12- La Cueva de la Muerte Roja

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¡Lectores! El próximo capítulo será el final, pero no se preocupen, porque siempre pongo un epílogo. Espero que lo disfruten mucho :)

—¿Qué? ¿Una carta?— preguntó Hipo incrédulo-.

—Sí... Del mismo Asborn... Alodia me dijo que debía ir a la Cueva de la Muerte Roja antes del amanecer... Para que se enfrentaran— contestó Derek-.

—¡Por Odín!— susurró-.

—Un momento, ¿la Cueva de la Muerte Roja?— preguntó Astrid-.

—Es el lugar en donde nos enfrentamos a la Reina de los dragones, hace 6 años— dijo Hipo-.

—¡Tenemos que ir a buscarla!— dijo Valka-.

—¡No! No lo hagan... Si alguno de nosotros va allí, Asborn los matará, incluyendo a Alodia— interrumpió el pelinegro-.

—¡Pero sea como sea Asborn terminará matándola, no puedo permitir que eso pase!— exclamó el pelicastaño desesperado-.

—Calma hijo, iremos con ella, pero necesitaremos un plan para impedir que nos maten— dijo Valka intentando tranquilizarlo-.

—Hay que ir con el resto de los vikingos, ellos nos ayudarán a enfrentarnos a Asborn— añadió Astrid-.

Por un momento los presentes quedaron en silencio, pero en cuanto Hipo observó a Chimuelo, pudo ver su cara de preocupación.

—Entonces debemos ir ahora— dijo Hipo decidido-. [...]

Mientras tanto, Alodia y Veldrath finalmente habían llegado a la Cueva de la Muerte Roja. Ambas pudieron ver los barcos detenidos en la orilla del mar y eso causó que Alodia tragara saliva. Veldrath lanzó un gruñido de miedo.

—Tranquila Vel, todo saldrá bien— le acarició la pelicastaña— Que Odín y mi padre nos acompañen-.

Poco después, aterrizaron en aquel territorio y pudieron notar que eran observadas por los enemigos. Alodia bajó de Veldrath y poco a poco eran rodeadas por los enemigos.

—Qué bueno que viniste mocosa... Yo pensé que preferirías que matase a todas las personas que amas— dijo Asborn, quien caminaba lentamente a Alodia-.

—Y ver cómo eres capaz de destruir todo a mi alcance, jamás— respondió Alodia con una mirada fulminante-.

—En fin, ya que has venido hasta aquí y comprobando que no vienes con nadie, tal y como te lo dije, me parecería brillante llevar a cabo mi plan— añadió el pelinegro con una sonrisa-.

De pronto, varios de los enemigos encadenaron a Veldrath, dejándola inmóvil y Alodia, quien estuvo a punto de salvarla, también fue encadenada de las muñecas por los otros enemigos.

—¡DÉJENLA EN PAZ! ¿Qué están haciendo?— dijo Alodia furiosa-.

—Ahora... Alodia, como tú me quitaste todo lo que tenía, a mi tierra y a mis habitantes, me temo que tendré que vengarme... Deshaciéndome de Berk y de todos los que amas— dijo Asborn con una mirada seria— ¡Arrójenla al mar y encierren al Furia Nocturna!-.

—¡NO! ¡VELDRATH!— gritó la pelicastaña haciendo lo posible por quitarse las cadenas-.

Después la encadenaron a una bola pesada de piedra y le amarraron la boca con una toalla, mientras que Veldrath era llevada a una jaula de hierro. Luego de eso, los enemigos arrojaron a Alodia al mar junto con la bola, que se hundió al instante hasta al fondo del mar.

Asborn miraba con seriedad cómo se vengaba de al jinete después de lo que le hizo. Mientras tanto, varios dragones volaban con rapidez hacia la Cueva de la Muerte Roja

Alodia ya se encontraba en el fondo del mar e intentaba salir a la superficie, pero segundos después fue demasiado tarde, pues sus ojos se cerraron lentamente, quedando inconsiente.

De repente, un jinete entró al agua, nadando hasta lo más profundo y con su arma, logró quitarle las cadenas a Alodia, para después sostenerla y nadar hasta la superficie. Al llegar, se detuvieron en un lugar lejos de los barcos.

Hipo, Astrid y Valka corrieron hacia Derek y Alodia con preocupación y revisaron a la pelicastaña, quien aún no reaccionaba.

—¡Alodia, hija! Despierta— dijo Valka mientras intentaba hacerla respirar-.

Poco después, Alodia reaccionó y empezó a toser para sacar el agua que había tragado en el mar, hasta observar a su alrededor.

—¿Hipo, mamá?— dijo ella sorprendida-.

—Alodia, gracias a Thor que despertaste— dijo Hipo aliviado y la abrazó-.

—Pero... ¿Qué pasó? ¿Cómo es que me encontraron?... ¿Derek?— lo observó alzando una ceja-.

—Lo siento Alodia... No pude ocultar más el secreto... Les dije toda la verdad y decidimos rescatarte— respondió con una sonrisa nervioso-.

—Asborn es un traicionero... Planea llevar a su ejército a Berk y arrasarlo todo, al igual que a ustedes— dijo Alodia aterrada mientras la ayudaban a levantarse-.

—No dejaremos que eso pase. Hay que detenerlo como sea— propuso Astrid-.

—¿Pero cómo? Ellos son demasiado, nosotros somos cinco, incluyendo a los dragones, claro— añadió Hipo-.

—Tenemos a los dragones, nosotros nos dividiremos, tú y Valka irán a destruir los barcos junto con los dragones, Derek y yo atacaremos a los vikingos abajo y Alodia irá a distraer a Asborn sin sus sirvientes ayudándolo— respondió la pelirubia señalando a cada uno-.

Hipo quedó sorprendido.

—¿Desde cuándo eres muy inteligente?— cuestionó el pelicastaño-.

Éste recibió un golpe en su brazo.

—Auuch, ¿y cuándo te volviste tan fuerte?— preguntó con voz estrujada-.

—No lo sé, quizás son los síntomas del embarazo, Haddock— respondió sarcástica-.

Dicho eso, el plan se llevó a cabo y se prepararon a la batalla, que posiblemente sería la última para una persona...

Dos Almas de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora