Dos Almas de Dragón

4- Viaje a Berk

Ambos jinetes y dragones volaron hasta un territorio, del que no se encontraba lejos de donde se encontraban. Al llegar, el pelicastaño vio que se trataba de una cueva mediana de piedra y aterrizaron en la entrada.

—Ven, te encantará este lugar— dijo Alodia entusiasmada-.

—Oye, espera— añadió Hipo al ver lo rápido que corría su hermana melliza-.

Entraron al lugar y al ver el interior, Hipo quedó realmente sorprendido. Habían muchos dragones de diferentes especies, que se encontraban en reposo y algunos se divertían volando. El lugar era muy grande, un espacio muy cómodo para los dragones que habitaban allí.

—Woow, esto es fantástico— sonrió-.

—¿Te gusta? Yo misma lo construí, claro, con ayuda de Veldrath y de los dragones— contestó Alodia quien bajaba con rapidez de un tronco-.

—Interesante, es casi igual a la cueva de mamá— miró a su alrededor el pelicastaño-.

—¿La cueva de mamá? Espera, ¿la viste?— preguntó sorprendida-.

—Ah, no te lo conté. Sí, hace un año que me reencontré con ella, tenía una cueva llena de dragones, incluyendo a su Salvajibestia— respondió-.

—No puedo creerlo... Ella está viva— una sonrisa cálida apareció en su rostro-.

—Claro que sí— asintió riendo— Oye, ¿y cómo es la Isla de Eragon? ¿Es muy hermoso allá?-.

—Uh... Sí... Lo era... Todos los habitantes de allí y los dragones eran felices— su sonrisa desapareció por completo-.

—Un momento, ¿era?— cuestionó-.

Alodia suspiró con una profunda tristeza.

—El final de la historia no fue... Feliz para mí... Cuando tenía 16 años, un villano atacó la Isla de Eragon mientras me encontraba en el bosque con Veldrath— narró-.

FLASH BACK

Escuchamos una explosión desde lejos y me dirigí a la Isla rápidamente con Veldrath. Al llegar, lo único que pude ver fue incendios y explosiones que impactaban en las casas de otros vikingos.

Aquel villano tenía como dragón a la Muerte Roja, y su nombre era Asborn. Lo único que pude hacer fue escapar con Veldrath, ya que supe que estaba en peligro. Lo que ese villano quería era acabar con todos los habitantes de Eragon, para buscar a un Furia Nocturna sin importar qué.

A la mañana siguiente, luego de escapar con varios dragones sobrevivientes del incidente, regresamos a Eragon y lo que encontramos fue destrucción.

No quedaba nada de algún vikingo ni de alguna casa. Todo estaba estropeado. Mis lágrimas aparecieron cuando encontré los cuerpos de mis padres adoptivos yacidos en el suelo.

Lo único que pude hacer fue acuclillarme junto a ambos y llorar en silencio. Veldrath me acompañó en aquel dolor.

FIN DEL FLASH BACK

—Desde aquella fecha, la Isla de Eragon dejó de existir y se convirtió en una antigua tierra... Pero antes de lo ocurrido mis padres adoptivos pudieron contarme todo de mi pasado, lo del collar y de dónde provenía— dijo entristecida— Al principio no lo podía creer, pero aún así no dejé de agradecerles a mis padres por haberme cuidado y protegido todo este tiempo-.

—Alodia... Eso es terrible— dijo Hipo también entristecido-.

Ambos quedaron en silencio y Alodia observó a los dragones.

—Por eso es que vivo aquí. Todos estos dragones que habitan en esta cueva fueron los sobrevivientes del incidente de la Isla de Eragon... A la mayoría pude curar y luego me gané sus confianzas— añadió-.

—Entiendo— respondió el pelicastaño-.

—Mi vida no fue nada fácil Hipo... Tardé mucho tiempo en encontrarte, y a mamá y a papá— dijo mirándolo y sonrió— Pero sabes, que bueno que no te maté cuando nos reencontramos-.

—Ahh, sí. Parecías algo insegura cuando te hablé— rieron al mismo tiempo-.

Los dos hermanos se observaron.

—¡Oye! Tengo una gran idea, ¿no sería genial volver a tu Isla natal?— preguntó Hipo con entusiasmo-.

—¿Qué? ¿Te refieres a que vayamos a Berk?— dijo asustada la pelicastaña-.

—Sí, todos estarán contentos de verte, incluyendo a mamá, a Astrid, y a todos los habitantes. Será un evento muy especial-.

—Hipo, espera espera... Yo... No puedo volver a Berk— interrumpió con tristeza-.

—¿Qué? ¿Por qué no?— su sonrisa desapareció-.

—Es que... No lo sé... ¿Y si no me reciben bien allá? ¿Qué tal si mamá y papá me olvidaron?— añadió asustada-.

—Alodia— interrumpió Hipo tomándola de los brazos— Mamá y todo el mundo estarán muy felices de verte-.

La pelicastaña sonrió y quedó pensativa por un momento, observando a Veldrath quien la motivaba a acceder con la mirada.

—¡De acuerdo!— exclamó Alodia entusiasmada-.

Ambos se abrazaron rápidamente y decidieron ir a la Isla de Berk, donde Alodia finalmente se encontraría con su familia.