14. Perdido en ti.

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Cuando mi mundo se cae a pedazos,
cuando no hay luz que irrumpa en la oscuridad, es entonces cuando te miro.

Cuando las olas inundan la orilla y no puedo volver a encontrar el camino a casa, es entonces cuandto te miro.

When I look at you.
—Miley Cyrus.

~♥~

SeHun sentía un cúmulo de sentimientos crecer en su interior. LuHan estaba sobre su regazo con el rostro empapado, su pecho estaba húmedo y lo único que podía hacer el pelinegro era acariciarlo sutilmente, besar suavemente su cabeza y susurrarle que todo iba a estar bien.

No podía hacer algo contra HaNa porque por el momento, su prioridad era ese chico que estaba llorando entre sus brazos.

Le dolía verlo así, le partía el alma ver como su pequeño se deshacía en sollozos sobre su pecho y joder, sabía que era su culpa.

No debía exponerlo ante HaNa pero lo amaba tanto que era imposible no presumírselo al mundo.

Quería encerrarlo en una bola de cristal y llenarlo de besos para curarle las heridas; para apartarlo del peligro. Pero no podía hacerlo, tenía que dejarlo vivir.

—¿Por qué, SeHun...? —susurró el rubio con la voz apagada.

—Debí cuidarte mejor. —dijo el pelinegro mientras acariciaba los cabellos de su niño.

El chico analizó el doble significado de esas palabras en su cabeza y sabía que no podía permitir que alguien que le había dado tanto pensara que había dado tan poco.

—No, SeHunnie... Esto no es tu culpa. —afirmó, subiendo el rostro hasta encontrarse con los profundos ojos de SeHun, llenos de dolor.

LuHan sabía que su hombre seguramente estaba pensando tonterías y no quería verlo así; no cuando sabía que tenía que dejarlo esa tarde.

El rubio elevó su mano hasta posarla en la mejilla de SeHun, la acarició suavemente y el pelinegro buscó más del tacto cálido que el otro le brindaba, cerrando sus ojos en el instante que lo encontró.

—Te lo dije hace tiempo, LuHan. Mi deber es cuidarte y he fallado. —murmuró con agobio.

—Mírame. —suplicó el menor y el pelinegro abrió sus párpados lentamente. —Si alguien ha fallado aquí, he sido yo. Te juzgué pensando que me habías engañado y te comparé con alguien que no vale la pena pero tú, mi dios, tú vales más que nada en este mundo. —suspiró. —Y sin embargo, tengo que irme... —finalizó, sintiendo como las lágrimas se resbalaban de sus ojos una vez más.

SeHun rápidamente secó sus mejillas y contestó:

—Iré contigo.

—No puedes...

—Puedo y quiero hacerlo. —habló suavemente.

—No lo entiendes... —susurró LuHan. —Todo esto es porque tú y yo estamos juntos; ella seguirá haciéndonos daño si no nos detenemos. Vamos a parar esto. —finalizó.

El pecho de SeHun se oprimió y quiso llorar de desesperación pero se detuvo. No estaba dispuesto a perder a LuHan de ninguna manera, no importaba cuánto costara, no lo dejaría por nada.

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