4. Pensamientos raros

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— No te mataré. Toma —Me pasa mi pasamontañas —Vete de aquí, es peligroso —Hablo serio.

— ¿Qué? —Susurré confundida.

— No. Te. Mataré. Ahora vete, antes de que cambie de opinión —Señaló los autos en los que habíamos llegado.

Yo aún no reaccionaba, no entendía por qué razón alguien de los Black Blood me estaba dejando vivir y esto había pasado después de haberme reconocido.

Esto quería decir que la persona que ahora me estaba diciendo que me vaya, me conocía. Era alguien con quién había hablado. ¿Podría ser Chase? ¿O Drew?

— ¡Vete! —Volvió a gritarme.

Esta vez tomé mi arma y salí corriendo hacia donde se encontraban los chicos.

— ¿Dónde demonios te habías metido? —Me preguntó Toby notablemente irritado y preocupado.

— Eso no importa, debemos irnos —Subí al automóvil y él arrancó a toda velocidad.

*

A la mañana siguiente, mientras me vestía para ir a la universidad, un mensaje de Toby me llegó.

"¿Me llevas, primita hermosa? Los gemelos no me contestan"

Le respondí que venga a casa. Desde que los mellizos hicieron explotar su auto, sus padres decidieron que él se tendría que comprar el siguiente, ya que no se había comportado apropiadamente con sus pequeños hermanitos. Así que por el momento sigue ahorrando todo el dinero que gana en las misiones para destinarlo en su próximo amor, o eso dice él.

Unos minutos después, el timbre sonó.

Bajé las escaleras y me encontré a Toby y Tyler hablando en la cocina.

— Buenas —Me dijo mi primo.

— Ay, ya te veo hasta en la sopa, no es necesario que nos saludemos —Contesté algo malhumorada.

Anoche, al llegar a casa, no pude dormir. Di miles de vueltas pensando en lo que había sucedido y quién de ellos dos podía ser la persona a la que estábamos buscando.

— Jezz, ¿te vino? —Me preguntó Tyler.

Lo observé.

— ¡No! Sólo no estoy de humor, ¿de acuerdo? No dormí bien, ya déjenme en paz —Y luego me metí una tostada en la boca.

— Creo... que me iré corriendo a la universidad, el día está genial para hacer ejercicio y me dieron ganas de repente —Dice Toby, poniéndose de pie.

— Tú no te vas a ningún lado que no sea conmigo en mi auto. Así que mueve el culo y vamos —Le dije ya un poco más calmada.

Ya en el auto, él prendió la radio poniendo música, cosa que m molestó y apagué.

— Tenemos que hablar —Dije.

— ¿Terminarás conmigo? —Contestó bromeando.

— Es sobre anoche —Lo miré seria.

— ¿Me engañaste? —Continúo con la broma.

¿Qué no ve que estoy hablando en serio?

— ¡Tobías! —Regañé.

— Esta bien, lo siento. ¿Es sobre por qué no aparecías? —Me preguntó, ya hablando serio.

— Exactamente —Contesté, mientras frenaba en un semáforo, por lo que aproveché a mirarlo.

El final acechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora