✴Capítulo 8: Siempre. No sólo hoy, no sólo esta vez, siempre.✴

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Capítulo 8.
"Siempre. No sólo hoy, no sólo esta vez, siempre."

— Ten cuidado Alice, puedes resbalar fácilmente aquí.— dice Glenn y asiento con la cabeza mientras alumbro el lugar.

Estamos en el depósito, sólo hemos venido nosotros: Abraham, Gabriel, Rosita, Glenn, Maggie, Sasha, Bob, Daryl y yo. Rick no quería que viniera, pero le dejé en claro que él no puede mandar mi vida. Sólo puede darme órdenes como líder, no como alguien más. Pero por muy brusco que parezca, lo he dicho amigablemente y él lo ha entendido. No me gusta sentir que quieren gobernarme, no quiero estar en un lugar siendo obligada a obedecer.

Alumbro con la linterna el lugar, está hecho un asco de arriba a abajo. Es un sótano y está inundado, cajas cerradas flotan en el agua.

Los estantes clavados en las paredes tienen latas grandes de sopa y hay bolsas de pasta seca.

Veo que al final de la habitación hay latas pequeñas con puré de manzana, batata y otra cosa que no puedo leer desde aquí. También hay una lata de leche en polvo.

Inmediatamente pienso en el pequeño humano Judith, y aunque lo evito, pienso en Carl.

Cuando escuchó que peleaba con su padre se acercó a ver que pasaba y antes de comenzar la caminata hacia aquí, lo vi darse la vuelta alejándose bastante enojado.

No sé lo que le ocurre, desde la charla que tuvo con Daryl ha cambiado. No extraño sus comentarios estúpidos, pero sí me parece extraño que ya no los haga.

El ruido que hace el agua al chispotear me saca de mis pensamientos, Bob es el primero en bajar el gran escalón y estar en el agua.

— Prrrr, está fría.— se mueve hacia nosotros otra vez y estira el brazo tomando la mano de Sasha para ayudarla a bajar. El agua les llega casi por la rodilla, eso significa que a mi me la debe repasar.

Cuando pedí venir no sabía que este lugar estaría así, de lo contrario me hubiera quedado. No me gusta el agua. Puajj. Y el olor es asqueroso.

Sólo quedamos Maggie, Gabriel y yo para bajar. Glenn toma a su esposa de la cintura y la baja, como el buen marido que es.

— ¿Quieres bajar tú? — le pregunto al sacerdote y niega con la cabeza.

— No, no. Preferiría quedarme aquí, si no les importa.

Me encojo de hombros porque en realidad no me importa que quiera hacer. Glenn estira la mano y me ayuda a bajar, Bob tenía razón, está fría, muy fría y negra.

Trato de no pensar en lo que puede haber bajo esta agua podrida pero mi subconsciente hace lo contrario a lo que deseo.

Ratas, ratas inmundas, sucias y peludas, con grandes dientes amarillos esperando morder tus piernas.

Me dan ganas de vomitar, ¿existen las ratas acuáticas? ¡que me importa! ¡las detesto, naden o no!

Camino a grandes y temerosas zancadas hacia el final de la habitación, todos están dispersos por todos lados tratando de tomar toda la comida posible y dándosela a Gabriel, quien la pone lejos del agua.

— Miren lo que encontré.— dice Daryl y como soy bien curiosa, lo miro. Tiene un ratón agarrado por la cola, el bicho está muerto pero no lo parece por la forma en la que Daryl lo zarandea de un lado a otro —. ¿Dónde está tu familia amiguito?

— Muerta, espero.— digo y todos ríen suavemente. Daryl gira su cabeza hacia mí mirándome con malicia.

— ¿Te dan miedo los ratones?

MY WAY - (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora