Capítulo 4: El príncipe...

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Regreso a casa escoltada por un guardia y apenas entro Jealou corre a abrazarme, logrando sobresaltarme. Parece que lo he dejado muy preocupado. Quizás me he precipitado un poco, debería disculparme.

―Lo siento ―digo en un susurro.

―¡No vuelvas a asustarme así! ―Me agarra de los brazos y veo la preocupación en sus ojos―. ¿Y si te pasaba algo? Es peligroso ahí fuera ¡Y lo sabes...! ―Detiene sus gritos y queda pensativo―. Lo sabes, ¿cierto? ―pregunta como si fuera una total desconocida.

―Claro que lo sé. ―Frunzo el ceño y termino por arrepentirme de haberme disculpado―. ¿Qué te pasa? ―Me suelto―. ¡No soy una extraña, soy tu esposa! ―expreso con tristeza―. No sé ni qué pensar, me voy a dormir. ―Lo esquivo y me retiro a la habitación.

Pero lo peor de todo, es que él no me sigue y eso duele.

~~~

A la mañana siguiente, me despierto muy temprano porque siento unos horribles cólicos y corro hasta al baño, creo que voy a vomitar. Me acerco hasta el inodoro y lo más asqueroso, pero normal del mundo se convierte en un horror para mí. Acabo de... no sé qué explicar. De mi boca ha salido algo verde, parece que se mueve y es fosforescente.

―¡¡Ah!! ―grito asustada como si hubiera visto una película de terror. Esas que actualmente están muy bien hechas y hasta las puedes sentir en todo tu cuerpo―. ¡¡Jealou, Jealou!! ―lo llamo asustada y lloro.

Mi marido viene corriendo.

―¡¿Qué ocurre?!

―No sé... no sé ―expreso alarmada y casi al borde de quedar paralizada, mirando "eso" que no sé qué es―. El bebé... ―Intento agarrarme de su ropa para levantarme―. ¿Algo anda mal con el bebé? Hay que ir al médico.

Mi esposo me ignora y solo presiona el botón de lavado. El agua se lleva la extraña sustancia por el inodoro automático, entonces el robot de limpieza comienza a fregar. Jealou me ayuda a levantarme, pero no atiende a mi pedido, me guía hasta la cama y me cubre con la manta.

―Ve a dormir, no ocurre nada, ¿de acuerdo? ―Espera que le conteste, pero no lo hago―. ¿Confías en mí? ―Ante su insistencia asiento―. No hay nada malo con el bebé, solo debes descansar, ¿entendido?

―Sí. ―Tardo en responder, luego él me da un beso en la frente, para acto seguido retirarse del cuarto.

¿A dónde va?

Suspiro con tristeza. Creo que ya no puedo confiar más en Jealou, es obvio que algo oculta. Cierro los ojos e intento dormir. Por mi mente pasa Ethark y esa extraña conexión que tenemos.

Necesito mis respuestas.

~~~

Despierto horas después y Jealou no ha vuelto a la cama. Supongo que ya se ha levantado ¿O nunca regresó? No sé, pero será mejor que lo averigüe. Reviso toda la casa y ni siquiera está en su despacho, que es dónde se centra en su trabajo como oficial.

De repente y no sé por qué, las palabras de Ethark se me cruzan por la cabeza, trayéndome una extraña necesidad de investigar.

"...tengo que encargarme de asuntos diplomáticos".

Si voy a la embajada de los Ilarium puede que consiga información de él. Además ahora que recuerdo esa raza estaba siendo recién descubierta, por lo tanto muchos oficiales van allí. Puede que encuentre a Jealou también y que de paso me dé explicaciones.

Intento abrir la puerta, sin embargo me percato de que Jealou ha cambiado la contraseña ¡Soy prisionera en mi propia casa! Ayer me fui sin avisar, pero esto es pasarse. Tengo que pensar alguna forma de salir, no puedo quedarme encerrada aquí sin saber ni una pizca. Corro hasta la alarma y la presiono.

La máquina me habla.

―"Buenos días, gracias por activar alarmas Tron1 ¿Cuál es su emergencia? Presione el botón correspondiente. El informe será guardado en el archivo".

Genial, Jealou descubrirá que hice líos en la casa.

Presiono los códigos que necesito, entonces todas las puertas y ventanas se desactivan. Espero que nadie entre a robar mientras me voy de "investigación" o como sea que se llame lo que estoy haciendo.

~~~

Rato después llego a la embajada, puedo ver un montón de hombres y mujeres muy altos y con cabellos de color. Me encuentro en el lugar correcto, todos están con ese camuflaje extraterrestre. Solo me da curiosidad de cómo son en realidad ¿Tan feos son? No puedo imaginarme a Ethark siendo repugnante, parece tan cálido y agradable. Es imposible imaginarlo desagradable.

Un guardia me reconoce, entonces me deja pasar.

―Linsday, tu marido está dentro ¿Has venido a visitarlo? ―Sonríe amablemente y yo asiento, siguiéndole la corriente para entrar.

Muchos me conocen, Jealou es un oficial muy importante en la Guarda Proyectual, así se llaman los que protegen el planeta o lo que queda de este. Aprovecho que soy la mujer de alguien muy distinguido entre ellos, por lo tanto puedo entrar en cualquier parte.

Camino por los pasillos y reconozco su voz. Mi corazón se acelera rápidamente, pero no sé por qué.

Ethark.

―Si no acceden a mi petición, tendremos que empezar una guerra y ustedes saben que su posición no es la adecuada para tener una contra nosotros.

¿Guerra? ¡Oh, Dios!

Me escondo detrás de la puerta, sintiéndome chismosa.

―Su petición traería el fin de la raza humana. ―Oigo a un oficial y luego me sobresalto―. Diles algo, Jealou, no es solo por ti, es por todos.

Mi marido también está metido en esto.

―Entiendo que el método que usamos, va contra sus leyes, pero es el único que teníamos ―explica mi esposo y yo estoy muy perdida en la conversación.

―Ya existe una conexión, no voy a desistir. ―Vuelvo a oír a Ethark.

―El príncipe ha tomado una decisión, ustedes también deberían aceptarla, la mujer humana se viene con nosotros. ―Suena a que otro extraterrestre está hablando, su acento es diferente al de un humano.

¿Príncipe? ¿Mujer humana? ¿Quién?

No sé por qué presiento que están hablando de mí.

LinsdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora