9. Dime lo que quieres.

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Sé que te necesito, oh.
Si te gusta esta sensación, la sensación interior de tu cuerpo; házmelo saber y folla conmigo ahora.

Esta noche tengo tiempo así que ven y folla conmigo ahora. Solo tú.

With me.
—DVSN.

~♥~

SeHun estaba realmente frustrado; mental y sexualmente. No había visto a su pequeño en una semana y tenía un caso extremo de pelotas azules. Lo único que le aliviaba eran las conversaciones calientes que mantenían por mensajes de texto pero joder, no era lo mismo utilizar su mano que enterrar su pene en el delicioso y apretado ano de LuHan. Mierda, eso no se comparaba.

Estaba impaciente porque la fecha límite había llegado y ni siquiera le importaba que fuera un jodido lunes otra vez, solo quería follarse a LuHan a lo bestia y dejarlo hecho polvo, sudoroso y cansado, descansando sobre su pecho.

Esa noche le haría una visita y esperaba que su pequeño llevara puesto el lindo traje que había comprado exclusivamente para él.

Joder, su polla se endurecía cada vez que pensaba en como el color morado contrastaría con la pálida y suave piel del rubio, haciéndolo enloquecer.

Imaginar las delgadas manos acariciando su piel y los preciosos labios del chico besando los suyos era su deliciosa tortura.

Y bueno, solo esperaba que LuHan no se asustara y quisiera huir al saber que su conversación del día anterior se volvería realidad.

~♥~

JongIn sabía que su mejor amigo no era un santo. De hecho, no entendía por qué coños seguía torturándose sin ver a LuHan por tanto tiempo. La bolsa que llevaba en sus manos podía significar la respuesta a tan desesperado encuentro y sinceramente, no quería saber su contenido.

Secretamente, esperaba que el rubio pudiera entender los demonios que su amigo trataba de ocultar. Porque sí, SeHun siempre fue fríamente calculador pero le costó recuperar la confianza en sí mismo después del incidente. Jamás había sido tan posesivo y controlador; sólo con el chico cara de ángel. Tal vez era porque su corazón se estaba entregando nuevamente y no quería perderlo; no a su pedacito de cielo como le llamaba en susurros, que algún día el peliblanco escuchó.

JongIn reconoció a LuHan desde lejos, quien caminaba platicando animado con cierto pelirrojo que lo tenía en la palma de su mano.

Tenía la esperanza de encontrárselo ahí y por impulso, había comprado un ramo de rosas y tulipanes para KyungSoo. Sí, no era una chica pero él sabía que el joven pintor estaba enamorado de las flores y no iba a desaprovechar esa oportunidad.

Sin querer había visto unas cuantas de sus piezas en la galería de YiXing y eran simplemente preciosas a su criterio.

El peliblanco escondió el ramo tras su espalda y caminó hacia los dos chicos.

KyungSoo estaba sumergido en sus pensamientos; de un momento a otro había cesado la charla con LuHan y sus ojos se mantenían fijos en el pavimento.

El pelirrojo no fue consciente de lo que estaba pasando hasta que unos labios se posaron sobre los suyos en un corto beso.

Sus ojos estaban muy abiertos al observar al hombre que estaba a pocos milímetros de su rostro. Su cara enrojeció y su corazón se aceleró al instante.

—Que atrevido, JongIn. —dijo LuHan, intentando disimular una sonrisa.

El moreno sonrió aún sin apartar su vista de KyungSoo -que se puso rojo al instante- y le acarició la mejilla antes de volverse hacia el rubio.

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