9- La Batalla

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De repente, una bola de plasma impactó en la espalda de Asborn, la cual éste cayó al suelo y liberó a Hipo del cuello.

—¡AAGHH! ¡¿PERO QUÉ...?!— gritó Asborn furioso-.

—Lo siento Asborn, pero no permitiré que lastimes a las personas que amo— dijo una voz femenina amenazante y éste alzó la mirada-.

Pudo ver que se trataba de Alodia, quien parecía molesta, junto con Veldrath y Derek. Luego de dar unos pasos al frente, enterró su espada al suelo.

—¡Tú! ¡Sabía que estabas aquí, mocosa!— empezó a reír el pelinegro-.

—Claro... Esperando a ver lo que un cobarde haría por venganza— dijo desafiante-.

—Oh, estoy seguro de que te vas a arrepentir— le respondió y se levantó del suelo cuidadosamente-.

—Esta pelea es entre tú y nosotros dos, Asborn, así que deja en paz a la Isla de Berk y terminemos con esto de una vez por todas— dijo Derek-.

Entonces el villano observó a su alrededor y pudo notar que los dragones de la Isla lo miraban con desprecio.

—Bien... Entonces que la batalla comienze— añadió Asborn— ¡VIKINGOS! Atáquenlos-.

Dicho eso, sus habitantes salieron de los barcos ya armados y empezaron a atacar a los dragones, la cual éstos hacían lo mismo. Asborn se levantó del suelo y tomó su arma, observando desafiante a Alodia.

—Hipo, vete de aquí y llévense a Astrid ahora— dijo la pelicastaña observándolos, la cual éste asintió-.

Ella sacó su espada y Veldrath gruñó de preocupación.

—Estaré bien linda, ve con Chimuelo y ayúdalos— le dijo con una sonrisa-.

La Furia Nocturna asintió y se fue con rapidez hacia donde estaban los mencionados, quienes se llevaban a Astrid en brazos debido a lo adolorida que estaba. Asborn rió a carcajadas.

—Eso es hermoso Alodia. Intentando proteger a todos los que amas, cuando en realidad van a pagar por lo que me hiciste— le dijo sonriendo malicioso-.

—Muy bien, es hora de que nos demuestres cómo luchas— respondió desafiante acompañada de una sonrisa-.

Dicho eso, las tres espadas chocaron y empezaron a combatir, mientras se observaban con desprecio. Mientras tanto con Hipo y Valka...

—Hipo, me duele mucho— se quejó Astrid mientras era llevada con Gothi para que la curaran del golpe-.

—Vas a estar bien Mi Lady, sé fuerte— le respondió el pelicastaño con preocupación y la recostó en la cama de Gothi-.

Éste no podía dejar de ver la cara de dolor de su esposa, pero tenía fé en que todo saldría bien.

—Mamá, porfavor cuida de Astrid, necesito ayudar a Alodia y a Derek de Asborn— dijo Hipo observándola-.

—De acuerdo hijo. Protégela, y cuida de Derek— lo tomó de las mejillas y le dio un beso en la frente-.

Luego de eso, se retiró con rapidez junto con los dragones hacia donde se encontraban Alodia y Derek, combatiendo contra Asborn, hasta que de un momento a otro Derek fue sostenido por varios de los sirvientes.

—¡Derek, no!— gritó Alodia-.

Un golpe impactó en la espalda de Alodia, causando que ella cayera al suelo, impidiéndole respirar bien.

—¡ALODIA!— dijo Hipo aterrado y observó a Chimuelo y a Veldrath— Tengo una idea, síganme-.

Asborn, quien se sentía victorioso, se acercó a la jinete y observándola con desprecio, la cual ella hacía lo mismo.

—Esto es lo que estuve esperando durante tanto tiempo— dijo Asborn-.

—Pues alégrate, ya no tendrás que esperar más— le respondió Alodia con voz entrecortada-.

—Qué generosa... Despídete ahora Haddock, pronto vas a ver a tu querido padre— añadió, preparándose para atacarla con su arma-.

—¡ALODIA! ¡YA DÉJALA!— gritaba Derek intentando soltarse del agarre de los sirvientes de Asborn-.

Luego, en cuanto el villano estuvo a punto de matar a Alodia con su arma, de pronto Veldrath se lanzó hacia él, causando que ambos cayeran al suelo y su arma saliera volando. Alodia escuchó los ruidos y alzó la mirada, observando cómo su dragona se enfrentaba contra aquel villano.

—Veldrath— dijo la pelicastaña casi en un susurro-.

Hipo corrió hacia ella junto con Chimuelo y la ayudó a levantarse del suelo.

—¡Alodia! ¿Estás bien?— preguntó Hipo preocupado-.

—Sí, sabía que él era un idiota— bromeó con una medio sonrisa y él se la devolvió-.

Poco después, se escuchó un rugido de dolor de Veldrath y ambos voltearon. Pudieron ver que Asborn lastimó la pata de la Furia Nocturna con su cuchillo, causando que ésta se lastimara y recibiera otro golpe del villano, liberándose de su agarre.

—¡NO, VELDRATH!— gritó Alodia aterrada-.

—¡Ja! Sabía que tu dragona no era lo suficientemente fuerte para pelear contra mí— dijo Asborn sonriendo-.

Una mirada fulminante apareció en el rostro de Alodia.

—Entiendo... Entonces intenta con mi dragón... Chimuelo, ya sabes qué hacer— dijo Hipo-.

Dicho eso, el Furia Nocturna rugió con fuerza y se lanzó a Asborn, impidiendo que se levantara del suelo. Alodia corrió hacia su dragona con preocupación.

—Veldrath, oh linda. Lo siento muchísimo, ¿estás bien?— preguntó la pelicastaña-.

Ésta gruñió intentando calmarla y su dueña, al ver que sólo era una herida en su pata, se alivió de saber que nada peor le pasó.

—¡YA FUE SUFICIENTE!— se escuchó el grito de Asborn-.

Ella volteó a ver lo que estaba ocurriendo y notó que Asborn se liberó del agarre de Chimuelo con una mirada de desprecio y de cansancio.

—¡He perdido demasiado tiempo y ahora sé que ustedes no se darán por vencido a pesar de todo!— añadió— ¡VIKINGOS! ATAQUEN A ALODIA Y A SU DRAGÓN-.

—Pero señor, quedamos pocos de nosotros— dijo uno de los ayudantes-.

Entonces Asborn volteó a ver hacia atrás y pudo ver que en efecto, quedaban pocos de los vikingos del villano. Él quedó atónito.

—Bien... Ganaron esta batalla... Pero ESTO no ha terminado HADDOCK— señaló a Alodia con desprecio-.

Dicho eso, hizo una señal al resto de sus vikingos para retirarse y eso hicieron. Subieron a los pocos barcos que tenían y se retiraron, dejando la victoria a los vikingos de Berk, quienes gritaban del entusiasmo.

Pero Alodia se sentía insegura con Asborn... ¿Durarán mucho con la paz o no será así?

Dos Almas de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora