Capítulo 18

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No, no ha sido la decisión más inteligente, tampoco la menos dolorosa, pero para ella siempre es lo correcto aunque eso signifique hacer daño a las personas que más quiere. ¿Es la primera vez que le ocurre? Pues no, Katherine estuvo con un chico, le amaba con locura e incluso llegaron a prometerse, entonces sucedió una tragedia que a día de hoy sigue torturando a la abogada que ahoga sus penas en una botella de vino.

Le arrebataron a su madre sin piedad, sin darle tiempo a despedirse de ella, sin decirle que lo sentía por todas las discusiones, por no haberla acompañado esa noche al supermercado, en fin...jamás podrá superar esa culpabilidad. Tras esa trágica pérdida, Beckett se encerró en su trabajo, en su carrera, en sí misma; olvidando por completo que su corazón seguía bombeando sangre y, que también podría abrirse en cualquier momento.

Quiso reprimir los estúpidos sentimientos con otras cosas, la música, el alcohol y, por supuesto, el sexo desenfrenado y salvaje con un hombre distinto cada fin de semana; poco a poco fue añadiendo más días sin que le importase demasiado su reputación. Mientras fuese buena en su trabajo, no la despedirían, principalmente porque su padre el famoso Jim Beckett, alias "El tiburón justiciero", o al menos él se llamaba así, estuvo en ese despacho años antes.

Todo marchaba bien en su vida, o al menos así lo veía ella, ¿qué le importaba si no era políticamente correcto? A Kate le importaba bien poco la opinión de los demás, lo que decían de ella se la sudaba. Sus amigas se iban casando, ella asistía a las bodas y se lo pasaba genial follando con algún amigo soltero, ¿qué tenía eso de malo?

Se había acostumbrado a la buena vida, a las responsabilidades, a defender a personas inocentes, a encerrar a los criminales, a salir de fiesta con Lanie y Jenny sin embargo, también se había enganchado a otra cosa que cada vez que la veía su corazón daba un vuelco.

Se había acostumbrado a la buena vida, a las responsabilidades, a defender a personas inocentes, a encerrar a los criminales, a salir de fiesta con Lanie y Jenny sin embargo, también se había enganchado a otra cosa que cada vez que la veía su cora...

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 Esa sonrisa tan embriagadora, los abrazos cálidos, su perfume, su forma de ser inmaduro algunas veces pero siendo adulto cuando la situación lo requería; el sexo con él es fantástico, le hace reír, le apoya y no habla del pasado si ella no se lo pide.

Kate observa la botella vacía, ¿qué ha hecho? Siempre se ha escondido en el dulce sabor del vino, en el vodka, en su apartamento con las persianas bajadas y a oscuras. Al levantarse siente un dolor en el abdomen, el corte es peor de lo que pensaba pero no le importa, tiene que ir a ver a Rick.

Una hora más tarde...

El compositor acaba de salir de la comisaría, ha tenido que dar información sobre las personas, el lugar y lo ocurrido para ver si pillan al culpable, Martha quiso ir con él pero Rick optó por ir solo; así podría pensar durante el camino.

Una persona encapuchada comienza a seguirle, Castle no tarda demasiado en plantarle cara.- ¡¿Quién coño eres?! ¡¿Por qué me estás siguiendo?!- Kate se quita la capucha dejando ver un rostro demacrado, con el rímel por las mejillas y una ligera sonrisa.

Engañando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora