Capítulo 24 (Cubo mortal)

114 8 6
                                    

Deja su espada clavada en ella, nosotros mientras tanto asimilabamos la realidad frente a nuestros ojos.

Mientras aún respiraba con dificultad, sus ojos nos miraban angustiosos, de pronto lágrimas empiezan a salir de sus ojos y corren por sus mejillas, Jhosh se detiene y cae de rodillas al suelo con su mano derecha extendida.

Pega su frente en tierra y llora con gemidos iracundos.

—¡No! ¡No! ¡No! — Repetia Jhosh una y otra vez.

Lía pega su cuerpo al mío y me abraza fuerte al mismo tiempo que desata el llanto sostenido en su garganta.

Jhosh quita la espada en ella y la coloca a un lado para abrazarla.

Sus labios apenas y se movían, no podía hablar sus ojos parecían cascadas.

No podíamos hacer nada. Estábamos acorralados por mi cabeza pasaban Miles de maneras para atacar pero no soportaría ver caer una vida más. Habían sido demasiadas en un solo día.

— Muy conmovedor, debo admitirlo, creo que también quiero llorar. Pero de ver a mi espada bañada en sangre infectada. — Habla de manera despectiva y sarcástica el General. — Esto no tuvo porque haber pasado. No me vean con esas caras chicos, el único culpable de todo esto es la escoria que tienen al lado, su amado amigo Rey.

— ¡Ya cállate papá! — Grita Taylor. Seguido grita Geisy. — Sí, ya cállate viejo infeliz.

Mi cuerpo temblaba por salir corriendo y atacar pero mí mente me controlaba. Ana, Dapah y Tommy seguían en manos de él, podrían sufrir el mismo destino que Odry.

Quería hacer algo, matarlo, pero todos esos robots estaban rodeandonos, todos estaban exhaustos, podían ser muchas más vidas las que perderíamos.

— Rey, estasmos dispuestos a hacer lo que nos digas. — Mencionó Taylor sin dejar de ver a su padre.

— No haremos nada. Aquí acaba todo. — Menciono con rostro a tierra, turbado. Mi cuerpo pedía pelear, temblaba por salir corriendo y atacar. Mientras tanto

De repente todo quedó en completa oscuridad. Solo recuerdo el frío de una aguja fría entendo por mi pecho y mi cuerpo cayendo como piedra al suelo.

No sé cuánto tiempo estuvimos inconcientes. Siento palmadas en mi rostro. Abro con dificultad y lentitud mis ojos, y veo a Daph en frente mío quién me llamaba por mi nombre.

Me levanto de inmediato un poco confundido.

— ¿Donde estamos? — Pregunto mirando todo el lugar.

Estábamos en un lugar frío, pequeño y con muy poca luz. Ni siquiera había una puerta. No tenía idea de cómo llegamos a ese lugar.

— ¡Oh por Dios! ¿Donde están los demás? — Pregunto inquietado a Daph caminado por ese pequeño espacio.

— No lo sé amigo. Pero sé que están bien. — Camina a mí e intenta calmarme.

En el cuarto solo estábamos Dapah, Taylor y Geisy quiénes seguían inconcientes el frío suelo, Jhosh quién estaba sentado en un rincón sin pronunciar palabra y con la mirada perdida y yo en esa horrible habitación.

Camino hacia él y me inclino poniendo mi mano en su hombro para intentar animarlo.

— Vamos a salir de aquí amigo. ¡Te lo prometo! — No responde palabra alguna, solo continua mirando a la nada y una lágrima empieza a salir de él.

— Te juro que vam... — No termino de hablar cuando de repente salta sobre mí y me toma por el cuello con ambas manos.

— ¡Esto es por tu culpa! El General tiene razón. — Grita como loco mientras aferra más sus manos a mi cuello.

INFECTADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora