Capítulo 15 (Huída)

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Con la poca voluntad que tenía extiendo mi mano con mucha dificultad hacia Lía. Mis ojos se iban cerrando poco a poco, solo escuchaba muy a lo lejos la voz del General Manssur.

— Damas y caballeros tenemos a los nuevos vencedores de este gran duelo. Debian quedar cuatro en pies, pero estos chicos aprenden a matar muy rápido. — Ríe burlón a carcajadas.
— Es una pena lo de este infectado R22, todos esperábamos más de él. Debo admitir que acabo de perder una gran suma de dinero por apostarle.
Coman y beban, la celebración apenas empieza.

— ¡Vas a estar bien Rey! — Escucho en un lejano y profundo eco.

Luego de estas palabras perdí la noción de espacio-tiempo y quedé profundamente dormido.

— ¿Donde están ellas? Las dejé a tu cuidado. — Grita papá enojado en mis espaldas.

— Lo siento papá, no pude hacer nada. — Pongo ambas manos en mi cara.

— Me has fallado hijo. — Ahora es él quien da la espalda.

— Lo siento papá, pero tú también nos dejaste, tú debiste cuidarnos, yo era muy joven para hacerme cargo de todo. Tú nunca debiste morir.  — Lloro como un bebé y al mismo tiempo grito con ira y profundo dolor.

— Y debo irme una vez más hijo, encuentra a tu madre y hermana. No me falles. — Pone su mano en mi mejilla, luego la lleva hasta mi cuello y me da un abrazo, para luego alejarse de mi.

— ¡Papá espera! Papaá — Grito mientras se va perdiendo entre la nada.

— Rey, Rey. Debes despertar ahora, ¡vamos despierta ya!

Escucho la extraña voz en mi cabeza y con gran asombro e inhalación abro mis ojos.

— Solo era un sueño. — Pensé mientras sacudía mi cabeza.

— Ya era hora que despertarás. — Volvió la voz a mi cabeza.

— ¿Eres tu Odry? — Pregunto confundido con algo de migraña.

— No, soy yo, el aliado. Cumplí mi parte, hice creer a los escuadrones que habías  muerto.

— ¿Donde estoy? — pregunté mirando a mi alrededor obtuso.

Parecía estar en un cuarto completamente blanco.

— Estás en una ilusión Rey. No quería que despertarás y miraras de inmediato la realidad. Se que intentarías algo al despertar y eso no podrá ser hasta que hagamos el apagón o verán todo lo que hagas por las cámaras.

— ¿Y cuánto falta para el apagón? — Pregunto entendiendo todo.

— Solo esperábamos a que tu cuerpo estuviera completamente recuperado.
¡Asi que prepárate el apagón acaba de suceder!

Al decir esas últimas palabras, abro mis ojos y estoy en total oscuridad.

Estaba en lo que parecía una cápsula, casi que congelado, allí dentro estaba conectado por medio de cables y un par de agujas a la misma, estaba casi congelado, empezaba a ser conciente de todo ese frío en mi cuerpo.

Empujo con fuerza la puerta y logro desconectarme rápidamente de todos esos cables.

No podía ver nada, todo estaba absolutamente oscuro. De inmediato enciendo la energía en mis pies generando luz suficiente.

Con desespero empiezo a buscar a Lía entre todas esas cápsulas. No habían muchas, o almenos no muchas llenas.

— No está aquí. — Susurro desesperado pasando ambas manos por la cabeza.

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