Metí mi dedo...

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"Dicen que la vida no es difícil, que solo son días difíciles, pero no es como yo lo veo, mi vida no había sido para nada fácil, la felicidad son destellos momentáneos en el tiempo que tenemos en esta tierra. Es cierto que ella puede ser sensible y un poco altanera, creo que todos tenemos un lado bueno y otro malo. Pero no es como si siempre lo fuera, no es como si se pasara los días despreocupada pensando sólo en su vida, se preocupaba por los suyos más que yo mismo por los mios. Que no lo exprese no significa que no lo sienta.


Ian."

Phoebe

Aquel martes le conté un poquito más de mí a Mabel y a Luis. No dije mucho pero si lo necesario.
-Entonces... Eres sensible, pero fuerte; tolerante, pero de carácter; resentida, pero sabes perdonar y eres altanera.- Maldito Luis ¿Cómo dedujo eso si yo dije pocas cosas?
-Mierda Luis ¿sabías que te odio?
-Me lo dices todos los días mi amor- Otro guaperas
-No me digas mi amor o te golpeare, y mira que pego muy duro.-En todos los sentidos de la frase.- Él se rió.
Sonó el timbre y todos salieron como búfalos enojados.

Salí de clase casi corriendo para darle el encuentro a Melanie en el restaurante. Ella era mi mejor amiga desde que tengo uso de razón. Vivía a dos casas de la mía cuando aún residía en Inglaterra.
Su padre trabajaba aquí en Madrid así que la familia de Mel vino a vivir aquí al mismo tiempo que yo. Ahora el padre de Mel vive en Barcelona, quisieron mudarse para allá pero Mel usó sus dones actorales y lloró por dos semanas para que se quedaran aquí, y como todo en la vida de Melanie, funcionó.

-Sí mujer, te digo que sí, mañana te cuento absolutamente todo y con el real lujo del detalle ok? Ok- Si, lo sé. Me contesté a mí misma, a veces soy rarita. Es muy común en mí.

Mabel quería que le contará sobre mi ex novio. Le contaría un poco de mis desgracias, ella se me hacía muy confiable para contar penurias.

-Nos vemos Be, mañana llega temprano.
-Claro- Un momento, ¿Intentaba decir que era tardona? Bueno sí, lo soy.
Moví las manos en señal de despedida y seguí corriendo escaleras abajo.

Ya en el bus, me senté adelante sin mirar el resto de lugares por si el chico de ese día estaba aquí.
Para mi suerte no estaba. Bajaría un paradero antes del mío para poder buscar el restaurante.
Baje del bus y veía desde de la esquina si es que Melanie estaba por ahí.

-Oye camionera.-Yo conozco esa voz, no voy a voltear. No hablo con desconocidos. Primera regla de mamá.

-Aparte de camionera, maleducada.
-Yo no soy mal educada estúpido.- Este chiquito sabía cómo ponerme de malas.
Seguí de espaldas hacia él.
-No, claro que no, por eso me das la espalda- Usó el tono más sarcástico que encontró.

Me voltee, y con cara de pocos amigos lo encaré- Mira... ¡Ay tienes un perro!- Me acerque casi corriendo- Que lindo es, ¿Cómo se llama?- Dije agachándome y acariciándolo.
Se comenzó a reír- Así que la camionera tiene sentimientos, se llama Thor- Lo mire y revolee los ojos.

-Estúpido naco- él se rió más y se puso a mi altura.
-Tú eres la naca camionera mi querida Phoebe.

Lo mire sorprendida- ¿Como sabes mi nombre?

Me miró tan fijamente que me sentí asustada- Puedo leer tu mente- Me quede helada mirando sus ojos miel.

De pronto comenzó su ataque de risa- Pusiste una cara muy fea- y siguió riéndose mientras ponía su mano envuelta con la cadena de Thor en la cara para cubrir sus lágrimas de risa.

Me puse de pie y cruce mis brazos
-Eres un maldito estúpido- Comencé a caminar adentrándome a la calle, con paso fuertey firme.
-Oye ya, no te enojes, está escrito en tu brazo.- Me detuve y vi mi brazo, estaba escribo bien grande con plumón verde: "PHOEBE" y debajo de mi nombre "estas bien buena".
Considérate muerto Luis, estúpido, hijo de p...

-Tus amigos piensan que estas...- Habló interrumpiendo mis asesinos pensamientos. Miró mi brazo- Bien buena.- Me miró levantando las cejas y con una sonrisita que si no quitaba se la borro a cachetadas.
Me voltee para no mirarlo, y luego solo seguí caminando.
-No te ves mal, estas medio flaquita, pero tienes buen potencial para modelo.- Estaba detrás de mí con Thor a su lado.

-Cállate, tu voz me aturde.- ¿Donde rayos estaba ese restaurante?
-¿Que buscas?
-Que te importa- Estúpido restaurante.
-Como quieras, mi casa está por aquí. No te mueras.- Ese fue el peor saludo que escuché en mi vida pero lo deje pasar.

-Oye espera, ¿conoces por aquí?
Volteo y me miro con superioridad, y con todo lo guaperas que es.- Cariño, conozco todo el mundo como la palma de mi mano.

-Pff- Me eché a reír- Muy bien Cristóbal Colón versión naca, ¿Dónde está el restaurante que inauguraron hace unos días?
Se puso un poco serio- ¿Por qué vas ahí?
-Ah, es que una amiga...-Un momento yo no le debía explicaciones a este desconocido, apenas y se las daba a mamá- Que te importa.

Me cogió del brazo- No tienes nada que hacer ahí.
-Oye, ¿Qué te pasa? Me lastimas- Le dije en un tono de queja y miedo al mismo tiempo, pero que no sonó tanto a miedo si no a queja. Su agarre era muy fuerte, sin duda dejaría marcas.
Esto era increíble, un total desconocido me cogía del brazo para no ir a comer. Estas situaciones sólo podrían pasarme a mí.

-No irás, regresa a tu casa- Su cara estaba aún más seria. Sentí miedo, más del que había sentido en mi corta y vaga vida.
Era un total desconocido, ni siquiera sabía su nombre, apenas y sabia la calle en donde vivía.
-¡Suéltame! Yo voy a donde quiera, cuando quiera y con quien quiera- Forcejee y no podía soltarme de su agarre aun cuando puse de toda mi fuerza, comencé a llenarme de pánico, miré la calle, pero estaba totalmente vacía además de Thor, el chico y yo.

Acercó su rostro al mío- Lo siento Phoebe, pero no puedo dejar que vayas.- Miró mi cuello, no entendía porque lo miraba, ¿Tenía algo en el cuello? ¿Iba a degollarme? De todas las muertes no me apetecía morir degollada por un atractivo desconocido en una calle a pocas cuadras del lugar donde vería a mi mejor amiga, que seguro encontraría mi cuerpo inerte yacente en la acera, se horrorizaría y  traumaría de por vida; tanto que le pondría Phoebe de nombre a su hija por sentirse culpable de mi muerte. La conocía demasiado bien, estaba segura de que lo haría.

  Vi a su perro sentado en la acera a unos pasos de nosotros, era un pitbull, así que si quería escapar, y probablemente salir viva de aquel encuentro, tenía que correr hacia el resto de la calle detrás de mí, e intentar que no me alcance.

Lo que hice fue épico y heroico de contar.

En el instante en que el parpadeo prolongadamente, como pensante, yo levante mi otro brazo y metí mi dedo en su ojo. Como lo leen: METI MI DEDO EN SU OJO. Presione lo más fuerte que pude y al momento que él me soltó para poner sus manos en la cara yo me eché a correr como toda una atleta profesional.

Escuche el ladrar de Thor y él gritó mi nombre más muchas lisuras.

Con el corazón en la boca y unas lágrimas queriendo escapar de mis ojos, llegué al restaurante. Supe que era ese por su enorme letrero, decía: SEMANA DE INAUGURACIÓN 30% DE DESCUENTO.
Vi a Melanie a lo lejos sentada en una de las mesas del centro. Me sonrió, pero su sonrisa se fue borrando al ver mi cara. Se levanto y llego hasta mí.
-Be ¿Qué pasa?- Dijo con un tono preocupado.
- No hay tiempo para explicaciones Mel, vámonos.- Mi tono de voz y mi cara la alarmaron y asintió exageradamente.

Me voltee aun agarrando a Mel del brazo, y me quede helada al ver que él estaba ahí.
-Phoebe, tenemos que hablar.
Lo único que pensé es: ¿Cómo puede este tipo hablarme así?
No me conoce , yo no lo conozco. Hipotéticamente hablando, iba a matarme; como se le ocurría aparecer ahí frente a mi.
Era poco inteligente de su parte haberme mostrado donde vive, pero todo era extraño.
¿Que estaba pasando?¿ Todos eran así de raros en Madrid? ¿Era normal sentir tanto miedo?

The HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora