Esto es un disparate, no puedo hacer nada desde aquí. Ojalá supiera como usar esta cápsula y me iría muy lejos. Al menos no lastimarían a Ethark si llega a venir. Mientras tanto solo pensaré en proteger a mi bebé, me mantendré dentro de esta y estaré segura.
―Sal de ahí, Linsday ―dice Uriseth al no conseguir abrir el vidrio―. No te haremos daño ―exclama calmado.
―Lo dice el que mandó a romper la cápsula. ―Ruedo los ojos―. No lo creo, no saldré de aquí ―expreso determinada.
―Haz algo ―le ordena él a Jealou.
El castaño frunce el ceño.
―Si ella dice que no va a salir, no va a salir ―repite.
―No me vengas con cosas de maridito protector y convéncela.
―No es Linsday, no puedo convencerla.
Sonríe con malicia el morocho.
―Claro que puedes. ―Mira a otro oficial―. Golpéalo ―ordena señalando a Jealou y me sobresalto.
―¿Disculpe? ―Queda confundido el soldado―. ¿Qué?
―Eso, golpéalo. ―Observa a un segundo Guarda Proyectual―. Y tú no dejes que se defienda, A7 saldrá por las malas ahora.
No entiendo cómo llegamos a esto, pero de un momento a otro están lastimando al que era mi marido y sin poder evitarlo salgo de la cápsula en su auxilio.
―¡No, déjenlo! ―grito abriendo la compuerta.
―Sabía que me servirías para algo ―le dice a Jealou que está en el suelo y luego el villano se ríe, una vez que uno de sus hombres me atrapa.
―¡Suéltenme! ―Forcejeo y miro a mi "esposo", preocupada―. ¿Estás bien? ¿Te duele? ―Escupe sangre, pero asiente―. No... no estás bien. ―Volteo a ver al líder―. ¡Qué desalmado, ayúdelo! ―le grito, frustrada.
―Por supuesto, cuando volvamos a HimnoVida ―exclama sin importarle su salud, ni mi opinión.
Es un corrupto, malnacido. Ni se le puede pedir clemencia.
Comenzamos a caminar, pero presiento algo y levanto la vista. Mi corazón da un vuelco como si nada más importara. Siento una sensación cálida, así que cierro y abro los ojos, notando su presencia en nuestra tan definida conexión.
―Ethark.
El soldado que me sostiene, tropieza hacia atrás de una sola patada y mi compañero regresa a mí.
―Linsday ¿Te han hecho daño? ―pregunta, olvidándose del resto y me mira con esos ojos celestes llenos de preocupación.
Presiente mi angustia.
Niego con la cabeza y señalo al castaño.
―No, a Jealou sí.
Entrecierra los ojos.
―Ya veo. ―Percibo sus celos, pero no dice nada más que eso y lo ayuda a liberarse del otro soldado, luego vuelve a mirarme a mí―. Le diré a Seta que lo revise ―me avisa, entonces asiento.
―Nadie irá a ningún lado ―expresa Uriseth, trayendo más soldados―. Son demasiados para un solo Ilarium, ¿verdad? ―se burla, mientras mi compañero mira hacia todos lados, buscando una forma de salir―. Ríndete y juro que tu muerte será rápida.
Ethark deja de sostener a Jealou del brazo, poniéndolo cerca de mí, para que lo ayude a caminar y él se pone delante de nosotros.
―Te lo advertí, no quieren una guerra con mi raza, desiste de esta estupidez ―aclara el extraterrestre, puedo sentir las emociones que no demuestra en su gesto frío y valeroso.
Sabe que estamos en desventaja y se encuentra preocupado.
―No me asustas con tu aire dominante, Ilarium ―expresa Uriseth con confianza―. Vas a caer. ―Hace una señal y los oficiales atacan.
Ethark logra esquivar algunos y golpear a otros, pero es evidente que son mucha cantidad para uno solo. Una sensación horrible me rodea cuando recibe el primer impacto. Al conseguir neutralizarlo, le están a punto de disparar, pero antes de que pueda decir algo, Jealou es quien habla.
―¡Deténganse, la lastiman! ―grita algo incoherente, sin embargo me doy cuenta a que se refiere cuando noto que sale sangre de mi nariz.
―¡Alto el fuego! ―grita Uriseth y me observa―. ¡¿Pero qué rayos?! ―Se gira y llama al científico―. ¡Fraizer! ―Este baja de uno de los vehículos estacionados, lo reconozco enseguida, así que frunzo el ceño―. ¿Qué con esto? ―Señala a Ethark que está atado en el suelo y luego a mí―. ¡Explícame! ―exige.
El doctor mueve sus lentes y se acerca a mi compañero. Ordena que lo sienten y le levanta la cara, sacando su típica linterna pequeña, observándole detenidamente el ojo. Provoca que su pupila se dilate, así que el científico queda pensativo.
―Por lo que veo el ADN se está protegiendo ―acota.
―¿Qué quieres decir con eso? ―se queja el líder.
―Que no han tenido relaciones para consumar su conexión ―aclara―. Los Ilarium tienen esa extraña síntesis de unión, no es normal que sean compañeros sin haberlas tenido ―explica―. Por esa razón el ADN está cuidando lo que necesita.
―¿Estás diciendo que no puedo matarlo porque si no ella se muere? ―exclama irritado y me señala―. ¡Genial! ―expresa con sarcasmo, luego procede a ordenar―. Llévenselos a los tres.
Los guardias se movilizan, terminamos atrapados, tanto Jealou, Ethark y hasta obviamente yo. Ahora ya no sé cuál será mi destino, aunque creo que nunca lo supe, pero este no parece bueno.
Nos adentran en uno de los vehículos, en lo que nos espera un trayecto largo y lleno de intriga. Esto parece tan injusto, mis caballeros de blanca armadura están realmente lastimados, debo dejar de ser la doncella en apuros.
¿Pero cómo?
Solo quiero proteger a mi bebé.
___
Quiero decir que esta historia no es muy larga, me era muy complicado seguirla y me bloqueaba, hubo un momento que hasta pensé en borrarla, pero desistí para al menos darle un cierre, sería muy triste que no quede acabada, así que decidí que no sería tan compleja y comencé a seguirla para terminarla nada más.
A pesar de esto, espero que la estén disfrutando <3
Atte: Vivi.
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Linsday
Science FictionLinsday está interesada en un enigmático y atractivo extraterrestre, pero hay varios problemas con eso: • Está casada. • También embarazada. • Hay un virus letal que mata a los bebés. • Todos le mienten. ¿En quién puede confiar? ••• Año 4000. Linsda...