Las manos comenzaron a temblarme y sentí como mis pulmones se cerraban. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Cómo era posible que alguien hubiera arrestado a Brian? Tomé asiento cuando mis piernas empezaron a flaquearme.
— Debemos descubrir quién o quiénes están pasando información a la policía, urgente. —Declaró mi hermano mayor.
Alex lanzó una carcajada carente de humor y lo miró con ironía.
— ¿Soy el único que se ha dado cuenta lo que sucede? —Preguntó observándonos a cada uno. —Es obvio, el pequeño Toby nos ha vendido a la INTERPOL para quitarnos de su camino. —Reveló con altanería. —Usen la cabeza, Tobías desaparece y dos días después nos damos cuenta de que alguien le está pasando información de la agencia a la policía. —Negó con la cabeza y suspiró. —Mataré a ese idiota en cuanto lo vea. —Murmuró para sí mismo, pero todos en la habitación escuchamos sus estúpidas palabras.
— Nadie matará a nadie hasta que tengamos pruebas de que es él. —Declaró mi padre con voz dura.
Sopesé lo que había dicho Alex, ¿era posible que Toby nos vendiera de esa forma? ¿A su propio tío? ¿A su propia familia? Ya no estaba segura quién era aquél chico con el que había crecido y pasado toda mi vida. Las palabras de su padrastro tenían sentido, era mucha casualidad que todo esto ocurriera dos días después de su partida. Y bien sabíamos, que en esta clase de vida no existían las casualidades.
— No puede ser él, estoy seguro. —Dijo Zack, en el intento de defender a su líder, pero ¿qué caso tenía ya? Él había desaparecido junto con Alma y no teníamos idea de su paradero, tampoco había dado señales de vida.
— Zack... —Musitó Connor, tratando de hacerlo entrar en razón, tratando de sacar a su hermano de su ciega confianza hacia Tobías.
— No, Connor, lo único que sé con seguridad es que Toby jamás nos haría esto, jamás nos traicionaría. Él valora a la familia más que nada y estaría muy decepcionado si se enterara de que estuvimos dudando de sus acciones. —Habló con firmeza, poniéndose de pie e imponiéndose ante su mellizo.
— ¿Quién, entonces? —Preguntó Evan, mirándolo fijamente.
Zack se encogió de hombros y se giró para observar a Alex.
— Lo descubriré y haré que deseé no haber nacido. —Anunció, una promesa que quedó flotando en el aire mientras él abandonaba la sala.
Un tenso silencio inundó el lugar, incrementando las dudas y desconfianza acerca de Toby. Por un lado, estaba de acuerdo con lo que Zack había dicho; por otro, en este trabajo nunca terminabas de conocer a alguien y no sabías cuando te clavarían un puñal por la espalda.
Le dediqué una mirada significativa a Drew, esperando que de él pudiera obtener algún tipo de información que me fuera útil, pero lo único que recibí fue una negación con la cabeza y un encogimiento de hombros.
— Logramos conseguir que liberen a Brian bajo fianza. —La voz de mi madre llegó antes de que la divisara entrando a la sala, junto a Emily y Kim.
Esta última parecía haber envejecido unos cuantos años, y era comprensible, su hijo estaba desaparecido, su marido lo señalaba como el infiltrado y su hermano estaba en prisión. ¿Acosa podía ocurrir algo peor? Hace un tiempo mi respuesta hubiera sido totalmente negativa y sin siquiera dudar, pero en esos momentos ya no estaba segura de absolutamente nada que rodeara nuestra vida. Entonces, ¿las cosas podían ponerse peor? Por supuesto que sí, empezaba a creer que la ley de Murphy era real: "si algo malo puede pasar, pasará". ¡Y vaya! Eso era lo que sucedía en nuestras vidas desde que recibimos aquella misión.
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El final acecha
ActionJezz Scott, una chica con una vida normal durante el día. Todo cambia en la noche, siendo la siguiente generación de espías en la familia, que junto a sus primos deben esforzarse por ser los que quedarán al mando de la agencia en un futuro. Pero...