Era medio día, el sol estaba en todo su esplendor, los chicos salían de las escuelas, la ciudad empezaba a agitarse y había interminables tráficos. Normalmente la Ciudad era bastante tranquila, pero su intenso sol siempre hacia a las personas muy alegres.
Ese día me encontraba en casa cuidando a mamá, últimamente estaba muy enferma y no podía dejarla sola. En casa solo somos ella mi hermana Geisy de 7 años y yo. Papá murió cuando yo tenía 13 años, lo que me hacía sentir desde muy joven responsable del bienestar de mamá y mi hermana.
Era un chico solitario, el significado de diversión era confuso en mí, quizá la situación en casa me hizo madurar muy temprano.
En la universidad todos parecían temerme, incluso acercárseme era todo un desafío para ellos. Me gustaba estar solo, aunque a veces admito quería salir y conocer personas. Pero eso implicaba fiestas, amigos, dinero y en el momento me interesaban más mis estudios y mi familia.
Había faltado una semana completa a clases por la intensa fiebre de mamá, solo quería estar con ella y cuidarla.
---Es un lindo día ¿no crees mamá? ---le dije animándola.
---Lo es, pero no lo puedo disfrutar. --- exclamó cansada observando el cielo desde la ventana de su habitación.
---No te preocupes, veras que pronto mejoraras. –Además estoy haciendo los frijoles de papá. ---Presumí consiguiendo dibujar una sonrisa en su rostro.
Mientras preparaba el almuerzo junto con Geisy, siempre de curiosa queriendo aprender, mamá empezó a quejarse de dolor, así que pedí a Geisy que cuidara de ella mientras iba por sus medicinas.
---No tardes Rey. --- me pidió Geisy asustada.
---Todo estará bien pequeña. --- Besé su frente y Salí de casa.
La farmacia estaba a unas cuantas calles. Camine deprisa hasta llegar a la farmacia, entre y una vez allí pedí las medicinas de mama.
Recibía las medicinas cuando escuche voces de una multitud asombradas que venían de afuera de la farmacia. Voltee rápidamente y pude ver que todos miraban al cielo sorprendidos y señalando con sus dedos lo que parecía ser el centro de su atención. Tome las medicinas de mama y salí a ver qué pasaba. Camine hacia afuera sin dejar de mirar al cielo acercándome un poco a la multitud que abismada comentaban y filmaban con sus celulares el extraño agujero negro que se veía en el cielo, en verdad era terrorífico e impresionante a la vez. Al igual que ellos saque el celular para llevarle a mama fotos de lo que estaba pasando afuera, introduje mi mano en mi bolsillo pero mi celular estaba un poco atascado por lo que me demore un poco al sacarlo, cuando por fin lo logre, alce el celular y de la nada un extraño viento empezó a estremecernos muy fuerte y la tierra empezó a temblar. El caos pronto se desató todo se venía abajo, la tierra empezó a abrirse y todos empezaron a correr de un lado a otro intentando irse del lugar.
Alcancé a tomar un par de fotos y cuando intentaba guardar mi celular para irme a casa fue cuando sucedió.
No recuerdo con exactitud, en mi mente solo está el sonido de esa gran explosión que por la gran onda expansiva me arrojo unos tres metros de donde me encontraba, consiguiendo golpear mi cabeza contra el suelo. El impacto fue tanto que desperté unos minutos más tardes, aún conservaba las medicinas de mama pero mi celular ya no estaba conmigo. Me levante atontado y con la mirada nublada, sacudía mi cabeza intentando sentirme sobrio.
Las personas corrían de un lado a otro sin saber que pasaba pero lo más aterrorizante sin duda era la cortina espesa de humo negro que salía del agujero. El aire era denso y costaba respirar, no se podía ver con claridad a causa de la niebla. No obstante la explosión causo apagones, derrumbes de edificios y varios accidentes de tránsito. Podía escuchar como las personas gritaban muertas de pánico intentando buscar refugio.
Empecé a correr lo más rápido que pude solo pensaba en mama y Geisy. Corrí a casa sin detenerme en medio de la convulsionada multitud. Cuando llegue a casa encontré que la energía eléctrica ya había regresado y Geisy lloraba al lado de mama nerviosa en nuestra pequeña sala. Corrió hacia mí y me abrazo fuerte.
–Gracias a Dios estas bien Rey. –Dijo agradecida con lágrimas en los ojos.
--- Estoy bien hermanita, descuida ya estoy en casa.
---Acércate Rey. ---me pidió mamá ansiosa al mismo tiempo que extendía hacia a mí su mano derecha.
---Aquí estoy mama, ¿estás bien? --- Lo estoy. ¿Qué paso allá fuera?
--- No lo sé mamá, solo sé que en el cielo había algo muy extraño y luego hubo una explosión de gran magnitud.
--- Enciende el televisor Geisy. ---le pidió mamá con angustia.
Con temblor en sus manos sujeto el control buscando rápidamente entre los canales alguno que hablara de lo sucedido. En cuestión de segundos se detuvo en el canal 2. En la pantalla figuraba el Doctor Henri Bernal quien anunciaba lo más preocupante y aterrador que jamás había escuchado.
Durante años la ciencia había detenido este hecho pero su fuerza ha sido mayor. Lo sucedido hace algunos minutos es obra de un fenómeno climático que muchos temíamos, consiste en explosiones en la atmósfera lo cual ha provocado un desorden en las capas que cubren la tierra y sus funciones, liberando gases tóxicos y químicos que su combinación podrían provocar grandes cambios en nuestro mundo. Esperamos que las capas se autoregeneren y la niebla cese, no sabemos en cuanto tiempo esto suceda. Hasta entonces no salgan de sus casas hasta nuevo aviso el aire que respirábamos ya no es el mismo y mucho menos las personas.
Hola, al igual que muchos de ustedes soy un amante de la lectura, pero en esta ocasión quiero compartirles una fascinante historia. Este es el primer capitulo, espero les haya gustado, lo que se viene es aun mas interesante. No olviden apoyarme con sus votos comentarios y compartir la historia.
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INFECTADOS
Ciencia FicciónUn extraño virus atmosférico se apodero de todo el planeta. Ahora ya nada es igual, nada de lo que conocíamos existe. Nuestra única salvación es pelear para sobrevivir hasta que sea descubierta una cura.