✴Capítulo 32: Necesitamos hablar.✴

1K 85 37
                                    

Capítulo 32.
"Necesitamos hablar."

Vamos en dirección contraria a donde está quien vigila, y como podemos, escalamos el muro.
Al estar del otro lado, siento náuseas y corro detrás de un árbol para arrojar lo único que tenía en el estómago.

-¿Quieres que traiga algo? -me pregunta Ron, tomando mi cabello con una mano y acariciando mi espalda con la otra.

Niego con la cabeza y con mi remera me limpio la boca.

-Lo único que quiero es llegar a casa antes que él. Por favor.- susurro esto último y él me entiende de inmediato.

-Entonces vamos, te dejaré allí.

Ron toma mi antebrazo ayudándome a caminar, no lo necesito pero de pronto siento la urgencia de un tacto, de una caricia, de algo que me ayude a sentirme mejor.
El peor dolor que una persona puede sentir es la sensación de creer que no fue suficiente para alguien que ama.
Y en este preciso momento, no puedo dejar de pensar en qué pude haber fallado para llegar a esto.

Al estar frente la puerta de mi casa, comienzo a subir los escalones sin voltear a ver a Ron, quien vuelve a tomar mi brazo con delicadeza y me obliga a mirarlo.

-Estaré en mi casa para lo que necesites, ¿sabes? no te quedes aquí si él te está molestando.

Trato de sonreírle, pero no lo logro.

-Gracias.

Ron me deja libre y entro en la casa tan rápido como puedo.
La sala está vacía, el único lugar donde hay luz es la cocina y evito mirar hacia allí.
Camino con rapidez hacia mi habitación y una vez allí trato de cerrar con seguro, olvidando que Daryl me lo quitó con la excusa de "Es por emergencia. Si un dia te mueres allí dentro y está cerrado no nos enteraremos e infestarás la casa."
Así que corro mi armario hasta bloquear la puerta por completo.
Suspiro con cansancio por este maldito día y tras cambiarme, me acuesto en la cama deseando que termine pronto.
Seguramente mañana todo vaya mejor.

(...)

Abro los ojos de golpe al sentir dolor en un lado de mi cara. Lo primero que veo son sus ojos. Se me hace difícil aceptar que ese hermoso color café insinúen tanto vacío y a la vez tanto dolor.
Lo siguiente es su sonrisa, blanca como la nieve, me paraliza de pies a cabeza.
La piel se me eriza al escucharlo reír.

-Qué bueno que despiertas, no quería que te perdieras esto.

Se aleja de mí arrastrando algo a su paso, pero no logro ver qué es porque todo está muy oscuro.

-¡Ta-dáh! -dice y enciende la luz.

Cierro los ojos por unos segundos hasta adaptarme a la fuerza de la luz.
Quisiera no haberlos abierto. Frente a mí está Carl, a un lado de él está Enid, ambos con sangre en sus brazos.

-¿Qué les hiciste? ¡¿Qué les hiciste?! -le grito desesperada, intento moverme hacia ellos pero mis manos están atadas.

-¿Yo? yo no les hice nada. Esa sangre que ves allí...- los señala-. Es tuya, cielo.

Frunzo el ceño, miro hacia abajo para ver mis muñecas atadas con una cuerda.
En mi pecho hay un agujero del cual brota una gran cantidad de sangre, como si me hubieran arrancado el corazón...

Trago saliva con fuerza, casi lastimandome la garganta.
Levanto la mirada hacia ellos, ambos me miran con una sonrisa en la cara.

-Eh, no nos mires así. Era necesario, lo juro.- dice Carl y empieza a reír seguido de Enid.

-Oh, ¿pero qué es eso? ¿tú llorando? ¿tan mal te enseñé? -él se gira hacia mí, con una mirada de burla en la cara-. Debo cambiar eso, ¿no crees? Posiblemente... tanto tiempo alejados te hizo olvidar lo que toda la vida te enseñé.

MY WAY - (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora