Capítulo 12: La compuerta...

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Corremos por los pasillos mientras un pitido se escucha en toda la nave, llegamos a la sala principal y el comandante Dartehi me mira de mala manera. Me detesta, puedo verlo en sus ojos, llenos de falso camuflaje humano.

―¿Qué podemos hacer? ―pregunta Ethark preocupado.

―No sé ―se burla el extraterrestre―. Quizás morir por "eso". ―Me señala y yo frunzo el ceño, pero él se pone delante.

―Vuelve a hablar así de mi compañera y te mato ―amenaza.

―Esa cosa ni siquiera es humana, es una mezcla de tu ADN con una muerta, no podría ser tu compañera ni en un millón de años. Te dije que la devolvieras ¡Ahora estaremos muertos pronto! ―Se alarma.

―Nadie va a morir. ―Salta Seta hasta nosotros―. Hay que hacer un buen aterrizaje, eso es todo ―expresa muy animada.

Ella me cae súper bien.

―¿Y cómo piensa hacer eso, doctora?

Ella me mira y me guiña.

―¿Recuerdas cuando te dije que hay que enseñarle cosas a los machos? ―Asiento cuando me pregunta―. Pues ahora se los voy a demostrar. ―Agarra un casco de respiración artificial y se lo pone en la cabeza, activándolo―. Déjenme el motor a mí. ―Abre la compuerta y sale afuera.

Yo corro hasta la ventana, así que la veo trabajar.

―¿Estará bien? ―pregunto.

―Seta sabe cuidarse sola ―expresa Ethark―. Nosotros debemos prepararnos para un aterrizaje forzoso. ―Mira a Dartehi―. ¿No es así? ―Lo desafía.

Este rueda los ojos y se gira.

―¡Muévanse! ―grita y comenzamos a correr.

―¡¿A dónde vamos?! ―pregunto nerviosa.

―A un lugar seguro donde no les pasará nada, ni a ti ni al bebé. ―Nos detenemos y abre una cápsula―. Entra.

―¿Yo sola? ―Me sorprendo.

―Te enviará directo a la tierra, pero estarás a salvo hasta que yo llegue. Por nada del mundo abras la compuerta. ―Me hace entrar, me da un pequeño beso y la cierra―. Será lo mejor. ―Sale corriendo.

―¡¡Ethark!! ―grito cuando la cápsula sale de la nave.

Maldición.

Me siento muy preocupada, por lo tanto me abrazo a mi vientre. Espero que Seta les evite el choque y que está turbulencia se acabe. La cápsula pasa la atmósfera, entonces aterriza de una manera indescriptible, tan apacible, nunca había visto algo así. Miro por el vidrio la luz donde está la nave de Ethark, suspiro de alivio cuando veo que llega a tierra. Está lejos, pero a salvo.

Quiero salir, correr hasta ahí para abrazar a Ethark, necesito ver que está bien. Incluso para felicitar a Seta y refregarle en la cara a Dartehi que es un inútil. Sin embargo debo esperar, es lo que me pidió mi compañero, así que lo respeto.

Ya me siento una Ilarium, es como si perteneciera ahí.

Levanto la vista y me olvido de lo que estaba pensando, cuando me cruzo con sus ojos. Toco la ventanilla y no lo puedo creer.

―Jealou.

"Por nada del mundo abras la compuerta".

Pasa por mi mente lo que dijo Ethark y detengo mi acción de abrir el vidrio. Me muerdo el labio inferior mientras veo como se acerca.

"Olvídate de él, lo que sientes es falso".

Será... ¿Falso?

Falso o no, él no me quiere a mí, Jealou quiere a la verdadera. Yo soy un clon y eso no cambiará. Cada vez que me ve, su mirada es triste. Como ahora, que se queda observándome detrás del vidrio.

No actúo como Linsday, y él lo sabe.

―Ábrela ―exige y niego con la cabeza.

Miro su brazalete. Está en rojo, eso significa "desobediencia". Se encuentra en un grado peor que antes, espero que no lo hayan lastimado.

―Abre, Lin ―pide de nuevo.

―¿Por qué no me llamas A7? ―Frunzo el ceño y se sobresalta.

Luego reacciona.

―No quiero hacerte daño, A7. Ya recuerdas, ahora sal ―expresa más dominante y vuelvo a negar―. No lo hagas más difícil, me traerás problemas.

―Quieres entregarme y no voy a dejarte, voy a defender a mi hijo.

―Es mi hijo también.

―¿Quién dice? ¿Tú? ¿O Uriseth que te lavó el cerebro? ―expreso arisca, entonces suspiro―. Entiendo por lo que estás pasando, pero no vas a quitarme a mi bebé.

Pone su mano en el vidrio y se agacha para mirarme directo a los ojos.

―Escúchame, si cooperas, podremos criarlo juntos.

Mi corazón se acelera y mis mejillas se sonrojan, bajo la vista.

―No soy Linsday.

―¿No me amas?

―No lo sé, solo me pones nerviosa, esto es incómodo.

―¿Acaso crees que ese extraterrestre va a hacerte feliz? No conoces sus costumbres, no sabes qué es ser un Ilarium, estarás mejor aquí.

Frunzo el ceño, sintiendo molestia.

―¿Qué sabes tú? ―Lo vuelvo a mirar―. Ethark me hace sentir como en casa, tú solo me has mentido, y además yo puedo elegir.

―¡Claro que puedes! ―Levanta la voz.

―Eso no dijo tu jeringa en mi cuello. ―Ruedo los ojos.

―Es más complicado que eso. ―Se toca la nuca―. No están a mi alcance las decisiones que toman los superiores, pero si cooperas...

―No ―lo interrumpo―. Estoy más segura aquí dentro. ―Me abrazo a mí misma y bajo la vista, triste―. Déjame sola, solo me haces daño.

―Lin...

―No soy Lin. ―Siento que voy a llorar, cierro los ojos.

―Lo siento, A7, yo...

―Dejémonos de melodramas. ―Oigo a Uriseth y levanto la vista.

Jealou se mueve del medio y visualizo a varios oficiales de la Guarda Proyectual, llegando con sus vehículos.

¡¿Desde cuándo está ahí?!

Un soldado se acerca y golpea el vidrio con un martillo metálico. Me sobresalto, entonces retrocedo lo más que puedo en la parte trasera de la cápsula. Estoy asustada de lo que puedan hacerme, pero veo que la máquina en donde me encuentro genera un campo de energía y el hombre sale volando hacia atrás, cayéndose hacia el suelo.

"Por nada del mundo abras la compuerta".

Nuevamente las palabras de Ethark surgen en mi cabeza. Esa era la razón, dentro de esta cápsula estoy segura de verdad.

¿Pero ahora qué puedo hacer? ¿Y si Ethark llega cuando están ellos aquí y lo lastiman? ¿Qué voy a hacer? Estoy preocupada ¿Acaso se darán por vencidos antes de que llegue mi compañero?

Yo creo que no.

LinsdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora