8- Llegada de Asborn

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Mientras tanto, en el otro lado del mar, varios barcos con una bandera negra se dirigían con rapidez hacia la isla de Berk, donde se encontraban un ejército de vikingos rudos preparados para la batalla.

En el barco principal, se encontraba su capitán, quien tenía cuerpo robusto como el de Drago Manodura, cabello negro, piel pálida y ojos negros con una raya de cicatriz en su ojo derecho, vestimentas negras y una espada fuerte como arma.

Ese era Asborn, el Despiadado.

—Pronto llegaremos a Berk... Y así podré finalizar con la muerte de todos los que vivían en Eragon— decía éste con una sonrisa maliciosa— ¿Crees que no sé nada de tu pasado, Alodia? Pues desde ahora estarás muy equivocada-.

Dicho eso, rió a carcajadas debido a la emoción que sentía por obtener sus objetivos: Conquistar a Berk y matar a Alodia y Derek. [...]

—¿Qué? Eso no puede ser... Se supone que él desapareció— dijo Alodia con desesperación-.

—Bueno... Pues fue esa razón por la cual tuve estas heridas— señaló su cuerpo-.

—Hipo... En verdad lo siento... Todo esto es culpa mía... Si Asborn llegara a encontrarnos a mí y a Derek, eso pondría en riesgo a todos en la Isla de Berk... Será mejor que nos vayamos— dijo entristecida, pero en cuanto estuvo a punto de retirarse, fue sostenida del brazo-.

—¡No Alodia! No tienes que hacer esto, enfrentaremos a Asborn y no permitiremos que los mate a ambos— contradijo el pelicastaño-.

—¡Pero no tenemos mucho tiempo! ¿Cómo vamos a enfrentarlo? Él seguramente tendrá un gran ejército de vikingos, lo conseguirá— las lágrimas aparecieron en los ojos de la joven-.

—No por mucho tiempo— miró a Astrid y a Derek— Prepararé a los vikingos y a los dragones para cuando llegue Asborn... Porque un Jefe protege a los suyos... Y tú y Derek son uno de nosotros-.

Una sonrisa apareció en el rostro de Alodia, hasta que decidida, asintió con la cabeza. La preparación comenzó, Hipo alertó a los vikingos de la batalla y éstos se prepararon junto con sus dragones.

Pero Alodia tenía un plan en mente y decidió comunicárselo a su hermano, la cual accedió y se fue de Berk junto con Derek y sus dragones.

Mientras amanecía, Hipo, Astrid y otros vikingos se encontraban fuera de las casas donde alertaban a los presentes acerca de la batalla con el villano.

—Hipo, ¿estás seguro de que esto va a funcionar?— preguntó Astrid preocupada-.

—No te preocupes Mi Lady, porque yo confío en Alodia y no dejaré que nadie salga lastimado— le respondió Hipo tomándola de los antebrazos-.

—Me alegra eso de tí, aunque... Hay algo que debes saber sobre mí— dijo agachando la mirada con nervios-.

—¿Qué cosa? ¿Es algo malo?— cuestionó preocupado-.

—¡No! Bueno... En realidad no sé como vas a reaccionar... Pero... Yo— fue interrumpida-.

—¡Jefe, varios barcos están llegando a la Isla y uno de ellos destruyeron las estatuas de piedra!— exclamó un vikingo-.

Hipo y otros vikingos corrieron a averiguar y en efecto, los barcos de Asborn estaban llegando rápidamente. Algunos de los presentes susurraban asustados.

—¡VIKINGOS! ¡Es hora de prepararnos! Llegó la hora— dijo Hipo decidido y todos obedecieron-.

—¡Ya lo oyeron! ¡Vayan con sus dragones!— gritó Bocón-.

Al cabo de poco, el Jefe de los barcos bajó del suyo, pisando el suelo de la cálida Isla, con una sonrisa malvada en su rostro.

—Berk... Es bueno estar de vuelta después de tanto tiempo— dijo Asborn-.

—¿Se te ofrece algo Asborn?— preguntó Hipo, quien se encontraba algunos metros junto a Chimuelo-.

El pelinegro quedó sorprendido al encontrar al Furia Nocturna.

—Vaya vaya, un jinete y otro Furia Nocturna... Y yo llegué a la conclusión de que ya se habían extinguido desde hace mucho tiempo... Pero eso fue antes de encontrar a la jinete y su dragona de la misma especie— respondió-.

—Bueno, pues escuché que estabas buscándola... Pero en realidad ella no está aquí— observó las estatuas del mar ya destruidas— Y ahora que finalmente encontré la razón por la que te llaman el Despiadado, ¿por qué no solo te vas con tus habitantes y así estaremos en paz?-.

Asborn rió a carcajadas.

—¿En paz? Para mí, la paz terminó hace mucho tiempo y todo por culpa de esa mocosa, que destruyó TODA mi Isla luego de que lo hiciera con la suya... Y por eso, la estoy buscando... Para arrebatarle la VIDA— caminó lentamente hacia él-.

—Ok... Escucha... Entiendo que haya destruido tu Isla, aunque me resulta imposible de creer... Pero tampoco querrás destruir la mía sólo para conseguirlo, ¿verdad?— cuestionó-.

—Eres muy astuto... Y bueno para mentir... Pero, ¿en serio crees que no sé que tú conoces la existencia de tu hermanita? Así que será mejor que me digas en dónde está y no destruiré tu Isla, tal y como lo hice con Eragon— amenazó el pelinegro-.

—¿Y tú crees que te lo diré? ¿Por qué confiar en alguien tan torpe y peor que Drago Manodura?— le respondió el pelicastaño desafiante-.

Entonces recibió el golpe de la arma de Asborn en la mejilla, la cual cayó al suelo brucamente con una grave herida en la parte mencionada.

—¡HIPO!— gritó Astrid al ver aquella escena y corrió rápidamente hacia él-.

El villano chasqueó los dedos y dos de sus sirvientes tomaron a la pelirubia de los brazos, impidiéndole el paso.

—¡SUÉLTENME IDIOTAS!— dijo furiosa-.

Luego logró patear a ambos e intentó correr nuevamente, pero Asborn la tomó del brazo y la lanzó lejos de él bruscamente, la cual gritó del dolor, ya que se lastimó el vientre.

—¡ASTRID! ¡ASBORN, EL TEMA ES CONMIGO, DÉJALA A ELLA EN PAZ!— gritó Hipo furioso-.

—¡EL TEMA ES CON NOSOTROS Y LA ISLA DE BERK, Y ELLA ES UNA HABITANTE DE ESTA ISLA, ASÍ QUE NO DEBES PONERME CONDICIONES!— gritó el pelinegro y enterró su arma al suelo-.

Al ver la debilidad del pelicastaño, nuevamente sonrió y se tranquilizó.

—Como te decía... Drago fue un inútil al no cumplir con sus objetivos, y no dejaré que un Jefe como tú me compare con éste... Además... Yo no seré el siguiente villano que caerá de la misma forma que él— dijo Asborn-.

Dicho eso, Hipo se levantó del suelo, sin importarle la herida de la mejilla y observó fulminante a Asborn, quien poco después lo tomó del cuello.

—Ahora sin más rodeos, Haddock. DIME DÓNDE ESTÁ ALODIA— añadió-.

Dos Almas de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora