Una conversación que debió suceder hace mucho

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Tal y cómo dejé a Ariel en la pensión Esperanza me encaminé hacia el banco, necesitaba hablar urgentemente con mi padre. ¿Sabría él que Valeria había tenido una hija fuera del matrimonio? Pero la verdadera razón por la que necesitaba ir a hablar con mi padre era porque no podía creerme que Valeria se hubiese deshecho de su hija sin una razón aparente, pero ¿querría Valeria saber algo de su hija?

Con el corazón martilleándome como un loco en el pecho entré en el despacho de mi padre, mi progenitor me miró sorprendido y dijo:

- Leonardo, ¿qué haces aquí? Deberías estar con tu hija no aquí. Podemos prescindir de ti un par de días.

- Buon giorno padre, he venido porque necesitaba hablar contigo urgentemente.

- ¿De qué se trata figlio mio? Debe de ser importante si has dejado a Stella estando enferma.

- La verdad padre tenía mis dudas sobre si venir a hablar contigo por cómo te podía afectar esto, pero ahora que sé que estás bien creo que deberíamos hablar.

- ¿De qué quieres hablar Leonardo? Me estás preocupando. ¿Estás bien? ¿Stella está bien?

- Nosotros estamos bien papá, se trata de Valeria...

- ¿Crees que me oculta algo de su chequeo médico?

- En realidad, creo que te oculta algo desde hace tiempo...

- ¿Lo sabes? – me preguntó mi padre cortando mi explicación.

- Si te refieres a que Valeria tuvo un hijo fuera del matrimonio; si lo sé.

- ¿Cómo te has enterado?

- Antes de decir una sola palabra más tengo que saber una cosa ¿tuvo que dejarla o nunca la quiso?

- Tuvo que dejarla, es una historia muy larga y muy complicada Leonardo.

- ¿Violaron a Valeria? ¿Por eso se desentendió de su bebé?

- No, no la violaron Leonardo. Valeria quería a su pequeña más que a su propia vida y no pasa un solo día en que no piense en ella.

- ¿Sabes quién es el padre?

- Sí, pero si crees que soy yo te equivocas... no mantuve relaciones con Valeria hasta casarnos – dijo mi padre con la cabeza bien alta.

- Ni siquiera se me ha pasado por la cabeza, sé que eres un hombre de honor.

- Gracias. ¿A qué viene tanta pregunta?

- Por tu reacción no sé si he hecho bien en decirte nada.

- ¿No confías en mi? – preguntó mi padre con gesto ofendido.

- Solo intento proteger a la hija de Valeria que ha venido desde Washington buscando a su madre.

- No puede ser...

- ¿Por qué la dejó papá? He visto a Valeria con Alessandro, Lucca y Stella; incluso con Andrea y conmigo. Es una mujer cariñosa y era incapaz de separarse de sus pequeños. No entiendo cómo pudo dejarla tan fácilmente.

Un Regalo para el DuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora