Capítulo 1: Mi despertar...

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Abro los ojos, respiro profundo, no entiendo dónde estoy hasta que escucho un pitido y mi vista deja de estar nublada. Me agito, una habitación blanca, con cuatro paredes, algo reducida, tengo algunos aparatos en mi cuerpo y me siento encerrada. Asustada, empiezo a moverme y ese pitido suena más rápido. No puedo moverme, estoy atada y me empiezo a alarmar.

―¡¡Ayuda!! —digo llorando y el pitido me pone más nerviosa—. ¡¡Suéltenme, por favor!! ―Un hombre con bata blanca entra―. Suélteme, por favor... ―pido entre sollozos y él no me responde. Levanta un objeto que parece una pequeña linterna, entonces me observa los ojos, sin dejar que los cierre―. ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? ―Sigue callado, anota algo, luego camina hasta la puerta―. No se vaya, no me deje aquí.

¿Por qué me pasa esto? No parece una clínica este lugar y eso es lo que me pone de los nervios.

Me sobresalto cuando oigo abrirse la puerta otra vez, pero mi cara de horror desaparece y se calma cuando veo entrar a mi marido.

―Jealou ¿Qué ocurre?

Él se sienta a mi lado, toca mi mano con esa sonrisa que siempre me tranquiliza y hace que mi corazón se acelere.

―Todo está bien, tranquila. ―Noto su miedo en el temblor de su tacto ¿Por qué está nervioso? Ya no me siento tranquila.

―¿Y... ¿Y el bebé? ―pregunto angustiada.

―El bebé está bien.

―¿Qué pasa? ¿Qué ocurre entonces? ―Estoy cubierta por una sábana, no puedo ver mi vientre y eso no me gusta, ni puedo tocarlo con mis manos atadas―. Desátame ―pido, entonces siento que mis ojos se humedecen otra vez.

―Todavía no ―exclama dominante y eso me pone peor.

―¿Por qué no? ¿Por qué estoy atada? Yo...

―¿Confías en mí? ―me pregunta, así que asiento―. Solo será un momento, ¿de acuerdo? ―Se me acerca y besa mi frente―. Ahora debo irme.

Veo como se retira hacia la puerta.

―No me dejes sola.

―Volveré... ―Duda de decir lo que continúa―. Lin... ―Se detiene y en vez de decir el diminutivo de mi nombre, lo expresa completo―. Volveré, Linsday.

¿Dónde está el afecto que extraño? ¿Por qué no me besa? ¿Por qué me abandona? ¿Por qué me llama por mi nombre completo? ¿Dónde está el afecto? ¿Dónde está?

―Jealou... ―Sigo llorando y me siento perdida.

Mis miedos están acomplejados porque estamos en el año 4000, las mujeres se mueren por un virus letal que aparece en el útero, es más peligroso cuando te encuentras embarazada y peor para el bebé. Se dice que la criatura sufre si no se la trata a tiempo. Siempre hemos cuidado con Jealou a mi bebé, pero nunca he llegado a la instancia de tener que internarme y eso me asusta. En cuanto a la tecnología, es bastante avanzada, lo que hay, es escasa población, vivimos todos en un complejo llamado HimnoVida y obviamente hay más mayoría de hombres. Aunque ahora que se ha conocido algunas razas extraterrestres, puedes encontrar de todo, sin embargo se ha prohibido la reproducción con seres de otros planetas ¿Por qué? Porque no se sabe que pueda ocurrir, ni al feto, ni a la mujer. Hay un cartel enorme en la entrada del complejo que dice: "No a las relaciones sexuales entre seres de otros planetas". Es muy raro, aunque a mí no me interesa, yo tengo a Jealou para algo como eso.

Tengo...

¿Tengo a Jealou? Está demasiado distante.

No es así, siempre ha sido cariñoso ¿Por qué ahora...?

Se abre la puerta y vuelve a entrar el hombre con bata blanca, pero esta vez sonríe.

―Perdóname, Linsday, he sido algo malo contigo, pero tenía que asegurarme una cosa ¿Te duele algo?

―¿Quién es usted? ―Ignoro su pregunta. No me duele nada, solo la distancia que me pone mi marido.

―Soy tu médico. ―No, mi ginecólogo no es él y este hombre no parece doctor, aunque tenga bata.

―No le creo.

―¿Cómo dices?

―¿Por qué un doctor me ataría? No tiene sentido, no estoy loca, ni soy un extraño espécimen.

―Oh, perdona. ―Me desata las manos―. Era solo por precaución.

¿Precaución de qué?

―¿Qué día es hoy?

―¿Qué es lo último que recuerdas? ―Ignora mi pregunta y hace otra.

¿Por qué todo el mundo se comporta extraño?

―Salir del ginecólogo.

―¿En qué fecha crees que estamos?

―Julio del 4000, en enero del 4001 nacerá mi bebé. ―Sonrío y toco mi vientre sobre las sábanas.

Al supuesto médico también parece alegrarle mi respuesta, pero no creo que sea por lo mismo, anota como si fuera algo muy importante para él.

―Disculpe, doctor ¿Qué me pasó?

―Un desmayo, nada grave. ―¿Por qué su respuesta no me convence?―. Pronto te daremos el alta.

―¿Dónde está Jealou? Dígale que vuelva.

El hombre duda y luego responde.

―Jealou vendrá cuando te den el alta.

―¿Por qué? ―pregunto, pero me ignora, yéndose.

~~~

Las horas pasan y me hacen algunos estudios extraños. No son normales, lo sé, no creo que sea un simple desmayo.

Camino por el pasillo del lugar, el doctor me ha pedido que lo haga y mucho. No sé por qué, no entiendo nada, pero no cuestiono, solo camino.

Levanto la vista y visualizo a un hombre alto de cabello azul. Eso significa una cosa, un Ilarium, un extraterrestre camuflado en forma humana. Eso lo hacen para que nuestra especie no se asuste. No he visto a nadie mientras hacia esta extraña rehabilitación y de algún modo me tranquiliza. Aunque me pone de los nervios cuando se acerca ¡Qué alto!

―Ho... hola, soy Linsday, ¿y tú eres? ―Me agarra curiosidad.

―Ethark ―responde y me observa como analizando mi aspecto―. Eres distinta a lo que imaginé.

―¿Disculpa? ―Lo miro confusa.

―Linsday. ―Oigo que el doctor me llama detrás y veo como se acerca―. ¡Oh! ―Se sorprende―. Ethark ¿Qué haces aquí?

Sonríe.

―Pasaba. ―Oculta algo, aunque estoy segura que no es lo mismo que me esconden todos.

Me pregunto ¿Qué es?

Despertarme me ha confundido demasiado, quizás deba volver a dormir, al menos por un rato, ya que estar confundida me molesta.

―Me voy al cuarto. ―Me giro.

―Un placer haberte conocido, Linsday. ―Oigo su voz y siento una extraña conexión.

Siento que esta no será la última vez que lo volveré a ver. 

LinsdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora