Kate y Rick son personas con personalidades totalmente diferentes pero hay algo que tienen en común y es la necesidad de acostarse con desconocidos sin necesidad de llegar más lejos; ambos adoran el sexo y eso es lo único que les importa. El destino...
El viaje, desgraciadamente, está llegando a su fin. Es inevitable que el tiempo transcurra tan deprisa cuando lo único que haces es divertirte desde que sale el sol hasta que se oculta.
Para Kate y Rick ha sido una experiencia que volverían a repetir sin dudarlo, las personas de allí son amables, han practicado todo tipo de deportes acuáticos y también han explorado aquel lugar de punta a punta.
- Voy a echar de menos este maravilloso y pacífico sitio.- comenta Beckett tras lanzar un sonoro suspiro, ha comenzado a guardar prendas y regalos en la maleta.
- La verdad es que será raro volver a escuchar por las noches el tráfico y las personas de aquí para allá; extrañaré el sonido del mar y el silencio que en la ciudad es imposible conseguir.
Ambos no tienen ganas de volver pero el trabajo es el trabajo, Kate tiene ganas de ver a su sobrinita; nunca ha sentido devoción por los niños pero ella misma ha cambiado, no es la misma mujer de hace un año, (aunque sigue disfrutando del sexo salvaje).
- Hoy es nuestra última noche aquí, ¿qué te apetece hacer?- pregunta ella mientras observa el paisaje que le ha acompañado durante estos últimos días.
- Pues...tengo una sorpresa para ti, así que lo siento, no puedo decir nada más.
- ¿En serio? ¿Ni siquiera una pista?- Kate se ha puesto hasta nerviosa, ahora su cabeza no dejará de pensar en otra cosa más que en la sorpresa que su perfecto novio le ha preparado.
- Eres demasiado inteligente, si te revelo algo seguro que lo adivinas. Lo siento Kate pero te tocará ser paciente, sé que es una de tus muchas cualidades.
Beckett cruza los brazos mostrando así su enfado por ese secretismo, ¿qué podría haber preparado en un sitio tan romántico como ese? ¡Pues cualquier cosa! Lo mejor será intentar no pensar en ello y disfrutar del último día al máximo.
La pareja decide pasar la mañana en la playa, hoy el mar está relajado y perfecto para zambullirse, nadar, bucear...Otras personas han optado por hacer lo mismo, las sombrillas son ideales para dos o tres personas, Kate se quita la parte de arriba del bikini para coger color.
Rick le mira con picardía detrás de sus gafas de sol, no le molesta que ella enseñe sus moldeados y perfectos pechos, es más, quiere presumir de esa diosa que es sólo para él. Sabe que otros hombres le mirarán aunque sea de reojo y eso le gusta.
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Kate nada durante un rato, le encanta esa sensación de flotar en el mar, los rayos de sol se quedan reflejados en el inmenso océano proporcionando unas vistas que sólo unos pocos afortunados tienen la oportunidad de disfrutar.
- ¡Rick acompáñame, está buenísima!- él no se lo piensa dos veces, deja las gafas de sol en la hamaca y se zambulle en el agua deshaciéndose así del calor que le agobiaba.
- No quiero irme de aquí, esto es demasiado bonito para que sólo haya durado dos semanas, ¿y si lo alargamos?- pregunta ella rodeando el cuello de su novio con las manos.
