Capítulo 23

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Emily

Mamá ya se había enterado de que prácticamente yo era una "Puta" que estaba Harry Styles y estaba enojada, enojada mucho, no enojada poco. Había peleado con ella y me había encerrado en la habitación la cual estaba muy oscura porque ya era de noche.

Miré mi celular y vi que tenía un mensaje de Harry, sin embargo no contesté. Mi ánimo estaba por el suelo y no estaba para nadie. Ni siquiera para Harry. Debía pensar, lo menos que quería era estar peleada con mi mamá pero tampoco iba a separarme de Harry para hacerla feliz, porque yo sería infeliz. Y es curioso porque antes en mi vida el sinónimo de felicidad era mi familia, mi canal, mi carrera, mis amigos. Para aquel entonces mi felicidad era ver feliz a mi mamá y ahora mi felicidad es Harry, y mamá no quiere que hablen de mí en la prensa pero no puedo hacer nada con eso porque la prensa, la fama los chismes y Harry vienen juntos, así que es o tomar el paquete completo o no tomarlo y no estaba decidida a no tomarlo.

Jamás pensé que tendría que llegar a enojarme con ella por un chico. Por un chico. Se supone que las mamás son las que siempre han estado ahí y que siempre lo estarán, y antes me parecía estúpido de parte de las niñas de 15 años que peleaban con sus papás por eso o que dejaban la casa para irse con el chico de sus "sueños". Digo, la familia es lo más importante que alguien pueda tener, por encima del dinero, por encima de la fama, de lo material. La familia a mi punto de vista era un cable a tierra. Eso que siempre te iba a tener ahí conectado contigo mismo. Pero creo que Harry también me hacía estar conmigo misma de una manera diferente claro está pero lo hacía y eso también es importante.

Acaso... ¿No se pueden tener las dos cosas? ¿Tengo que elegir? Sería injusto que la vida me diera dos cosas igual de importantes para mí y no me permitiera tenerlas. Ahora puedo imaginarme el dolor de las protagonistas de sus novelas cuando abandonan a su familia por ir detrás del chico, por ir con el chico. Ya sé a qué se refieren esas novelas.

Me miré al espejo que estaba en frente de mi cama y me vi, realmente me vi. No estaría pensando tan negativamente sí la discusión con mamá no haya sido realmente fuerte. En realidad la más fuerte que he tenido con ella desde que tengo memoria. Y me sentía mal, por haberle hablado así, por haberle ocultado todo lo que decían de mi desde hace rato pero a la vez sentía un descanso y una comodidad al saber que había defendido mi punto, que le había dicho lo que quería, lo que en realidad quería mucho.

Mis ojos se aguaron mientras pasaba una y otra vez las imágenes de la pelea que tuve con ella y me seguí viendo en el espejo. Mientras las lágrimas brotaban sin querer parar. Todo se sentía extraño. Era como si ya no pudiera estar cómoda aquí, como si nada de esto me perteneciera. Miré a los lados tratando de reconocer todo, de sentir la familiaridad de las cosas. Me levante de la cama y camine hasta el armario. Saque un saco y me lo coloqué. Busque el IPod y los audífonos para después guardarlo en el saco. Me miré al espejo una vez más y salí de la habitación.

Todo se encontraba tan oscuro. Tanto silencio me asustaba. Baje descalza las escaleras y abrí la puerta con mucho cuidado. Los guardias me miraron al salir. Seguí caminando atravesando el jardín hasta la reja. Escuche pasos detrás de mí y me volteé para comprobar que era uno de los guardias.

— No. — Le dije de inmediato. — No quiero estar con nadie, quiero estar sola.

— Pero señorita tengo órdenes...

— ¡No me importan las órdenes que tengas! ¡Quiero estar malditamente sola! — Le grité sorprendiéndolo.

La luz de la casa se encendió y miré asustada. El guardia volteo a mirar y aproveche el momento para salir corriendo. Corrí, sintiendo como pequeñas piedras se incrustaban en mis pies. Corrí mientras los carros que pasaban por la carretera me alumbraban con las luces ajenos a mi problema. Corrí como loca mientras acomodaba mis audífonos a mis oídos. Corrí imaginándome como mamá debería estar preguntándose qué mierda paso conmigo para irme de esa forma. Simplemente corrí y me deje llevar.

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