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Hoy era la fiesta.

¿Pero quieren saber lo peor? No encontré niñera para Rocío, todas decían que estaban ocupadas. ¿Entonces por qué rayos son niñeras si no quieren trabajar?

Decidí ir a la casa de mis padres para charlar seriamente con mi madre; quería que devuelva a esa niña ya.

Toqué el timbre de la casa. La casa estaba igual, yo pensaba que con mi ausencia la iban a re modelar o que conviertan mi cuarto en la sala de yoga de mi madre; pero no fue así, todo estaba igual.

Mi madre abrió la puerta.

-¡Hija!

Al parecer se sorprendió al verme. Pero que dramática que es, solo han pasado tres días.

-No te reconocí-me observó de arriba hasta abajo- Estas diferente.

¿Cómo que diferente? ¿Será que olvidé peinarme? Tener a Rocío hace que me olvide de algunas cosas. Me vi el cabello y casi me desmayo, estaba despeinado. Rápidamente me lo arreglé a una cola de caballo.

-¿Puedo pasar?-pregunté.

-Claro- dijo y me dio pase- Siéntate.

Me senté y mi madre se sentó al frente mío.

-¿Por qué?-le pregunté.

-A qué te refieres, hija- pareció confundida.

-¿Por qué me hiciste todo esto?

Quería gritarle en la cara que me estaba malogrando la vida, quería llorar, pero lo único que hice fue ver a mi madre sentada tomando su café. Sentía que tenía los labios pegados.

-Algún día lo vas a entender.

-¡Qué voy a entender!-grité, haciéndola asustar- ¡Esto es una locura!

-Caro...-se acercó a mí.

-No-me alejé- Quiere que me digas que tramas. Yo sé que esto no es por la empresa.

-¿Estas segura que quieres escucharlo?

-Totalmente-mentí.

Quería saber lo que pasaba; sin embargo, tenía miedo de que sea algo muy malo.

Mi madre soltó un gran suspiro.

-Lo de la empresa es real- volvió a su asiento- Los padres de Joaquín se amistaron con nosotros. Ellos tuvieron la idea del casamiento.

-¿Y la niña?

Se tapó delicadamente su rostro son sus manos.

-Esa idea fue mía, pero la ideé antes de todo-hizo una leve pausa- Quería que sientas lo que es ser una madre, y cuando pensamos lo del casamiento, pensé que esta era la oportunidad, tu oportunidad.

-Yo no quiero esto, menos estar casada con Joaquín- me empecé a molestar.

-No quiero que te enamores de Joaquín, solo que cuides a esa niña hermosa, ya vas a ver que te enamorarás de ella.

-Nunca-solté todo el odio que llevaba en mi interior- Nunca voy a amar a esa mocosa.

No sé por qué me miraba desilusionada, solo decía la verdad.

Entonces, me levanté, doy esta conversación por terminada.

-No esperes que te venga a visitar-abrí la puerta y ella seguía en el sofá mirándome con los ojos llorosos.

Y me fui de la casa.

Hasta nunca mamá.

***

NOT EASYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora