Capítulo 28 (Hasta morir) 1era parte

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La noche se me hacía eterna, no veía la hora de empezar nuestra huida de ese lugar, sin embargo sabía lo necesario que era tomar un descanso, recuperar fuerzas y que nuestros poderes estuvieran al cien por ciento.

Daph no mencionaba palabra, parecía ansioso al igual que yo. Podía percibir en su rostro ira y angustia al mismo tiempo.

— ¿Estás bien Daph? — Pregunto acercándome un poco a él.

— Realmente no creo que nadie esté bien aqui, es solo que no dejó de pensar en lo que pasará en unas horas. No soportaría la idea de perder a alguien más. Debo confesar que tengo miedo.

— No debes preocuparte, usa esa ira y miedo a tu favor. — Habla Lía recostada a una pared cruzada de brazos.

Acto luego se acerca Taylor detrás de ella y caminan hacia nosotros.

— No podemos dormir. — Mencionó Taylor sentándose en el frío suelo, Lia hace lo mismo.

Daph y yo nos acercamos a ellas y hacemos lo propio.

Cruzo mi brazo por el cuello de Lía y la aferro a mi cuerpo.

— Te extrañé tanto Rey. — Lía gira su rostro y me da un cálido beso en la mejilla.

Sonrío y devuelvo el beso en su frente. Agarro su mano y así permanecimos por el resto de minutos.

A su lado el tiempo fue menos tedioso. Sin embargo por momentos me perdía en mis pensamientos tratando de convencerme que todo saldría bien.

— ¿Alguno perdió más que sus padres y demás familiares? Me refiero a alguien especial, ya saben, un amor.
Disculpen creo que fue una pregunta tonta e inapropiada. — Daph se cruza de brazos apenado y baja su cabeza por encima de su hombro izquierdo.

— Creo que Daph quiere confesarse esta noche. — Taylor golpea su hombro toscamente haciendo estremecer un poco su cuerpo.

— Bueno, no es como que quiera confesarme, solo era una pregunta. Pero sí, sí perdí a alguien. Su nombre era Layca, era una relación difícil, ya saben, drogas, mucha fiesta y poco control. Sentía que podía entregarlo todo por ella pero también sentía que me destruía lentamente, aún así la amaba.

— ¿ Qué pasó con ella? — Lía pregunta intrigada.

— Solo desapareció el día de la explosión. No volví a saber de ella. Espero que esté bien. Aunque ahora siento que daría mi vida por alguien más. — Daph mira de reojo a Taylor y yo solo rasgo mi garganta junto con Lia.

— No sean tontos chicos. No hay tiempo para cursilerías. — Taylor golpea nuevamente el hombro de Daph esta vez haciéndolo que llegará hasta el suelo.

Las horas pasaron y los temas siguieron fluyendo. Sentí la noche eterna.

— ¡ Es hora chicos! — Me pongo en pie de un solo brinco.

De inmediato Lía, Taylor y Daph se colocan en pie y nos dirigimos a las habitaciones para despertar a los demás. El gran escape empezaba.

Nos colocamos los uniformes de combate y acto seguido nos encontramos en el comedor.

— A partir de ahora empieza el plan escape, debo decir, que no será fácil, conocemos al General Mansur y no nos dejará salir tan fácil, además de eso debo admitir que su silencio y el hecho de permitirnos llegar hasta este punto sin atacar no debe ser nada bueno. Tenemos el arma más poderosa para salir y ganar está pelea y no son nuestros poderes, es la unión y hermandad. Ahora somos una familia. No sabemos que hay afuera, pero de algo estoy seguro y es que cualquier mejor lugar en el mundo debe ser mejor que estar aquí abajo como ratas de laboratorio. ¡No perderemos a nadie más!            — Hacemos un círculo y expreso mis palabras tomados de las manos.

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