Jackson.
Mi primo, mi frustración desde hace años ¿Por qué no me quería? Me esforzaba en ser bueno para él o al menos eso creía. Es cierto que no es mi primo de sangre puesto que soy adoptado, nos criamos juntos, pero luego cometí aquello y la relación se rompió. Todos estos años ese deseo se ha ido acumulado y cada vez se hacía más grande, tenía mi personalidad y mi actitud e intentaba cambiarla solo por él.
Aparqué mi carro, llegaba de la oficina había salido muy temprano en la madrugada ya que se trataba de una situación de urgencias. Mi tía nunca ha puesto a trabajar a Gael allí, no sé por qué; quizás piensa que él permitirá que le ayude con la empresa. Entré a la casa y fui directo a la cocina en donde me revisando el celular durante varios minutos, a lo que no encontré nada interesante. Anoche creo que mi primo llegó un poco tarde a mi mente llegó el pensamiento de que debería estar yacido en cama, durmiendo tal cual niño sexy. No esperé más y allí me dirige, para mi pesar estaba con seguro nuevamente, pero si Gael no quería hacerme caso yo le haría tomarlo en cuenta. Bajé las escaleras y fui hasta la cocina nuevamente en uno de esos cajones había una copia de la llave de su cuarto, no tenía idea de en cual.
Tras media hora buscando y poner la cocina patas arriba entró una de las sirvientas, la misma puso los ojos en blanco y su piel se empalideció al ver el desastre, enojado arremetí contra ella a la pared tomándola con mi zarpa, justo en donde se encontraba su mentón le apreté fuertemente sin importar que consecuencias traería después.
— ¿Dónde están las copias de las llaves? —inquirí furioso, pero en bajo tono a sus oídos, mis dientes chocaban entre sí; debido al enojo.
Asustada se negó la primera vez, aunque solo jadeaba por el temor que imponía. Arremetí contra ella nuevamente y se golpeó la parte trasera de su cabeza, mis dedos comenzaron a apretar cada vez más y la cara de la otra empezó a tornarse roja, luego la levanté seguido comenzó a patalear, cuando su rostro lagrimeando se tornaba casi morado lentamente aquella señaló en el lugar donde estaban, duré varios segundos más apretándola, aunque esta con sus manos intentaba retirar la mía en intentos fallidos por liberarse y tomar una bocanada de aire, la pobre estaba casi asfixiándose. Le solté y en los intentos por retomar el aire tosía una y otra vez.
— Obedece a tu superior— repliqué, y fui al lugar donde señaló tomando las llaves.
Sonreía malicioso mientras subía cada escalón hasta la habitación de Gael. Abrí la puerta y entré, estaba dormido como un lirón con su pecho desnudo y apenas unos bóxers acostado boca abajo hasta podía escuchar un muy leve ronquido que emanaba del castaño. Proseguí a cerrar la puerta y me acerqué hasta la cama y tomé asiento, era magnífica en la manera que su torso definido se levantaba lentamente en armonía junto a su respiración. Llevé mis manos hasta su espalda tocando suavemente con la yema de mis dedos, algo electrizante recorrió mi cuerpo y empecé a sentir como mi miembro empezaba a endurecerse. Gael se movió repentinamente, pero no llegó a despertarse; se veía tan tierno mientras dormía aquella ternura sería borrada por mí.
Me torné de pie, quité mis pantalones y zapatos; incluso mi ropa interior. Me acerqué a la cama allí Gael entre abrió los ojos, se espantó a lo que yo respondí un movimiento brusco y rápido encima de este aprisionándole contra la cama, intentó zafarse una seguidamente de otra vez, tenía fuerza el muchacho. Tapé su boca muy fuerte con lo que presioné mi pelvis de su trasero y con la mano libre que me quedaba bajé su ropa interior. Se remeneaba una y otra vez hacía un gran intento por mantenerlo quieto, pero entre cada forcejeo me excitaba más y más. Aquellos gemidos de desesperación, angustia, miedo... me tenían el miembro bastante duro. Entre otro el movimiento causado por el opuesto introduje mi masculinidad erecta en su ano con cierta braveza, aquel gritó de dolor, pero no se pudo escuchar más allá de la habitación. Con ambas manos el intentaba quitarme de encima, tan solo continuaba friccionando mi cuerpo contra el de él. Su gimoteo y jadeo me tenían completamente loco cada vez aumentaba más la velocidad, llegó el momento en que Gael dejó de batallar y solo lo noté que perdió todo ánimo y fuerza en su cuerpo. Quería que siguiera batallando, no lo quería tan fácil. Las lágrimas de mi primo salían de manera incontrolables de sus ojos acuosos, no era el momento para decir palabra alguna solo continué hasta llegar al clímax; el cual estuvo muy lleno de placer y mi berrido ante tanta emoción sí llegó más allá de las puertas. Cuando procedí a salir de su interior parte de su trasero y la cama estaban rojizos por la sangre, quizás haya sido muy brusco y salvaje.
Tomé mi ropa y lo dejé allí, tenía el corazón medio exaltado no había logrado contenerme, a este paso Gael nunca me aceptará como algo más en su vida, aunque tan solo pensar en lo maravilloso que acabamos de hacer el amor... de seguro quería más en otra ocasión. Tenía que volver a la oficina a terminar los asuntos pendientes que había dejado, así que decidí tomar una ducha antes de emprender mi camino de vuelta al trabajo.
***
Entré a la oficina, tomaría asiento para empezar a finalizar lo que había dejado pendiente; no tenía ganas ni quería ser molestado por nadie, lo que había pasado con Gael me tenía un tanto preocupado como feliz de que nuevamente pude hacerlo mío y tenerlo en mis brazos. Tras poner el maletín sobre la mesa de cristal, la silla ejecutiva giró y mis ojos se exaltaron. ¿La madre de Gael había vuelto tan rápido?
— Hola querido— saludó tras acomodar sus lentes y revisar cómo iban las finanzas de la empresa— He hecho bien en dejarte a cargo, todo en orden y en perfecto estado como siempre. Te felicito— terminó con una gran sonrisa esbozada.
Me sentía nervioso, mi frente esta brillosa por el sudor en un instante — Eh, ¡Sí! Por algo ustedes fueron tan amables de pagarme los estudios— tragué saliva.
— ¿Querido pero que tienes? Estás todo pálido ¿Pasa algo? — indagó y negué rápidamente con la cabeza — Jack te he dicho que siempre te veré como a un segundo hijo, mencionando que fuiste adoptado por mi hermana. Ella no estuvo lo suficiente, desgraciadamente, por eso me hice cargo de ti. No quiero más de ese término de "ustedes"— Sonrió tornándose de pie.
Todo aquello era tan cierto como que el cielo es azul, no podía quejarme. Asentí — Claro, disculpe tía—.
Aquella se acercó a mí muy lentamente, sus tacos hacían un peculiar eco y distinguible sonido por la oficina — Hablando de ello... — la noté con cierta inquietud ya que empezó a frotar sus manos entre sí — Los médicos no me dan mucho tiempo, el cáncer está muy avanzado. Creo que es tiempo de decirle a Ga...— Sus ojos se cristalizaron mientras decía aquellas palabras y entre un jadeo su estado emocional se derrumbó al igual que ella, por suerte pudo sostenerse de la mesa.
No me esperé y fui ayudarla a sostenerse — Creo que se lo has ocultado demasiado tiempo — admití.
— Solo por él soy fuerte, esta maldita enfermedad está acabando conmigo— Se incorporó nuevamente llena de rabia, a lo que unas cuantas cosas en el escritorio pagaron por ello. — Tan solo saber que dejaré a mi hijo solo, ya no tengo fuerzas para seguir aparentando que no tengo nada Jackson, ya no— Sus lágrimas salieron a flote — ¿Cómo se lo diré? Sé que me odiará—.
La vieja ya estaba siendo demasiado patética si se iba a morir que lo hiciera y ya — Sé que eres fuerte por él y solo por él, pero no puedes seguir ocultándole tu enfermedad, estás perdiendo tus últimos momentos de vida con él— intenté sonar benevolente y la oveja más mansa de todo el rebaño —No lo dejarás solo, es mi primo querido ¿Cómo lo dejaría solo? Sabes que siempre lo protegeré y cuidaré — Aquello si era verdad haría lo que fuese por Gael.
Observé como limpiaba sus lágrimas — Tienes razón, ya he perdido mucho tiempo debo afrontar la verdad, aunque duela— llevó una de sus manos a su cuello el cual acarició levemente, me daba asco en la forma en que se le veían todos esos pellejos viejos y arrugados — Pero aún no estoy lista, todavía necesito visitar unos cuantos médicos aquí en la ciudad, mientras me hospedaré en un hotel —Puso semblante en blanco y luego negó con la cabeza — Tú que has estado cercano a él todos estos días ¿Cómo está mi hijo? — Sonrió tal cual vieja moribunda.
— Está bien — no quise responder a todo su palabrerío solo quería que se marchara de allí.
Respiró profundo — Eso me deja más tranquila. Bueno ya debo marchar, querido. — Recogió sus cosas y se aventuró hasta la puerta — Continúa haciendo lo que haces, mi empresa está en buenas manos — añadió antes de marcharse.
¿Cómo que su empresa? Quién ha mantenido la empresa a flote todo este tiempo había sido yo, la muy decrépita se la ha pasado de doctor en doctor por no quererse dejar morir. Mi cuerpo se llenó de rabia y unas cuantas cosas salieron rotas y por los aires. Al menos tenía más días para seguir disfrutando de la soledad con mi primo.
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Broken [Gay/Yaoi]
Romansa¿Qué pasa cuando te gusta un chico pero éste te odia? sí, esa es la triste historia... la vida de éstos dos jóvenes; Gael el ricachón de la universidad, el chico excéntrico y atractivo, aunque un tanto tímido; y Axel el típico rebelde, el que vive e...