Capítulo 12 (La decisión)

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Las batallas no se hicieron esperar, uno tras otro caía cada semana, estaban acabando con la poca vida joven que quedaba en el planeta o en nuestra ciudad, estábamos enfermos o infectados, pero seguíamos siendo nosotros, nuestros sentimientos y nuestro juicio seguía intacto. Aunque por momentos me entraba un instinto asesino y quería matar a todos esos malditos del escuadrón rojo y toda esa élite de millonarios que se llenaban de placer al ver correr nuestra sangre.

Ya habían pasado tres semanas, esta semana sería el último duelo del mes y el próximo ya tendría que enfrentarme en el duelo de sobrevivientes. Nuestro plan seguía en pie y más que ahora teníamos la ayuda de esa extraña persona que se ofreció a ayudarnos, de seguro era de algún otro sector. Pero mientras eso ocurría mi salud seguía empeorando. Todo era horrible sin Dreshell con nosotros, no había comido mucho los últimos días y mi ánimo estaba muy por el suelo. Todo estaba causándome un gran daño emocional y psicológico. No obstante, las pesadillas por las noches me estaban atormentando, de seguir así no duraría mucho mi vida. De llegar así al duelo de sobrevivientes arruinaría nuestros planes.

Lo único que parecía seguir manteniéndome con fuerza para luchar eran las ganas y la esperanza de ver a mamá y Geisy con vida. Por otra parte Lía se había convertido en mi motor. Cada mañana despertar y saber que ella estaba ahí me llenaba de valor. Toda ella era perfecta, nunca había conocido a alguien como ella. Sus ojos lograban cautivarme al punto de perderme en ellos sin darme cuenta, su sonrisa hacía que olvidara por momentos mis desgracias. Todo había pasado muy rápido, ni siquiera tuvimos tiempo de una cita, nos conocimos en las peores condiciones, aun así eso era lo menos importante, eso parecía haber unido más nuestros lazos. Sin ese beso antes de salir al campo de duelo quizá no me hubiera ido tan bién. Lo cierto era que cada día parecía amarla más, ya no me imaginaba sin ella. Perder a ella si sería el acabose de mi vida.

Había llegado el duelo de la tercera semana, esos días nos levantaban más temprano que de costumbre, para nosotros era día, quizá en realidad podía ser noche o tarde. Habíamos perdido toda noción de tiempo. Sabíamos que había pasado una semana cuando llegaba el siguiente duelo. Josh siempre intentaba contar los días, pero Odry lo contradecía en sus cuentas.

-Una vez más iremos a ver cómo nos matamos entre nosotros. - Dijo Lía poniendo sus botas.

- Pase lo que pase hoy debemos seguir unidos, si alguno llega a ser elegido debe dar todo de sí para mantenerse con vida. No importando que tan fuerte sean los demás contrincantes. - Me puse en pie y hablé a cada uno de ellos.

Termino de hablar y caigo al suelo sin poder contenerlo.

-¡Rey! -Gritan todos al verme en el suelo.

Mi cara había golpeado el borde de una de las camas, causando una herida en mi frente, no era muy grande pero estaba sangrando demasiado.

-Rey por favor levántate. - Lía pasa su brazo por mi cabeza y la acomoda en sus piernas mientras pide desesperada algo para detener la sangre. En ese momento Ana crea un pequeño campo de fuerza en mi frente impidiendo que la sangre siga saliendo.

-Por favor Rey, no me dejes. -Golpeaba Lía mis mejillas desesperada, mientras sus lágrimas caían en mi rostro.

-Su cuerpo está muy débil, esta semana no se ha alimentado bien y su ánimo no le ha ayudado, sin mencionar las secuelas que trae del duelo. Pero estará bien. Solo necesita descansar. - Habló Daph tratando de calmar a Lía.

-¿Descansar? Sabes que no lo dejaran quedarse en la habitación. - Exclamó Ana.

-Aléjense un poco chicos.
-Exclamó Tommy.
Acto luego toca mi cuerpo y me hace caer con cuidado en una de las camas.

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