Dos Almas de Dragón

3- ¿Mi Hermana Gemela?

Chimuelo voló con rapidez hacia los enemigos para después lanzar una bola de plasma., causando que ellos cayeran al suelo al momento del impacto.

Hipo y el Furia Nocturna aterrizaron frente de la jinete y su dragón, lo cual ésta quedó paralizada.

—Un Furia Nocturna— susurró-.

Pocos enemigos pudieron levantarse ante el impacto y sacaron sus espadas furiosos, la cual corrieron con rapidez al pelicastaño mientras sacaba su espada de fuego y así combatió con algunos de ellos.

La jinete decidió ayudar a Hipo y se enfrentó a ellos con su espada. Al cabo de poco tiempo, los enemigos se dieron por vencido y se retiraron junto con el resto de sus aliados montados en sus dragones.

Los presentes tenían las respiraciones agitadas y la jinete guardó su arma luego de la situación, para después acercarse a su Furia Nocturna.

—¿Estás bien?— preguntó Hipo-.

Ésta no respondió ante la pregunta del pelicastaño, dejándolo en un silencio incómodo, pero Chimuelo hizo un gesto para que continuara hablando.

—Me alegro de que tu dragón no le haya pasado nada, ni a ti— dijo él-.

—Es una dragona, y además no necesitaba tu ayuda para atacar a los enemigos— interrumpió la jinete con seriedad y caminó lejos junto con su dragona sin decir absolutamente nada-.

—¿Disculpa? ¿Es todo lo que dirás? ¿Ni siquiera un gracias?— protestó-.

—Sí, ya que no te conozco, así que déjame en paz... Ya tuve suficiente con el hecho de que intentaran lastimar a Veldrath— respondió molesta y sin dirigirle la mirada-.

Ella continuó caminando, pero Hipo no soportó su mal carácter y la sostuvo del brazo, pero Veldrath empezó a gruñirle.

—¿Qué te ocurre?— se quejó ella-.

—¿Por lo menos puedes mostrar tu rostro y decirme quién eres? No voy a hacerte nada, lo prometo— respondió-.

Ella suspiró pesadamente al ver a Chimuelo y se quitó la capa que cubría su rostro, dejando mostrar su cabello castaño oscuro y lacio, ojos verdes esmeraldas, piel blanca y labios rosados.

Cuando pudo ver perfectamente el rostro de Hipo, quedó completamente paralizada.

—No... No puede ser— dijo la jinete— ¿Hipo? ¿Eres tú?-.

—Espera... ¿Cómo sabes mi nombre?— cuestionó sorprendido— ¿Quién eres?-.

—¿Que quién soy?— añadió y guardó silencio por un momento— Soy tu hermana gemela-.

Hipo quedó estático al escuchar eso, para él resultó imposible.

—No... Eso no es verdad, yo no tengo hermanas— negó-.

—Es cierto Hipo y esa soy yo, tu melliza— aclaró la pelicastaña-.

Nuevamente él quedó estático al observar su mirada al decir aquello. Quedaron en un momento de silencio que parecía una eternidad para ambos jinetes.

—¿Cómo sé que no estás mintiendo? Quizás algún enemigo te hizo un trato para que fingieras ser mi hermana gemela— dudó Hipo-.

—¿Acaso mentiría yo? Tenemos un cierto parecido, sé que eres hijo de Estoico y Valka Horrendo y que vives en la Isla de Berk— respondió-.