Capítulo 1

1.3K 297 23
                                    

La tensión puede tocarse en el aire; la puerta se abre y deja entrar a un hombre mayor. Traje y canas le hacen resaltar. Ni siquiera se inmuta con nuestra presencia; se oyen lápices golpeando la mesa y algunos pies que no dejan de rebotar en el suelo.

Se toma su tiempo para acomodar un maletín en el viejo escritorio. Un paquete de hojas salta a la vista y todos contienen el aliento; una sonrisa burlona se asoma debajo de su tupido bigote.

-Comiencen-. Ordena una vez que todos tenemos el examen en mano.

Algunos juntan sus manos en modo de petición, otros se dedican a menear la cabeza y borrar con desesperación el lápiz de sus hojas. A pesar del incesante sonido que hacen las manecillas al pasar y de los nervios que expulsan las demás personas en la habitación, mi mente no se despega de las preguntas y se concentra en encontrar una respuesta correcta.

Mi mano comienza a reclamar un descanso después de tanto escribir; mi vista se dirige al reloj en la pared, ha pasado una hora desde que nos fue entregado el examen. Se escuchan susurros y luego una advertencia de silencio. Desde mi asiento puedo observar con claridad la preocupación teñida en sus jóvenes rostros y por un momento, siento un poco de pena.

Respiro y dejo salir un largo suspiro, antes de volver la mirada a mi hoja y dar un pequeño repaso para constatar que cada espacio en blanco tenga una respuesta acertada escrita en él. He decidido levantarme y entregarle mi examen al hombre que mira con sorna a los demás estudiantes; algunos voltean a ver mi inseguro caminar y muestran un pequeño atisbo de asombro.

No me detengo a ver su expresión al dárselo, por lo que camino de regreso a mi lugar para recoger mis cosas y salir de ahí lo más pronto posible. Al cerrar la puerta, recargo mi espalda en ella y una suave sonrisa se apodera de mis labios.

Comienzo a alejarme y cuando estoy medio pasillo del siguiente salón, una vibración se hace sentir en mi bolsillo trasero.

Antes de atender la llamada, me cercioro de que nadie me presta atención.

-Micsia-. Respondo cambiando mi tono de voz por uno frío.

Se hace sonar un hombre al otro lado de la línea:

- ¿Tienes algo?

-Por supuesto.

-Perfecto-. Un pitido se repite después de su última palabra.

Dos segundos después, Lia se abalanza sobre mi espalda y sacude mi cabello hasta dejarlo enmarañado

-¿Qué tal te fue?

Le dedico una mueca mientras trato de quitar las hebras de cabello de mi rostro.

- No tienes que preocuparte-.Pasa un brazo por mis hombros y comienza a caminar. -Eres un genio.

Nos dirigimos a la salida de nuestro instituto y Lia no ha dejado de parlotear acerca de sus planes de fin de semana.

- ¿Tienes algo que hacer? -.Pregunta una vez fuera.

- No, ninguno.

Pero Micsia sí.

MICSIA [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora