Capítulo 17

381 31 3
                                    

Capítulo 17

Brittany llamó al colegio para informar de que Luke no volvería. También llamó a sus padres, que estuvieron encantados con la noticia de que regresaban a Estados Unidos. En dos semanas, se irían de Venezuela.

La ciudad parecía más tensa que cuando la habían dejado. Había más pintadas de contenido político por todas partes. Los transportes públicos estaban en huelga. La gente había tomado las calles y el ejército intervino para restablecer el orden.

Todo sucedió muy deprisa. Las tropas tomaron las emisoras de radio y la Casa Rosada. La mecha había prendido y no tardó en estallar, era la guerra civil. La milicia tomó las calles. Se oyeron disparos, como fuegos artificiales en la distancia. Los helicópteros volaban sobre sus cabezas. Durante horas, lo único que se oyó fueron tanques y ametralladoras. El mundo de terror que Brittany había temido había llegado.

La gente se echó a las calles y empezaron los saqueos. De pronto, Brittany oyó que echaban la puerta abajo y tres hombres entraron en la casa. Abrazó a Luke con fuerza. Entonces vio a Santana.

—Vamos —le dijo. — No puedes estar aquí... ¡Venga! —

Brittany la siguió fuera de la casa y subieron al helicóptero que esperaba a pocos metros. Los disparos se oían incluso por encima del ruido de las hélices. Santana le tendió la mano y Brittany se la tomó. Subió al helicóptero al mismo tiempo que uno de los hombres de Santana subía a Luke y le ataba el cinturón en el asiento.

La situación tomó un cariz surrealista. Santana se inclinó sobre ella para abrocharle el cinturón y después dio la orden de que despegaran. El helicóptero se elevó en el aire y Brittany miró hacia abajo justo a tiempo para ver a varios hombres que irrumpían en los jardines y les disparaban. Una bala le pasó cerca y sintió los brazos de Santana a su alrededor.

Aterrizaron al cabo de unos minutos. Miró a su alrededor, confusa, y descubrió que estaban en el aeropuerto Maiquetia, a las afueras de Caracas. Antes de que pudiera darse cuenta, la estaban sacando del helicóptero. Vio que se llevaban a Luke hacia un jet que los aguardaba.

Brittany se volvió y, al instante, la boca de Santana estaba sobre la suya. Santana la soltó enseguida y mientras la abrazaba, le dijo al oído:

—Ya no te debo nada. La próxima vez que nos veamos, mantente alejada de mí o te mataré. —

Santana la apartó de un empujón y Brittany se vio arrastrada hacia el avión, con la sorpresa y el dolor aún grabados en el rostro. Subió la escalera del avión con torpeza.

Sam y Luke estaban adentro. Brittany se volvió y miró a Santana una vez más, antes de que cerraran la puerta.

Santana permaneció en pie, con el cabello agitado por el viento. Había visto que Brittany se había vuelto antes de que cerraran la puerta. Se quedó allí, inmóvil, hasta varios minutos después de que el avión hubiera despegado. Alguien le tiró del brazo y le señaló el coche. Ella fue hacia el vehículo y descolgó el teléfono.

—Señora López, lo tenemos —dijeron al otro lado de la línea.

—Bien, nos vemos en el club de campo. ¿La emisora de televisión aún está en nuestro poder? —

—Sí, controlamos V-Visión. —

—Bien, ahora voy. —

Santana hizo un gesto al conductor y el automóvil blindado arrancó y se deslizó a toda velocidad, seguido por cuatro vehículos más. Santana se puso las gafas de sol por las que era conocida. En unas horas estaría o bien en la cima de su poder o bien en la tumba.

Se había asegurado de mantener su promesa. Al menos eso es lo que se dijo a sí misma. Había sacado a Brittany de allí. Se había asegurado de ponerla a salvo. Ya sólo tenía que concentrarse en una cosa. Iba a jugar sus cartas, para ganar o morir. Y en ese momento, no le importaba demasiado cuál de los dos finales conocería su aventura.

Por Amor - Brittana (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora