Princesa Bloom Domino, veintiun años, hija menor del Rey Oritel y la Reina Marion, hermana de la Princesa Daphne la heredera al trono, estudiante de Alfea una escuela especializada en hadas.
Principe heredero a "Eraklyon", Sky Eraklyon, veintitres a...
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Narra Sky: No estaba muy feliz me obligaron a casarme para obtener el trono, Bloom es guapa, la verdad es que veo a Bloom hermosa, desde hace un tiempo me ha atraído, hasta llegue al punto que me enomoré silenciosamente de ella, ella es el motivo por el cúal decidí dejar a Diaspora, son tan diferentes, Diaspora solo piensa en ella, es egoísta, en cambio Bloom, tan tierna, tan servicial, su carisma, su manera de pelear por lo que quiere, me cautivo tanto que con solo verla en las misiones me conformaba, me sentía feliz, incluso los chicos lo sabían, en la noche me hacían la bulleada del año, aunque estuviera casi seguro de estar enamorado, no me atrevía a ir más alla con ella, somos tan diferentes, no creo merecerla, aunque me guste Bloom y la quiera no quiere decir que me haya gustado que nos obligaran a casarnos, de haber tenido el valor desde hace mucho tiempo tal vez nuestrs boda sería diferente y la vería sonreír, la música sonaba a nuestro alrededor, todas las personas nos ven como la pareja ideal, pero nosotros parecemos que estamos muy lejos de serlo, aunque por dentro me muriera por besarla ese cariño no era correspondido.
- Es la hora que el principe le quite la liga a la princesa - dijo mi ahora suegra la Reina Marion.
- Con la boca Sky - susurró mi madre para solo yo escuchara.
Bloom le reprocho a su madre que no quería hacer esto, que yo le quitará la maldita liga, en su pierna y sobre todo con mi boca, de igual manera no le hicieron caso y la obligaron a sentarse.
- Picaron nada de manos - me dijo mi padre, haciendome empujado encima de Bloom.
- Sky no levantes mucho el vestido;- me advirtió Bloom, mi señora esposa.
- Tu tranquila mi princesa nadie vera nada aparte de Sky que estara bajo el vestido, es bastante largo que puedes estar tranquila - le respondió su padre para tranquilizar a su hija.
Mi esposa no quedo muy contenta con la respuesta de su padre, ante todo me educaron para respetar a una mujer y jamas la humillaría levantando demasiado su vestido, además no permetiría que nadie viera lo que yo quisiera para mí y no tengo. Tome sus manos y las apreté con las mias, lentamente las fui subiendo para acariciar sus brazos y tratar de tranquilizarla, me acerque a su oído y dulcemente le aparte su cabello.
- Tranquila muñequita, soy tu esposo y a partir de ahora te protegeré, recuerda soy tu specialista - le susurré con todo el amor que le he guardado durante años, su respuesta fue abrazarme, algo que me tomo por sorpresa, pero tambien le devolví el gesto.
Poco a poco me introducí en su vestido, sin dejarla descubierta, quede impactado por la hermosas piernas, las acaricie pacientemente mientras llegaba donde se encontraba la liga, donde mis labios hicieron contacto con su delicada piel se estremeció, fui bajando la dichosa liga con mucha pasión y cuidado, aveces aunque mi subconsciente lo quiera negar, y me mienta, se que verdaderamente la amo, y es algo que me tomo tiempo aceptar.
Con la liga en mano la tiré hacia los chicos solteros, y Bloom hizo lo mismo con su ramo, para que el destino fijará los próximos en casarse, Flora y Helio, ambos para su fortuna tomaron los objetos.
