Y esa fue la última palabra que hizo que Obed no se lo pensara dos veces. La cogió de los muslos y la cargó, haciendo que Diana entrelazara sus piernas tras su espalda. La toalla quedó subida hasta el último punto de sus muslos. Obed la cargó hasta el diván, para luego acostarla sobre él. Diana lo miró desde abajo, sus ojos fueron a parar en la erección de ese hombre tan estupendamente salvaje que le ponía tanto. Él no dudo en bajarse los pantalones y el bóxer, sin previo aviso, los ojos de Diana se nublaron por un momento, estaba viendo demasiado, empezaba a mojarse, sentía la esa fina humedad en su sexo. Él estaba en frente suyo, completamente desnudo. Le parecía un sueño. Era perfecto. En cada rasgo. Cada centímetro. Cada parte de su cuerpo, incluyendo su gigantesco pene. Ahora sí estaba mojada. Lo necesitaba dentro de ella, moviéndose en su cuerpo, llenándola con esa enorme polla...
- Fóllame duro Obed, duro. – él se inclinó sobre su cuerpo, se sostuvo de los codos para no aplastarla, aunque tampoco aguantaría mucho. Las palabras de Diana tenían su miembro más erecto que nunca. Solo bastaba un solo jodido contacto y derramaría todo su líquido sobre sus piernas.
- Eso haré nena... - le afirmó él. Bajó la cabeza para quitarle el pequeño nudo a la toalla que Diana tenía, con los dientes. La abrió, un lado a la izquierda y otro a la derecha. De pronto tenía el cuerpo de ella desnudo frente al suyo, empezó a agitarse, jadeante, volvió a inclinarse para besarle los senos, abriendo su boca y comiéndose ese delicioso caramelo, para luego morderlo con delicadeza.
- Ah... - gimió ella. Se estremeció por completo. – Mnh... -volvió a decir. Se movió de pies a cabeza. Obed volvió a morderle un pecho. – oh, si...sigue...
- Voy a hacerte esto y mucho más preciosa...- Dímelo... - le rogó ella, antes de que él pudiera inclinarse para saciarla mucho más. - dime lo que me harás...
- Te sorprenderías...
- Quiero escucharlo. – susurró ella. Él sonrió. Que buen sexo tendría esa noche. Con una mujer de su talla. Joder, lo disfrutarían al máximo.- Abre las piernas. – le ordenó. Ella lo hizo, mientras él posicionaba su pene en la entrada a su sexo, lo rozó suavemente por sus labios vaginales, sintiendo que Diana le apretaba la espalda, deseosa por tener adentro de una vez. - ¿quieres saber lo que te haré muñeca?
- Sí... - dijo ella, exhausta. Quería escuchar palabras eróticas de la boca de Obed. Que la excitara más, aunque no estaba segura si podría estarlo más.- Te voy a follar preciosa, te la voy a meter tanto... tan dentro que vas a gritar... - Obed tomó impulso, su miembro entró con fuerza al sexo de la chica, esta entreabrió los labios y soltó un respiro. – y vas a pedirme más y más , hasta que tu coño se acostumbre a mí...a mí y a lo que te voy a dar...

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HELP ME?
De TodoSolo un suspiro y su vida cambio, solo una sonrisa y su corazón se enamoro. -CRAYON-