Kate y Rick son personas con personalidades totalmente diferentes pero hay algo que tienen en común y es la necesidad de acostarse con desconocidos sin necesidad de llegar más lejos; ambos adoran el sexo y eso es lo único que les importa. El destino...
El dolor casi ha desaparecido, Kate se volvió a dormir nada más terminarse todo el cuenco de sopa que, por cierto, estaba para chuparse los dedos. Al abrir los ojos, se encuentra a Rick limpiando su apartamento, o al menos está ordenando algunas cosas.
- ¿Qué estás haciendo? Una cosa es cuidar de mí y otra ser mi asistenta personal.- Beckett se incorpora lentamente, jamás había visto su apartamento tan reluciente; es lo que tiene ser abogada de élite, poco tiempo para dedicarle a su hogar.
- No pasa nada, me gusta limpiar aunque suene cursi. Es una de mis muchas manías, ¿te molesta?
- Mientras no hayas cotilleado por mí vale.- ella respira profundamente, es imposible que Castle haya descubierto la caja de los secretos que Kate guarda en lo más profundo del piso; no lo descubriría ni por casualidad.
- Bueno, ¿cómo te encuentras? Tienes mejor aspecto, la sopa te ha sentado de maravilla por lo que veo.
- La verdad es que estaba deliciosa, no sabía que se te daba tan bien la cocina, eres una caja de sorpresas.- Castle hace una reverencia y ella no puede evitar reírse con las tonterías del chico que no se ha apartado de su lado en ningún momento.
- ¿Sigue la tormenta?- a juzgar por el cielo oscuro cubierto por unas nubes negras y las gotas repiqueteando en los cristales de la ventana, parece que el mal tiempo no ha pactado todavía una tregua.
- La ciudad está en alerta amarilla desde hace una hora, no es conveniente salir fuera, lo siento pero tendrás que aguantarme un poco más.- responde Rick sentándose junto a la mujer que le vuelve loco.
- No puedo deshacerme de ti ni aunque quiera, tampoco me estorbas; agradezco que hayas venido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- De nada, no tienes por qué solucionar las cosas tú sola, si necesitas ayuda no tienes más que pedirla.- para Rick es muy fácil decirlo pero Beckett ha estado sola durante muchísimo tiempo, ha podido construirse un futuro sin tener a nadie con quien compartirlo y todavía sigue viva.
- Gracias por tu sabio consejo, creo que voy a darme una ducha, ¿qué vas a hacer mientras?- él alza una ceja, finge haberse ofendido con esa pregunta.- ¿en serio Kate? ¿Vas a abandonarme?
- Sólo voy al baño, ¿quieres acompañarme? Seguro que llorarás si me alejo de ti.
- Qué graciosa, se ha despertado de buen humor Señorita Beckett.- ella le saca la lengua y después echa a correr hacia la habitación, Castle le atrapa y comienza a besarle a la vez que la atrae hacia él.- pues al final te he acompañado.
- No he tenido que insistir mucho, voy a llenar la bañera, me apetece relajarme un poco. -Rick le da pequeños besos por el cuello mientras ella gira el grifo del agua caliente, pone el tapón para evitar que el agua se vaya.
