"Aprende a huir de lo que sientes"
- Eso es. – le dijo él. Animándola a que dejara tocarse por él. Que lo dejara tocar a su máximo esplendor. – te gustará preciosa... - ahora se colocó de rodillas, la mejor posición que podía tener, tenía tanto por hacer en ese apetecible sexo. Se mojó los labios. La imagen era tan fuerte, que con solo verla aferrada a la pared y apunto de gritar, se estremecía más y más, con muchas más ganas de hacérselo en ese mismo instante. Tenía los labios húmedos. Y podía percibir que la feminidad de Diana también lo estaba. La abrió de piernas, Ella ya no ponía resistencia. ¿Y como lo iba a hacer? Si le gustaba tanto lo que sentía...tanto...que pensó que moriría. Meneó las caderas, entregándole más a Obed. – grita todo lo que quieras muñeca, estamos en Londres...nadie sabe nuestro idioma y si lo saben que valga madres... - la miró pícaro. Mordiéndole uno de los muslos, para luego pasar su lengua por uno de ellos, de arriba hacia abajo. Que buen olor percibía haya abajo. Se acercó a su abertura, entre los dos labios genitales, le satisfacía tanto ver eso... sus labios besaron delicadamente la feminidad de la chica.
- Mnh... - susurró ella. Ahora poseída por él. Obed la besó de nuevo, ahora con más intensidad.
- Te gustara... - dijo él. – más... cuando pase mi lengua por ahí... - Ella solo soltó un pequeño gemido ahogado. Él había introducido su lengua en ella, en todo su esplendor, una oleada de placer se expandió por todo su cuerpo.
- ¡Ahh! Oh... - gritó ella. Obed volvió a bombearla con la lengua. Tan intenso como podía. Deseando tanto que su pene ocupara el lugar de su lengua.
- Te gusta guapa, dímelo...dime que te gusta...
- Sí, Dios...me encanta... - le respondió ella. La cabeza del chico no dejaba de moverse, al compás de su lengua y acoplándose con los intensos gemidos de ella. Mierda. Si se la comía una vez más, eyacularía sin siquiera ver terminado. Cuanto poder tenía aquella mujer. Sus pantalones reventarían. Necesitaba follar. Follarla. Era más que un simple deseo. Era algo que su propio cuerpo le obligaba a hacer.
- Necesito follarte... - le pidió. Subiendo entre besos hasta su rostro.
Se miraron. En un momento interminable. Los ojos caramelo de Obed atraparon a los ojos pardos de Diana. El deseo seguía ahí, pero en cambio, de pronto...hubo algo más fuerte. Algo que le invadió el cuerpo y la mente. La chica sostuvo la mirada, lo único que reflejaba era miedo, temor, aunque también había disfrutado del momento, sabía que Obed la tenía en sus manos y que podía hacer lo que quisiera con ella. No quería abusar de ella. No de nuevo...
Se le separó. Pequeños recuerdos invadieron su mente. Recuerdos que le dolían muchísimo. Prefería masturbarse por su propia cuenta. Se metió al baño de la habitación, mientras Diana aprovechaba en arreglarse la ropa interior. De nuevo en su lugar. Más avergonzada que nunca. Y en medio del silencio lo escuchó gemir desde el baño. Seguramente imaginándosela.
Si no había terminado de comérsela...había sido por algo...había prometido jamás volver a abusar de una mujer.
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HELP ME?
RandomSolo un suspiro y su vida cambio, solo una sonrisa y su corazón se enamoro. -CRAYON-