas más tarde...

Katherine Beckett entra a su despacho vestida con una falda y una camisa, los zapatos a juego. El reloj de su padre en la muñeca izquierda y el anillo de su madre colgado al cuello.

- Buenos días Beckett.- su compañero Vikram le saluda antes de que la mejor abogada de la ciudad se encierre para no salir hasta la hora de la comida. Kate puede parecer una persona fría y sin corazón pero no fue culpa suya, un cabrón mató a su madre a sangre fría y la abandonó en un callejón; jamás olvidará aquella trágica noche de invierno.

Kate revisa a su cliente, típico caso de divorcio entre gente famosa, los ricos y sus problemas insignificantes. Trabaja durante toda la mañana, con una breve pausa para su café con aroma a vainilla.

- Katherine, su amiga Jenny está al teléfono, se la paso.- comenta su secretaría desde su mesa.- ¡Katie!- la voz aguda de su amiga le obliga a apartar la oreja del aparato.

- Sabes que estoy ocupada Jenny, ¿qué pasa?

- Yo también me alegro de hablar contigo, tengo una buena noticia.- Beckett adora a su amiga, de verdad que sí pero a veces puede resultar un poco...agobiante con llamadas para hablar de gilipolleces.

- ¡Kevin me ha pedido que me case con él! ¡¿Te lo puedes creer?! ¡Estoy muy emocionada!

- Eso es genial Jenny, me alegro mucho pero tengo que atender a los clientes. ¿Quieres que nos veamos para comer? Tengo un hueco.

- ¡Vale, nos vemos donde siempre!- y la chica cuelga sin más, ¡Genial! Piensa Beckett, otra boda, ¿la gente piensa que ella es de oro? Vale, económicamente no le va nada mal pero si asiste a esa boda volverá a acostarse con cualquiera aunque la idea tampoco le desagrada demasiado.

En un estudio de grabación a unas manzanas del bufete de abogados...

Rick escucha con atención la nueva maqueta de esa nueva promesa, podría llegar muy alto si continúa así.

- Muy bien, vamos a hacer un descanso Liam, te lo has ganado.- Richard Castle, famoso por sus discos, sus premios en el mundo de la música, decide ir a tomar un café para despejar la mente durante un rato.

- ¡Ricky!- su amigo Kevin Ryan le espera sentado en el sillón, ambos se dan un abrazo.- ¡Qué sorpresa Kevin! Llevábamos tiempo sin vernos, ¿cómo te va?

- Muy bien, detective de homicidios en una comisaría pero no he venido aquí para hablar de trabajo. ¡Me voy a casar!- Castle finge emocionarse, a él no le va ese rollo pero sabe cómo es su mejor amigo, un romántico empedernido.

- ¿Con Jenny?- Ryan asiente con una gran sonrisa.- Dentro de un par de meses, llevamos seis años como novios y no queremos esperar más para dar el gran paso.

- Supongo que estoy invitado, ¿no?

- No sólo eso, vas a ser uno de mis padrinos, y no es una pregunta.- Rick no tiene escapatoria, tendrá que asistir por su amigo; la idea de volver a enrollarse con una desconocida se instala en su mente, puede esperar hasta ese día.

- Me encantará ser tu padrino, ¿sabes quiénes serán las damas de honor de Jenny?

- Tú siempre pensando en lo mismo, ¿eh? Pues la verdad es que lo estuvimos hablando y me parece que son dos amigas suyas de la infancia; Katherine Beckett y Lanie Parish.

- Ni idea, bueno Kevin, tengo que volver al trabajo. Avísame del día, hora, lugar, ya sabes.

- Descuida, en breve mandaremos invitaciones, queremos que sea algo íntimo, amigos cercanos y familiares.

Castle se vuelve a colocar los auriculares para dejarse llevar por la voz de Liam, le gusta y cuando a él le interesa una persona; nunca, jamás la dejará escapar.

A la hora de la comida...

Jenny le enseña el anillo a Kate, esta finge interesarse por semejante diamante pero en realidad le importa bien poco esos temas.

- ¡¿Dentro de dos meses?! ¡¿Tanta prisa tenéis?!

- Llevamos seis años de novios Beckett, además será una ceremonia sencilla e íntima. ¿Querrás ser mi dama de honor junto a Lanie? Por favor, tienes que asistir.

- Ayer ya tuve otra boda de un compañero Jenny, me vais a arruinar con tanto sentimentalismo pero si no me queda más remedio...iré.

- ¡Genial! Quizás hasta ligues y todo, los padrinos de Kevin no están nada mal.

- Yo no ligo Jenny, yo me acuesto con los tíos y después me olvido de ellos, paso del amor.

- Vale, vale pero, ¿no quieres saber sus nombres?

- Si te hace ilusión decírmelo...soy toda oídos.- Jenny a veces odia el comportamiento tan pasivo de su amiga, vale que mataron a su madre y eso fue un trauma para ella pero podría sonreírle un poco más a la vida.

- Son Richard Castle y Javier Espósito.

- No me suenan pero gracias por informarme, ya sé con quién no debo tener ningún tipo de contacto.

- Adoro tu entusiasmo Kate, en serio.

-          Adoro tu entusiasmo Kate, en serio

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Engañando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora